Ser un buen jefe no es sencillo. En el mundo profesional, un buen porcentaje ambiciona serlo. No obstante, a la hora de la verdad muchos descubren que el traje de jefe les queda grande. Quizás sea tu caso. Es posible que ese deseado ascenso haya venido acompañado de multitud de responsabilidades que complican tu día a día y te obligan a hacer frente a los conflictos.
Por qué hacer frente a los conflictos es indispensable para ser buen jefe

La proliferación de los conflictos preocupa a muchos responsables. Este es el caso de Saray, que llegó a terapia con un cuadro de estrés laboral considerable.
Debido a sus grandes conocimientos y su dilatada experiencia, Saray parece cuadrar perfectamente como responsable de su plantilla. Sin embargo, en las semanas que lleva desempeñando ese papel ha descubierto que el conflicto le viene grande.
Si piensas como ella, déjanos decirte que es algo relativamente normal. Al fin y al cabo, pasar de ser un empleado más a convertirte en jefe implica muchos cambios. Y uno de esos cambios es que te ves obligado a ampliar tus perspectivas.
Tu atención ya no puede estar puesta tan solo en tu tarea, ahora tienes que observar con detenimiento lo que hacen numerosos empleados. Y, por supuesto, a una escala mayor todo es más complicado.
Por suerte en ocasiones será posible evitar los conflictos. Otras veces, sin embargo, tendrás que aprender a hacerles frente y además procurar que tu equipo salga reforzado de ellos.

¿Es posible ser un buen jefe sin hacer frente a los conflictos?
No quieres tener que enfrentarte a tus empleados, es comprensible. Al fin y al cabo, lo más probable es que hasta hace relativamente poco fuesen tus compañeros. Esos con los que compartías confidencias y salías a tomar café durante la hora del descanso.
Es relativamente lógico que quieras gustarles. No obstante, debes tener en cuenta que tu trabajo no consiste en quedar bien con todo el mundo.
Al contrario, tu labor es tomar las decisiones adecuadas para que la empresa salga adelante. Y es inevitable que, al tomar unas decisiones y descartar otras, te encuentres con que alguien de tu equipo no está de acuerdo contigo.
Por suerte, es posible evitar el conflicto en algunas ocasiones. Será posible siempre y cuando estés dispuesto a tener en cuenta las opiniones de los empleados, o al menos a fingir que las tienes en cuenta.
Imagínate que la cúpula directiva de la empresa ha tomado por fin una decisión que llevaba tiempo rumoreándose en la empresa. Es una de esas decisiones que tienen que tomarse, aunque no todo el mundo está de acuerdo con ella. Por ejemplo, habéis decidido eliminar la posibilidad de teletrabajar e intuyes que algunos miembros de tu equipo no estarán de acuerdo con ello.
Si quieres evitar que se genere un conflicto en toda regla, lo mejor que puedes hacer es reunir a tus empleados y dejar que compartan sus impresiones sobre el tema. No olvides que tú, como jefe, tienes el poder y las habilidades comunicativas para encauzar la conversación hacia donde tú la quieres llevar.

Pero eso no significa que tengas que ignorar a tus empleados. Lo mejor que puedes hacer, incluso si la decisión ya está tomada, es dejarles ver que les escuchas. Que su opinión importa.
Jessica Powell, la anterior vicepresidenta de Google, afirma que «cuando surge un problema en el equipo, debes actuar primero como moderador. Haz preguntas y deja que otros respondan. Intenta contener tu opinión hasta que el resto hayan hablado, para así asegurarte de que no dicen lo que tú quieres oír».
En el caso de que la decisión no esté tomada el hecho de escuchar tus empleados te dará, además, el poder de tomar mejores decisiones. Recuerda que están ahí por su valor como profesionales y que su opinión puede ayudarte a salir airoso de los problemas.
Y, por supuesto, ten en cuenta que la confrontación de opiniones solo supone un problema cuando se gestiona de manera incorrecta.
Si a pesar de todo no te ves capaz para hacer frente a los conflictos, quizás sea el momento de contactar con un psicólogo online. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a encontrar la seguridad necesaria para afrontar esta nueva etapa profesional, que sin duda te traerá muchos beneficios.

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Pedir citaCómo resolver conflictos (y no morir en el intento)
Hay conflictos que son inevitables. Se les ve llegar desde lejos y enrarecen el ambiente a medida que se acercan. Son esos conflictos a los que debes hacer frente porque, si no lo haces, te arriesgas a romper el frágil equilibrio que hace que los equipos de trabajo funcionen.
Hagamos una reflexión: ¿Qué es peor? ¿Mantener una conversación seria, por incómoda que sea, con dos empleados enfrentados? ¿O dejar que sus problemas afecten al resto del equipo, a los proyectos y por ende a los clientes?
Resolver los conflictos ineludibles es tu labor como jefe. Para que entiendas cómo, vamos a utilizar un ejemplo.
Una persona ha abandonado el departamento de ventas y ha dejado tras de sí un puesto de cierta responsabilidad libre. Para ocuparlo has tenido que elegir entre dos empleados con el mismo puesto, que se encargaban de funciones muy similares y que, además, llevaban prácticamente el mismo tiempo dentro de la empresa.
El ascenso hace surgir las envidias entre ellos y sus tareas se paralizan. Por supuesto, no abordar el problema sería la opción más cómoda para ti, pero comprometería gravemente el buen funcionamiento de la empresa.
Lo mejor que puedes hacer cuando un empleado no está de acuerdo con la decisión que has tomado es darle la oportunidad de compartir su visión contigo. Sí, es posible que la conversación sea incómoda, que tu interlocutor esté enfadado o incluso que tengas que ver cómo rompe a llorar. Pero escucharle te ayudará a tomar mejores decisiones en el futuro y aprenderás a hacer frente a los conflictos con más tacto.
«Dejar que los conflictos echen raíces nunca es buena idea», afirma Jessica Powell, «cuando el resentimiento se acumula incluso los problemas más pequeños pueden parecer grandes insultos y corroborar la opinión de los empleados que piensan que tú, como jefe, no les apoyas.
Si intuyes que un empleado está molesto por algo es mejor que lo asumas y le des espacio para compartir sus sentimientos. Es probable que no coincidáis del todo, pero el simple hecho de tratarle con respeto y permitir que se exprese os ayudará a fortalecer la confianza y la lealtad».
Pasos prácticos para resolver los conflictos
- Admitir que existe el conflicto. Ignorar los problemas es señal de falta de madurez y, además, es impide buscar soluciones.
- Concretar cuál es el tema problemático. A veces una persona cree que otra está enfadada por un tema y resulta que el problema tiene un origen completamente diferente, en realidad. Solo si sabes con certeza cuál es el problema podréis avanzar en su resolución. La comunicación es clave.
- Buscar opiniones de terceros. El hecho de tener a alguien que modere la discusión puede ayudaros a salir de esos baches en los que avanzar se vuelve complicado.
- Llegar a una solución. Si no conseguís llegar a un acuerdo, dejad la decisión en manos de vuestro moderador.
Si estás teniendo problemas para gestionar esta nueva etapa de tu vida laboral, quizás contactar con un profesional de la salud mental pueda serte de ayuda.
Ten en cuenta que algunas técnicas utilizadas en psicología, como la terapia cognitivo conductual, pueden ayudarte a eliminar esas creencias sobre ti mismo que te lastran y te impiden avanzar en todos los ámbitos de tu vida, incluido el laboral.
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