No es habitual que lleguen personas con un trastorno obsesivo-compulsivo a consulta, aunque a veces pasa. Es el caso de una joven de veintipocos años que realiza una primera consulta con nosotros. No ha sido ella quien ha contactado con nosotros, sino su madre, que está preocupada.
Guía sobre el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) para principiantes

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En su primera sesión ella admite que es cierto que tiene algunas manías. Sin embargo, lo justifica afirmando que siempre ha sido muy nerviosa. «He sido muy perfeccionista toda la vida, no entiendo por qué se ponen así ahora», dice.
No obstante, pronto queda bien claro que su comportamiento no puede achacarse al perfeccionismo, sin más. Sufre un trastorno obsesivo-compulsivo.
¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un problema psicológico que lleva a quienes lo sufren a tener pensamientos repetitivos (obsesiones) que solo se calman si llevan a cabo determinadas acciones o rituales (compulsiones).
Es un problema bastante limitante que se encuadra dentro de los trastornos de ansiedad. El TOC a menudo marca la forma de actuar de las personas que lo padecen, puesto que en la mayoría de los casos evitar sus obsesiones no es una opción factible.
Las personas que tienen algún tipo de TOC experimentan pensamientos intrusivos, que se repiten una y otra vez causándoles un gran nerviosismo.
Sin ayuda de un profesional, la única manera que tienen de paliar esos nervios es poner en marcha los rituales que responden a ese pensamiento y que, por lo tanto pueden hacer que dejen de pensar en ello.
Por ejemplo, una persona que tiene un trastorno obsesivo-compulsivo con la limpieza puede empezar a experimentar pensamientos obsesivos cuando se sube en el bus. Ha tocado una de las barras de sujeción del autobús y ahora no puede dejar de pensar que sus manos están llenas de gérmenes.
A partir de ese momento, empieza a sentir cómo aumenta la ansiedad. Para poder controlarla, necesita echarse gel hidro alcohólico lo antes posible.
Síntomas del TOC
- Miedo excesivo a la suciedad, el desorden, la falta de control…
- Intolerancia hacia la incertidumbre.
- Obsesión por el orden.
- Pensamientos intrusivos y recurrentes sobre temas desagradables.
- Grandes cantidades de estrés y ansiedad.
- Necesidad de llevar a cabo ciertos rituales para controlar los nervios. Estos rituales no producen placer, pero sí alivio.
- Existencia de pensamientos muy rígidos y catastrofistas.
- Falta de control sobre los propios pensamientos y actos.
Para diagnosticar el trastorno obsesivo-compulsivo los síntomas deben persistir durante al menos seis meses.
¿Cualquiera puede tener un trastorno obsesivo-compulsivo?
Según datos de la Asociación Estadounidense de Piscología, entre el 1,1% y el 1,8% de la población sufre un trastorno obsesivo-compulsivo.
Los trastornos de ansiedad suelen más comunes entre las mujeres que entre los hombres. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Escritos de Psicología señala que el TOC afecta por igual a hombres y a mujeres.
No obstante, los investigadores señalan que «existen diferencias de sexo en la expresión y en la edad de inicio de los síntomas del trastorno, en el curso y en la respuesta al tratamiento del mismo». Mientras que los hombres suelen presentar antes síntomas de este problema, en las mujeres el TOC suele manifestarse a partir de los 20 años.
Además, los hombres tienden a experimentar síntomas más graves y responden peor a los diversos tratamientos. En cuanto al objeto de las obsesiones y las compulsiones, en las mujeres acostumbran a ser la limpieza y las comprobaciones. En el caso de los hombres, son mucho más comunes los tics.

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Pedir cita¿Cuáles son las causas?
La ciencia aún no ha podido identificar cuáles son las causas del trastorno obsesivo-compulsivo. Por suerte, sí se conocen algunos factores que pueden influir en su desarrollo:
- Los cambios hormonales, que provocan que muchas mujeres empiecen a desarrollar síntomas a partir de la primera menstruación, el primer embarazo o la menopausia.
- La predisposición genética, que hace que aquellos que tienen familiares de primer grado con un TOC sean más propensos a tenerlo también.
- El hecho de haber vivido experiencias traumáticas, especialmente durante la infancia. Hablamos de situaciones de maltrato infantil o abuso sexual.
- La estructura cerebral, pues se ha demostrado que la composición cerebral de quienes sufren TOC es diferente de la de aquellos que no lo padecen.

