Así es como el estrés psicolaboral afecta a tu futuro profesional e interfiere en tu vida personal

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Nicolás, 31 años, abogado matrimonialista, se ha dejado caer en el cómodo sofá de mi consulta. Sus palabras textuales son: “mira, no puedo más, estoy abrumado, entro en mi despacho y sólo veo montañas de expedientes, he perdido la ilusión y la motivación, creo que ni siquiera me interesa ganar o perder…”.

Diferentes informes de la Unión Europea afirman que entre el 50-60% del total de los días laborables que se pierden, son debidos al estrés psicolaboral o laboral lo cual implica un gasto económico de más de 20.000 millones de euros. Sin embargo, existen otras investigaciones que indican que el gasto es, aproximadamente, de 3.000 millones de euros anuales.

¿A qué llamamos estrés psicolaboral?

Según la OMS, se trata de “la reacción que puede tener un individuo ante las exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación”. Por otro lado, el Comité Mixto de la OIT – Organización Internacional del Trabajo – define los factores psicosociales como las interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción laboral y las condiciones de la empresa, de una parte. Y, por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, cultura e incluso su situación personal extralaboral. Todos estos factores podrían influir en la salud, el rendimiento y la satisfacción laboral.

¿Hay diferentes tipos de estrés?

Efectivamente, podemos decir que el estrés puede ser puntual o crónico, aunque en la mayoría de los casos se trata del segundo caso (Cavanaugh, Boswell, Roehling y Boudreau, 2000).  Pero, por otra parte, podemos distinguir entre estrés positivo y negativo.

  • Estrés positivo (eustress). Si la presión es percibida como aceptable por parte del trabajador, el nivel de activación del mismo es adaptativo y las consecuencias no son perjudiciales. El estrés positivo mantiene al trabajador en un estado óptimo, motivado, alerta y dispuesto a aprender, sin efectos negativos sobre su salud. Sería el estrés que se produce el primer día de trabajo tras las vacaciones, al comenzar un nuevo trabajo o al iniciar el periodo práctico de formación.
  • Estrés negativo (distréss). Si sobrepasamos el nivel de activación antes mencionado, dejamos de tener un rendimiento laboral óptimo, cometemos errores, la calidad de nuestro trabajo disminuye y nuestras decisiones son precipitadas. Se intensifica con el paso del tiempo así que, al cabo de un mes, ya aparece sintomatología psicofisiológica en forma de taquicardia, insomnio, ansiedad y depresión. En estos casos se recomienda solicitar la ayuda de un psicólogo para aprender pautas y habilidades para controlarlo.

¿Podemos clasificar las causas en diversas tipologías?

  • Contenido del trabajo: monótono, sin estímulos, haciendo tareas insignificantes o desagradables.
  • Ritmo y carga del trabajo: mucho o demasiado. Ninguno de los extremos genera satisfacción.
  • Horario: poca flexibilidad, jornadas excesivamente largas, turnos mal organizados, no saber con certeza si se tendrá el fin de semana libre hasta el día previo.
  • Participación y control: no poder participar en la toma de decisiones, no tener control de los métodos, ritmo de trabajo y horarios.
  • Plan de carrera y sueldo: inseguridad en el lugar de trabajo, falta de expectativas de promoción o, en caso contrario, que está se dé muy por debajo o muy por encima de dichas expectativas. Trabajo con escaso reconocimiento social, sistemas de evaluación poco claros o injustos, déficit o superávit de cualificación,…
  • Rol en la empresa: poco claro, por ejemplo, por solapamiento con las funciones que realizan otras personas, tener responsabilidad sobre equipos y, por tanto, tener que gestionar tanto el personal como sus dificultades laborales con la empresa.
  • Relaciones interpersonales: supervisión inadecuada por parte de los superiores con falta de consideración y apoyo, mala relación con los compañeros, posible mobbing laboral, falta de acuerdo en los procesos y trabajos solitarios.
  • Cultura empresarial: falta de liderazgo, de objetivos claros o mala comunicación.
  • Conciliación laboral: conflicto entre las obligaciones familiares y laborales que produce una falta de apoyo en el trabajo sobre las dificultades familiares o al revés.

¿Cuáles son las consecuencias del estrés psicolaboral?

Pueden afectar a dos niveles: el del trabajador, como individuo, y el de la empresa, como organización. Vamos a ver cada una de estos posibles efectos

Consecuencias del estrés en el trabajador

Problemas de comportamiento y trastornos de salud tanto físicos como psicológicos. De hecho, se reconocen como posibles enfermedades causadas por el estrés laboral, la ansiedad, la depresión, el infarto de miocardio, la hipertensión arterial, la enfermedad acido péptica y el colon irritable.

En casos de estrés crónico, se producen trastornos adaptativos y el conocido síndrome del burn-out, que suelen acabar con la ILT del trabajador y, muchas veces, con esté injustamente despedido por un sistema que sólo agradece cuando la persona está en plenitud de facultades pero es incapaz de reconocer que la persona que ha caído víctima de una presión excesiva.

Entre los síntomas psicológicos de alarma se hallan: aumento de la irritabilidad, incapacidad para relajarse, disminución de la concentración, menor capacidad para tomar decisiones, dificultad para desarrollar una secuencia de pensamientos lógicos, insomnio, ansiedad y depresión.

Entre los síntomas físicos de alarma se encuentran: cansancio, dolores abdominales, de cabeza y de espalda, hipertensión arterial…

Consecuencias del estrés en la empresa

Si el estrés afecta a un número elevado de trabajadores, la salud y el rendimiento de la organización serán malas, pudiendo peligrar la supervivencia de la misma.

