Hipócritas: así son y así puedes evitarlos

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Salud Mental
Lucía Lorenzo
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A todos nos molesta la hipocresía. Los seres humanos odiamos la falta de sinceridad, pues envenenan las relaciones sociales. Y necesitamos las relaciones sociales. Desde el principio de los tiempos hemos buscado la compañía de nuestros semejantes y hemos establecido relaciones personales con aquellos que nos rodean. Odiamos a los hipócritas porque se dedican a sembrar dudas sobre la autenticidad de nuestras relaciones, pero… ¿Somos hipócritas?

Quien esté libre de hipocresía, que tire la primera piedra.

Son muchos los que afirman que vivimos en la época de la hipocresía. La consolidación de Internet y la expansión de las redes sociales han logrado que nuestra condición de seres sociales se eleve a la enésima potencia. Aplicaciones como Facebook han banalizado el término «amigo» hasta convertir las amistades en cromos coleccionables. Otras, como Instagram, nos han vuelto expertos en fingir que nuestro día a día es perfecto.

Sin embargo, nos siguen disgustando las personas hipócritas. Es cierto, son pocos (o quizá ninguno) los que pueden afirmar que nunca han sido hipócritas, pero un fallo lo tiene cualquiera. El problema viene cuando la mentira se convierte en un pilar de la personalidad y ya no hay manera de distinguir lo que es cierto de lo que no.

¿Qué es la hipocresía?

La Real Academia Española define la hipocresía como el acto de fingir «cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o se experimentan». No obstante, cabría matizar esta definición, porque a veces es realmente complicado saber lo que queremos y actuar en consecuencia. Otras, sin mala intención, actuamos poniendo a los demás por encima de lo que nosotros mismos queremos. ¿Esto significa que somos hipócritas? Puede ser, pero lo somos de forma involuntaria.

Lo que hace despreciables a los hipócritas es la premeditación. Un hipócrita es aquel que, deliberadamente, finge ser quien no es. El hipócrita no solo es mentiroso, vive en una mentira.

Sin embargo, no todos los hipócritas actúan con mala intención. En muchas ocasiones son sus ansias de encajar las que les empujan a decir aquello que no piensan, o a actuar en contra de sus propias creencias. Algunas personas son hipócritas porque su baja autoestima les hace creer que su «verdadero yo» no es lo suficientemente bueno. Otras, practican la hipocresía con la intención de recibir la aprobación del resto para, por ejemplo, salir bien parado en los conflictos.

hipócrita

Las causas de la hipocresía

La hipocresía como parte de la naturaleza humana

Algunas de las teorías más extendidas sitúan el origen de la hipocresía en la propia naturaleza humana.

Como ya hemos explicado, los humanos somos seres sociales y, como tales, necesitamos vivir en comunidad. Esta necesidad, que aún sigue latente, era de especial importancia para los primeros homínidos, pues su supervivencia dependía no solo de su pertenencia a la comunidad, sino también del buen funcionamiento de esta.

La hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud.

Francois de La Rochefoucauld

Quizá fuese entonces cuando los seres humanos desarrollamos el impulso de hacer oídos sordos a nuestra propia opinión con el fin de actuar en base a lo que los demás esperan de nosotros. Pero, por lógico que pueda parecer su origen, la hipocresía no deja de ser tóxica, tanto para los demás, como para uno mismo.

Las cuatro causas de la hipocresía, según los psicólogos

En 1994 Roger Crisp y Christopher Cowton publicaron una investigación en la que contemplaban las cuatro posibles causas de la hipocresía:

  • La pretensión de mostrar una faceta inexistente de cara a los demás para ganar su simpatía.
  • La culpa provocada por tener una personalidad que nos desagrada o que no concuerda con nuestras creencias.
  • La inconsistencia de las propias creencias: no estar seguro de lo que se piensa o se dice.
  • La complacencia o la necesidad de gustar a los demás, que lleva a afirmar cosas que más tarde no se ponen en práctica.

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Cómo reconocer a un hipócrita

La hipocresía puede manifestarse de muchas formas, por lo que no siempre es fácil reconocer a una persona hipócrita. Sin embargo, hay algunas características que te pueden ayudar a distinguir esta actitud tan molesta.

Los hipócritas esperan recibir mucho más de lo que dan

Una persona hipócrita predicará las supuestas normas que rigen su vida con la esperanza de que el resto las cumplan y, así, no tener que hacerlo ellos mismos.

Por ejemplo, un jefe hipócrita sería aquel que exige a sus empleados trabajo duro y resultados excelentes, pero nunca está disponible cuando estos necesitan ayuda.

Su interés por los demás aumenta cuando hay algo que les beneficia en juego

En muchas ocasiones las personas hipócritas establecen relaciones superficiales que no les interesan realmente, pero que pueden resultarles beneficiosas en el futuro.

Seguro que alguna vez has compartido clase con uno de esos compañeros que habitualmente se limitan a saludarte, pero que apelan a vuestra amistad cuando necesitan tu ayuda con algún trabajo.

Siempre critican por la espalda

De cara al público, el hipócrita es amigo de todo el mundo. Sin embargo, cuando se queda a solas con la gente de su confianza, critica a aquellos con los que ha sido amable. Este tipo de actitudes crean inseguridades en quienes los rodean, pues no pueden evitar preguntarse si harán lo mismo con ellos.

hipocresía

Nunca están cuando los necesitas

Aunque una persona hipócrita siempre exigirá que le ayudes cuando las cosas le van mal, lo más normal es que se esfumen cuando es su turno de prestar ayuda a los demás.

Fingen ser perfectos, pero nunca se esfuerzan por mejorar

Por regla general los hipócritas tienen una imagen de sí mismos que no se corresponde con la realidad. Aunque es cierto que algunos fingen ser quien no son, precisamente, porque no les gusta lo que perciben de sí mismos, otros tienen una imagen exageradamente perfecta de sí mismos, alimentada por el personaje que han creado.

Sin embargo, más allá de su fachada de perfección, el hipócrita rara vez se esforzará por mejorar. Es común que una persona hipócrita piense que, si los demás ya creen que es bueno, no es necesario serlo realmente.

Si reconoces en ti mismo alguna de estas cualidades no hay necesidad de preocuparse. Errar es humano y a veces somos hipócritas sin pretenderlo. El problema radica en la repetición habitual de este tipo de actitudes.

Aprende a tratar con hipócritas

Aunque es normal que la hipocresía te saque de tus casillas, no debes perder los nervios a la hora de tratar con personas hipócritas.

Puede que tu primera reacción ante la hipocresía sea el enfado, pero lo mejor que puedes hacer es controlar tus impulsos. Algunos hipócritas son expertos en manipular a los demás y es posible que, si empiezas una discusión con ellos, acaben volviendo tus argumentos en tu contra.

En su lugar, intenta hablar calmadamente con ellos de aquello que te molesta. Si te asusta desatar su mal humor, evita culparles. En su lugar, prueba a poner el foco en cómo te hacen sentir.

Si hablar con ellos no funciona, recuerda que siempre estás a tiempo de poner distancia entre tu vida y aquellas personas que ya no te aportan ningún valor. Es importante que tengas claros cuales son tus límites, para poder alejarte de quienes los sobrepasan de manera habitual e intencionada.

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Sobre Lucía Lorenzo

Periodista especializada en salud mental

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