amistad y exparejasIsrael y Marisa formaban una bonita pareja que hacía un tiempo había pasado por mi consulta de psicología por una cuestión de celos casi obsesivos por parte de ella. Solucionado el problema, se les indicó la conveniencia de realizar una terapia de pareja, ante lo cual manifestaron oposición porque, según Israel, “su problema estaba resuelto”. A pesar de mis explicaciones acerca de los beneficios de una posible terapia de pareja, lo cierto es que no volvieron a aparecer por la consulta. Muchos meses después, Marisa vuelve a terapia y me comenta que Israel le ha dejado no sin antes decirle “te sigo queriendo como un amigo”. Una frase que, no por usada, deja de ser real. Has compartido un cierto tiempo, cuya percepción temporal es más larga de lo que ha sido y poco o nada imaginabas que el fin de la misma estaba tan cercano. Quizá no interpretaste correctamente las señales que te dio tu pareja. Quizá sí lo hiciste pero pensaste que era una cuestión pasajera. Sea como sea, el resultado es que, repentinamente, tu relación de amor ha pasado a ser de “amistad” y tú te preguntas ¿cuándo? ¿por qué? Y, lo más importante, ¿podemos ser amigos? ¿debemos ser amigos? ¿queremos ser amigos?

Motivos inaceptables para continuar siendo amigos tras una ruptura de pareja

Existen diversos estudios que nos muestran que las que fueran parejas tienen relaciones de amistad de peor calidad que aquellas personas que jamás han tenido una relación amorosa entre sí, especialmente, si la pareja se rompe repentinamente, de forma traumática o unilateralmente. Sin embargo, existen exparejas que, con el tiempo, sí pueden llegar a tener relaciones de amistad. Sobre todo si las heridas se han curado, si existen nuevas parejas y si los “ex” entienden la diferencia entre lo que tuvieron y la amistad, con tal de que interfiera en sus relaciones actuales. De cualquier forma, y a pesar de cumplir con todos estos requisitos, la amistad no funcionará si las verdaderas razones de la misma poco o nada tienen que ver con una amistad verdadera.

  • “Tenemos, compartimos, los mismos amigos”. Uno de los motivos principales por los que se puede “fingir” una relación de amistad, cuando no existe como tal, es que el grupo de amigos es el mismo y uno de los dos no está dispuesto a renunciar al mismo. ¡Ni falta que os hace! Es tan simple como organizarse con los amigos para intentar no coincidir. Cada uno de vosotros tiene derecho a disfrutar del grupo de amigos en libertad, sin sentirse coartado por la presencia del ex, más aún si la situación entre vosotros es tensa.
  • “Me sabe muy mal por él/ella”. Esta es la peor de las excusas para mantener una relación de amistad, sobre todo si fuiste tú quien provocaste la ruptura. Piensa que lo único que haces es dar falsas esperanzas a una persona que ya está herida y no lo haces por empatía sino lo haces por egoísmo, porque quieres dejar de sentirte así de mal. Te aconsejo que busques el consuelo que necesitas en tu entorno, no vuelvas a hacer daño.
  • “¿Qué estará haciendo? ¿Con quién estará?”.  Es probable que, en las primeras semanas tras la ruptura, si te enteras que tu ex vuelve a ser feliz junto con una nueva pareja, esto haga aumentar tu malestar. Tal como dijimos en el artículo acerca de la obsesión por la expareja a través de las redes sociales, existen estudios que muestran que el 85% de las personas admite haber “cotilleado” a su ex a través de las redes. Principalmente Facebook, en concreto para “controlar” qué estaba haciendo la otra parte. Un 17%, admitía “cotillear” todas las semanas. Mientras que podemos decir que la primera conducta no se debe hacer, pero se puede llegar a entender, el segundo es un comportamiento obsesivo que no hace más que aumentar tu ansiedad y celos.
  • “Me siento solo”. Si eráis una pareja sin demasiado espacio individual para cada uno, la ruptura no solo te deja sin pareja sino, también de las relaciones interpersonales con las que contabais. Llamar a tu ex para tomar algo y ver esa peli que tanto os gustaba en el sofá, solo producirá que ninguno de los dos avance ni conozca a nuevas personas. Llegados a cierto punto, romperéis  de la ruptura, aumentando el malestar y la ansiedad en ambos. Por tanto, si te sientes solo, acude a tu entorno más cercano.
  • “Cambiará”. Los motivos que causan una ruptura pueden ser diversos. Quizás, en tu caso, tuvieron que ver con alcoholismo, adicciones, violencia, ataques de ira… y, posiblemente fuiste tú quien decidió romper. Pero a pesar de ello sigues teniendo la esperanza de que tu ex “cambiará” y “todo volverá a ser cómo al principio”. Para ti es lógico mantener una relación de amistad pero ello no es indicador de que él tenga los mismos sentimientos ni garantía de que vaya a funcionar.
  • “No estoy seguro de que mi nueva relación vaya a ir bien”. Has iniciado una relación que no te convence, por el motivo que sea, así que crees que si mantienes la relación de amistad con tu ex, cuando rompas con tu nueva pareja, será más fácil volver con él/ella, sin tener que pasar un nuevo duelo. Sin embargo, esto te hace entrar en una trampa muy peligrosa que causará daños, no sólo a tu pareja actual sino también a ti y a tu expareja. Estás generando unas relaciones muy injustas por puro egoísmo.
  • “No quiero ser amigo de mi ex pero no lo entiende”. No puedes acabar siendo amigo de alguien simplemente porque esa persona se empeña mucho. Deberías tener una conversación abierta y sincera con tu ex, en un lugar neutral y decirle que no deseas seguir manteniendo ningún tipo de contacto con él/ella. Si esta persona insiste en verte a pesar de tu oposición, busca ayuda. Puede ser de la mano de un psicólogo o cómodamente a través de terapia online. Piensa que los celos y la obsesión están en la antesala de conductas controladoras.
  • “Me sigue queriendo”. Tu ex sigue enamorado de ti pero tú no lo estás ya. Toma distancia para evitar hacerle y hacerte daño. Piensa que si pasas tiempo con tu ex, lo único que estás haciendo es, por un lado, satisfacer ese lado que tenemos todos de necesidad de admiración y amor. Por un lado, estás actuando de forma egocéntrica. Por otro, estás dando unas expectativas falsas a tu ex: “nos vamos a reconciliar”, “esto marcha”… ¿Te gustaría que te hicieran lo mismo?
  • “Creo que sigo enamorado”. Aunque es uno de los principales motivos para querer tener una amistad con tu ex, también es una de las que te puede causar más daño. Piensa que si tu ex se ha desenamorado, lo tienes difícil para hacerle cambiar de opinión. Una retirada a tiempo es un triunfo.