Por lo general, los efectos que lo producen son: elevado absentismo, poco tiempo de dedicación de los trabajadores a sus tareas lo cual produce una elevada rotación del personal con un menor rendimiento y productividad y una mayor tasa de accidentes laborales, aumento de las quejas y reclamaciones por parte de los clientes, más dificultades para contratar a nuevos trabajadores,…

Todo ello lleva a un deterioro importante de la marca corporativa, especialmente, en una época cómo está en que el buen posicionamiento – ya sea de la marca personal o corporativa – significa mejores niveles de calidad.

¿Se puede prevenir el estrés en los centros de trabajo?

No sólo se puede sino que se debe prevenir. Existen tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria.

Las dos primeras se interesan por el origen de los riesgos psicosociales y la tercera afronta los perjuicios causados en la salud, tratándose, por tanto, de una reparación más que una prevención.

Los cambios que se deben hacer son:

En la empresa

Realizar la evaluación de riesgos psicosociales. Mejorar el clima de trabajo promoviendo el trabajo en equipo. Aumentar la autonomía y control del propio trabajo, mediante la toma de decisiones por los equipos. Definición de los puestos de trabajo, evitando ambigüedades en los roles. Establecer líneas claras de autoridad y responsabilidad. Definición de competencias y responsabilidades, de forma precisa, según las capacidades. Mejorar la comunicación y promover la participación en la empresa, mejorando el ambiente de trabajo. Fomentar la flexibilidad horaria. Promover la seguridad en el empleo con promociones reales y ajustadas a expectativas.  

En los trabajadores

Programas dirigidos a la adquisición de destreza para la resolución de problemas, asertividad y manejo eficaz del tiempo. Programas dirigidos para la gestión de las emociones, técnicas de relajación. Estilo de vida saludable.  

Dinámicas de Grupo

El apoyo social, tanto por parte del ambiente de trabajo como por parte de lo familiar es fundamental para adquirir unas habilidades porque permite saber a las personas que se preocupan por ellos y que son valorados y estimados:   Fomentar las relaciones interpersonales Fortalecer los vínculos sociales entre el grupo de trabajo. Facilitar formación

Medio ambiente físico o entorno de trabajo  

Buen diseño del puesto de trabajo, correcta iluminación, nivel adecuado de ruido, correctas condiciones de temperatura y humedad. Espacio de trabajo correcto.

Pautas a tener en cuenta si ya tenemos estrés laboral

  • Organización. Tengas una agenda de papel o en tu ordenador, móvil o tablet, lo importante es que la organices en base a lo que son tus tareas, sin permitir que los imprevistos acaben con tu agenda en la papelera. Hay que diferenciar lo importante y urgente, lo importante y no urgente, lo no importante y no urgente y, en función de ello, lo puedes planificar, hacerlo inmediatamente, dejarlo para otro momento o, incluso, hacer algo que no es tu fuerte ¡delegar!
  • Delega. Hablando de ello, habrá esas cosas no importantes y no urgentes y, también, las importantes y no urgentes, aunque quizás sea pedir mucho para empezar, que le puedes pedir a alguien de tu equipo que las haga por ti. Es muy importante; ¡no lo tienes que hacer todo tú sólo! No por ello vas a ser más valorado pero sí que vas a acabar con mucho estrés, mucho antes. 
  • Di no. Eso no significa que no seas asertivo, al contrario. Pero sí que es fundamental que pongas límites. Para empezar, si las 20 h es mi hora de salida esto significa las 20 h no las 20’30 h ni las 20’45 y, mucho menos, las 21’30 h. Tienes que marcarte unos objetivos, claros, realistas y asumibles para cada uno de los días de trabajo. Aunque te pidan más, allí estás tú para decir “no”. Piensa que tu salud es tuya y que si pierdes la salud, ellos buscarán rápidamente, a un sustituto pero tu salud no tiene precio.
  • Mantén tu CV actualizado. Si no estás obteniendo la suficiente satisfacción laboral pero excesivo estrés, es el momento adecuado para recoger las velas e irse en búsqueda de mejores vientos. Por ello, es imprescindible que tengas tu CV actualizado, con un diseño original y algo nuevo que aportar respecto a la última versión porque significará que no te has dejado de formar y las empresas tienen muy en cuenta la actualización de conocimientos.
Todo lo que siempre has querido esta al otro lado del miedo

Hábitos saludables.

  • Dieta mediterránea: olvídate de comer un sándwich en la oficina para no perder tiempo.
  • Higiene del sueño: ir a la cama, aproximadamente, siempre a la misma hora y dormir entre 6-8 horas.
  • No consumir sustancias tóxicas: no sólo drogas sino, también, alcohol y tabaco.
  • No consumir café, té, picantes, bebidas gaseosas azucaradas.
  • Practicar algún deporte o ejercicio físico de algún tipo.
  • Dejar un pequeño espacio de tiempo al día para hacer cualquier actividad agradable que te guste.
  • Ríete mucho. Mantén el contacto con tus amigos ya que las relaciones humanas son un gran amortiguador de las emociones negativas y del estrés. Ríete mucho con ello, liberarás endorfinas y te sentirás mucho mejor
  • Psicoterapia. Si sufres de estrés laboral y te está superando, te aconsejo que acudas a un psicólogo especialista en ansiedad y trastornos relacionados con la ansiedad, ya sea presencial u online. La psicoterapia cognitiva-conductual ha demostrado ser de una gran eficacia junto con las terapias de tercera generación.
  • Prevención de riesgos laborales. Si eres empresario, estaría bien que en tu plantilla tuvieras a un especialista en prevención de riesgos laborales porque evaluaría los estresores psicosociales de tu empresa y te aconsejaría acerca de la mejor manera de eliminarlos.

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Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
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