El destacado psicólogo y psiquiatra Aaron Temkin Beck, falleció el pasado día 1 de noviembre, a la edad de 100 años en su casa de Filadelfia. Es considerado como el padre de la terapia cognitivo-conductual y sus investigaciones desarrolladas en la década de los 60 revolucionaron el campo de la psicoterapia.
El trabajo de Aaron Beck revolucionó el tratamiento de problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad o los trastornos de la personalidad. Y a lo largo de su trayectoria profesional, transformó el diagnóstico de este tipo de trastornos y patologías.
Los inicios de Aaron Beck
Aaron Beck nació el 18 de julio de 1921 en Rhode Island y se graduó en la Universidad de Brown en 1942 y en la Escuela de Medicina de Yale en 1946.
Se formó principalmente en Psicoanálisis y fue todo un revolucionario en su campo. Sus primeras investigaciones con pacientes diagnosticados de depresión lo llevaron a refutar la teoría freudiana que aseguraba que las personas estaban deprimidas porque necesitaban sufrir.

Tras rebatir la teoría de Freud sobre la depresión, Beck desarrolló una nueva teoría de esta enfermedad. Pero, ¿en qué consistía esta nueva hipótesis desarrollada por el psiquiatra?
Según el proopio Beck, sus pacientes expresaban pensamientos negativos y espontáneos como «soy incapaz de…», a los que él mismo denominó como «pensamientos automáticos». A partir de ahí, Beck examinó esos pensamientos y descubrió que estos dictaban las reacciones de los pacientes, más que las situaciones en sí.
Tras este importante descubrimiento, Aaron Beck se centró en contrarrestar los pensamientos negativos de sus pacientes e intentó hacerles ver la importancia de reconocer la falta de lógica en sus pensamientos automáticos. Les enseñó que podían aprender a superar sus miedos al pensar de forma más racional, y reducir por ejemplo su nivel de ansiedad.
Este nuevo enfoque desarrollado por Aaron Beck se convirtió en uno de los métodos de terapia más practicados a nivel mundial, la terapia cognitivo-conductual.
La terapia cognitiva de Aaron Beck
A diferencia de otro tipo de terapia, esta se centra en los problemas actuales del paciente para lograr mejorar su día a día.
Las personas que se someten a TCC (terapia cognitivo-conductual) empiezan a cuestionar las creencias denigrantes y negativas que tienen sobre sí mismas y al mismo tiempo aprenden a cambiar la percepción que tienen sobre su persona y sobre los que les rodean.
En la actualidad se recurre a este tipo de terapia de forma habitual para tratar la depresión y la ansiedad, pero también puede utilizarse para hacer frente a otros problemas de salud mental como el estrés post-traumático.
Este tipo de terapia y la nueva teoría propuesta por Aaron Beck también tuvieron detractores. Esto llevó al famoso psiquiatra a publicar gran parte de sus investigaciones en su propia revista, Cognitive Therapy and Research, porque muchos profesionales de la salud mental ignoraron sus teorías.
De hecho, fueron muchos los psicólogos que consideraban que la terapia cognitivo-conductual era superficial, pero Beck les hizo frente y siempre respondió a las críticas con datos.
Su legado
Además de llevar a cabo importantes investigaciones que revolucionaron el campo de la psicoterapia, Aaron Beck deja tras su muerte un importante legado en obras, premios y organizaciones.
En el año 1994, fundó junto a su hija la psicóloga Judith Beck, el Instituto Beck de Terapia Cognitivo Conductual (Beck Institute for Cognitive Behavior Therapy). Se trata de una organización sin ánimo de lucro que ofrece tratamiento, formación e investigación de la terpia cognitivo-conductual o TCC.
A lo largo de su trayectoria como profesional fue autor y coautor de 25 libros y más de 600 artículos. Además, recibió numeroros premios que reconocían su papel en el campo de la salud mental; por ejemplo el Premio Albert Lasker a la Investigación Médica Clínica.