Tras la ruptura de pareja, no deberíais ser amigos porque…

  • Tenéis que asumir la ruptura y es más fácil si mantenéis la distancia, tanto física como emocional. Tras la ruptura llega el proceso de duelo que puede ser más o menos largo dependiendo de cómo haya acabado la relación de pareja.
  • Uno de los dos sigue enamorado del otro. Es uno de los motivos inaceptables para seguir como amigos. El “desenamoramiento” no tiene una velocidad definida para ambos miembros de la pareja. A uno de ellos le puede costar más que al otro. De nuevo, distancia. Si no, la herida duele mucho más.
  • Hacer el duelo por la relación perdida a solas. Como se ha dicho, debéis asumir la ruptura y concienciaros de que vuestro ex ya no es vuestra pareja. El duelo será la única despedida definitiva posible. Si, durante este duro proceso, cuyo final ya lo conoces de antemano, mantienes la amistad con tu expareja, acabarás con un problema emocional importante y una actitud de insatisfacción vital que producirá interferencias en todos los ámbitos de tu vida.
  • Sigue adelante con tu vida. Cuando terminasteis vuestra relación teníais buenos motivos. Nadie acaba su relación de pareja, aquella en la que tanta ilusión y proyectos de futuro ha puesto sin una causa real. Quizás deberías recordarla antes de pensar en mantener una amistad. Cuando se acaba la relación, significa justamente eso, el fin. No habéis firmado ningún contrato de amistad ni buen rollo. Más que nada porque cada uno de vosotros se debe focalizar en su nuevo presente, lleno de nuevas oportunidades y nuevas relaciones. Carpe Diem.

decirte adios con un te quiero libroNo pierdas la esperanza, hay causas por las que sí podríais ser amigos…

  • Perdonar y olvidar para poder despedirse. Silvia C. Carpallo, autora del libro “Decirte adiós con un te quiero” (2015) afirma que “muchos de nuestros grandes amores, son precisamente a los que tuvimos que decir adiós, aun teniendo sentimientos hacia ellos”. Cuando una relación se acaba, se debe pasar necesariamente por el proceso de duelo por la relación perdida. Si la ruptura no ha sido traumática ni posteriormente han existido conductas controladoras u obsesivas, pasado un cierto tiempo, algunas parejas pueden llegar a tener una buena relación. El tiempo y los afectos dirán si se puede llegar a convertir en amistad.
  • Llegar a un acuerdo. Si la pareja decide de mutuo acuerdo dejar la relación porque ya no sienten amor el uno por el otro, podrían, con el tiempo, verse como amigos. Cuando se termina de mutuo acuerdo, el final no es traumático y, por tanto, el necesario proceso de duelo por la relación perdida será breve.
  • Distancias variables.  A vueltas con la distancia. En el caso anterior, no pasa nada si quedamos de vez en cuando a tomar café. Quizás es diferente cuando aparezcan nuevas parejas en escena: celos, poco entendimiento,… En otras, las nuevas parejas son muy tolerantes, nada celosas y entienden que, al fin y al cabo, podéis coincidir de nuevo en la vida, aún sin existir intencionalidad. Otra cosa bien distinta, es cuando uno de los miembros de la expareja, sigue enamorado. Esto imposibilita la relación de amistad real porque ¿existe libertad para enviarle un WhatsApp preguntándole cómo le fue? ¿No es posible que aproveche para dejar fluir sus sentimientos? En este caso, distancia – cuánta más, mejor- y respeto- todo.