Repetir inconscientemente una acción tiene como resultado la creación de un hábito. Una rutina creada a partir de la ansiedad y el estrés puede formar unos rasgos en tu personalidad que muchas veces no son los verdaderos y puede reflejarte a los demás como una persona que en realidad no eres.
Esos actos te definen y en muchas ocasiones, no son nada positivos por lo que debemos eliminarlos y conseguir eliminar también la ansiedad que nos invade. De esta forma, podremos ser nosotros mismos, y controlar nuestras emociones y nuestros actos. Algunos de los hábitos más comunes de personas con ansiedad son:
Disculparse por todo
La constante sensación de sentir que estás incomodando a las personas de tu alrededor es habitual en personas con ansiedad. Por ello, tienen como objetivo satisfacer a los demás constantemente, de tal forma que a nada que haga tiene que disculparse inconscientemente. Se trata de un hábito que para el resto de personas resulta incómodo enfrentarse a él ya que no saben contestar a esas disculpas.
Tomárselo todo muy en serio
Pensar demasiado las cosas también es una característica inevitable en las personas con ansiedad. A nada que les digan ellos lo darán vueltas constantemente y ampliarán lo que quizás solo había sido un comentario sin importancia. Se convierte en un hábito dañino para estas personas, quienes acaban poniendo al límite las emociones y aumenta la ansiedad. La idea de haber hecho el ridículo o pensar que has dicho algo que ha molestado hace que se convierta en un hábito peligroso e inadecuado para reducir la ansiedad.
Huir cuando se sienten amenazados
Abandonar sitios para evitar situaciones que no son agradables es porque la ansiedad está por encima de la personalidad de las personas que tienen a huir. Si esto ocurre, puede que estas personas no se den cuenta de su entorno, sino que solo se centran en la ansiedad y en la situación que les viene y no quieren vivir. Este estrés está por encima de cualquier circunstancia y dejar conversaciones a medias o incluso irse antes de tiempo refleja en esa persona una falta de educación, que por culpa de la ansiedad, externaliza.
Pensar siempre en negativo
El pesimismo es el hábito más común entre las personas con ansiedad. Aunque haya motivos para pensar que algo saldrá bien, ellos siempre verán las sombras por encima de las luces. Se acostumbran a sobreestimar las peores situaciones posibles, lo que conlleva cansancio emocional y dificulta las relaciones personales. Lo único a lo que desemboca esta rutina es a aumentar el miedo y la incertidumbre, y aumentar la ansiedad tan solo por pensar en que lo peor puede pasar. En ningún momento sabemos lo que va a pasar, por muy controlada que tengamos la situación, por lo que es mejor quedarse con los aspectos positivos y disfrutar de ellos, y no adelantar acontecimientos.
Pensar demasiado
Al principio del artículo, hacíamos referencia a la capacidad de pensar demasiado las cosas o darlas más importancia de la que tienen. Pero es que las personas con ansiedad analizan las situaciones al máximo detalle, por lo que nunca saben que decisión tomar frente a cualquier circunstancia. Nunca es fácil tomar ciertas decisiones, pero el hecho de examinar cada movimiento al máximo incita a que la sensación de ansiedad crezca, por lo que aumentará el miedo a equivocarnos. Por lo que hay que asumir que muchas de las circunstancias sí que podremos decidir el resultado, pero muchas otras veces que venga lo que venga, hay que afrontarlo con positivismo.
Lo importante, en cualquier caso, es captar estos hábitos e intentar eliminarlos en nuestras relaciones personales y así evitar que la ansiedad se interponga entre nuestra personalidad real y el día a día. A modo de consejo, incluso se pueden llevar a cabo técnicas de relajación para ser capaces de reducir del todo esta ansiedad. De esta manera y reflejando cómo nos sentimos podremos demostrar cómo somos realmente, y eliminar también la imagen que creamos por culpa de estos malos hábitos.
Si quieres eliminar alguno de éstos hábitos, te ofrecemos los mejores psicólogos online.