Aunque la homofobia está cada vez menos extendida, aún queda mucho camino por recorrer para que las personas LGBT disfruten de los mismos derechos y libertades que el resto de ciudadanos. Por suerte, cada vez más países legislan para que un mundo más abierto sea posible.
Francia prohíbe las terapias de conversión

Desde la aprobación del matrimonio igualitario, en 2013, Francia no ha dejado de avanzar el materia de derechos LGBT. Sin ir más lejos, recientemente el parlamento francés ha votado en contra de las terapias de conversión. La propuesta del partido de Macron fue apoyada por la totalidad de los partidos políticos, un hito del que los franceses pueden sentirse orgullosos.
Las terapias de conversión son una práctica que atenta contra los derechos humanos. La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) las define como «prácticas pseudocientíficas y dañinas utilizadas para intentar alterar la expresión de género, la identidad de género o la orientación sexual de una persona».

Estas pseudoterapias utilizan técnicas tan dañinas como las descargas eléctricas o la medicación para reprimir el deseo sexual hacia el mismo género. Un informe de ILGA destaca a España como uno de los países más avanzados en la prohibición de las terapias de conversión. Sin embargo, aún son legales en numerosas comunidades autónomas.
De hecho, solo están prohibidas en Madrid, Murcia, Andalucía, Aragón y la Comunidad Valenciana. Es necesaria una ley a nivel estatal que proteja a los ciudadanos contra este tipo de prácticas tan poco éticas.
Este tipo de prácticas pueden afectar gravemente a la salud mental de quienes las sufren. Son muchas las víctimas que han sufrido trastornos depresivos. Además, el rechazo hacia la propia orientación sexual puede aumentar las ideaciones suicidas.
Por otro lado, es necesario recordar que ninguna orientación o identidad sexual es una enfermedad. Por lo tanto, no hay terapia que pueda curarlo, pues no existe la patología. Además, se ha demostrado que este tipo de prácticas no revierten la homosexualidad, tan solo la reprimen.
Por ese motivo, la ley francesa aplicará graves penas a quienes realicen este tipo de terapias. En Francia, estos supuestos terapeutas podrán ser condenados hasta a dos años de cárcel y una multa de 30.000 euros.
En Siquia creemos en la diversidad y la igualdad. Si has sido víctima de terapias de conversión, o de cualquier otro tipo de abuso con motivo de tu orientación sexual, nuestros psicólogos pueden ayudarte.
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