Algunos tipos de TOC
- Limpieza
La suciedad atormenta a quienes sufren este tipo de TOC.
Experimentan pensamientos catastrofistas relacionados con los gérmenes y la suciedad, pues creen que pueden poner en peligro su vida. Como consecuencia, se ven obligados a limpiar constantemente para evitar la trasmisión de gérmenes y controlar así la ansiedad.
Es muy común que quienes sufren este problema se laven de manera compulsiva las manos.
- Orden
Estas personas experimentan una gran ansiedad si las cosas no están colocadas siguiendo un determinado patrón. Pueden pasar grandes cantidades de tiempo ordenando los botes de conservas en función de su tamaño, o colocando las camisetas por colores.
- Comprobación
Las personas que padecen este problema comprueban continuamente si han llevado a cabo ciertas acciones.
Algunas tienen que volver una y otra vez a casa para asegurarse de que han cerrado la puerta con llave. Otros se levantan en medio de la noche, preocupados por si han apagado todas las luces de la casa.
- Repetición
Quienes sufren este tipo de TOC se ven asaltadas por el pensamiento de que, si no repiten una acción un determinado número de veces, algo malo pasará.
- Numeral
Consiste en sumar, restar, multiplicar o dividir todo aquello que se ve. Puede ir desde contar el número de adoquines de una calle hasta sumar los centilitros que llevan las latas de un paquete de refrescos.
- Acumulativo
Consiste en guardar diversos objetos con el pensamiento de que quizás los necesiten en el futuro. Por ejemplo, puede consistir en acumular botellas de agua, o en guardar tickets de tiendas que hace tiempo que han caducado.
Diferencia entre el trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva
No hay que confundir el trastorno obsesivo-compulsivo con el trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva (TPOC).
El trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva es una patología que se caracteriza por una excesiva preocupación por el control, el perfeccionismo y el orden.
Quienes lo sufren suelen tener pensamientos muy rígidos que afectan a su vida social y que pueden estar causados por problemas de apego o por factores genéticos.
La prevalencia de este trastorno es mucho mayor que la del TOC: se estima que lo sufre entre un 2% y un 7,9% de la población. Además, suele ser más común entre los hombres.
Los síntomas del TPOC son:
- Rigidez del pensamiento.
- Preocupación por el control, el perfeccionismo y el orden.
- Tendencia a descuidar otras áreas de su vida cuando se centran en conseguir un determinado objetivo.
- Incapacidad para delegar y problemas para trabar en equipo.
- Incapacidad de pedir ayuda.
- Escasa vida social.
- Poco tiempo de descanso.
- Excesiva preocupación por el futuro, que les lleva a descuidar el presente.
- Excesiva seriedad.
- Intolerancia hacia los demás, especialmente hacia aquellos que expresan sus emociones.

Aunque ambos trastornos están marcados por las obsesiones, no son iguales. Su principal diferencia es que, en el caso del TOC, las obsesiones producen mucho malestar. Por el contrario, a las personas con TPOC sus obsesiones no les generan ansiedad y, a menudo, ni siquiera creen que tengan un problema.
Además, el comportamiento suele ser muy distinto. Mientras que las personas con un trastorno de la personalidad obsesiva-compulsiva son excesivamente ordenadas y perfeccionistas, aquellos con un trastorno obsesivo-compulsivo tienden a ser caóticos.
Incluso el objetivo del tratamiento es diferente.
El TOC es un problema crónico que no se puede erradicar. Sí se puede controlar para que no afecte al desarrollo de la vida diaria, con una mezcla de medicación y terapia. El TPOC puede eliminarse por completo, también mediante terapia o psicofármacos.
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