Homosexualidad reprimida: el rechazo a la propia condición sexual

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Aunque cada vez vivimos en un mundo más tolerante, la homofobia sigue presente, en mayor o menor medida, en todas las sociedades contemporáneas. Las personas LGBT a menudo sufren rechazo por parte de la sociedad. Sin embargo, esta aversión a todas aquellas orientaciones sexuales que se salen de la heteronorma, en ocasiones viene del propio individuo.

Podemos definir la homosexualidad como la inclinación que una persona siente hacia otra de su mismo sexo. Si una persona homosexual no es consciente de serlo, o es consciente pero no lo manifiesta abiertamente, podemos hablar de homosexualidad reprimida. Aquellos que rechazan su propia orientación sexual a menudo dudan de sus pensamientos, de sus gustos y sensaciones.

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La homosexualidad deprimida suele derivar de un entorno hostil, plagado de homofobia. La educación es clave a la hora de desarrollar la tolerancia y, como todos, las personas LGBT se ven influidos por el contexto social en el que se desarrollan.

Aunque es fundamental poner el foco en el rechazo que viene del exterior, dado que puede derivar en agresiones verbales y físicas, cabe destacar que la homofobia también puede ser interna. Así lo demuestran estudios realizados por las universidades de California, en Estados Unidos, y Essen, en Alemania.

Terapias de conversión

Aunque se trata de un problema cada vez menos común, debido a las prohibiciones que existen en numerosos países al respecto, las terapias de conversión siguen siendo un problema para las personas LGBT.

«No se puede curar ni sanar algo que no se considera trastorno ni enfermedad mental», indica Juan Manuel Peris, psicólogo y director del Grupo Les-Hom, especializado en asistir y atender a los colectivos LGTB. Los expertos coinciden en que estos tratamientos trastornos psicológicos y graves problemas en los pacientes. Las terapias de conversión implican procedimientos tales como:

  • Medicación. Suministro de medicamentos como Dogmatil y Ludomil a los pacientes, comumente usados para tratar trastornos neurológicos o psicológicos.
  • Terapias de shock de electrodos, en las que reciben una descarga cada vez que su cuerpo se excita al ver contenido erótico de dos personas del mismo sexo.
  • Terapias de aversión. Consiste en la inyección al paciente de adrenalina en grandes cantidades. La adrenalina produce terror, que la víctima asociará con el contenido erótico homosexual, provocando así el rechazo.
  • Charlas terapéuticas y consejos para la reconversión. Las víctimas dan cuenta de consejos tan descabellados como cambiar su ropa interior o comprar revistas deportivas.

Diferencias entre homosexualidad reprimida y TOC homosexual

No se debe confundir la homosexualidad reprimida con el TOC homosexual. El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un «trastorno de ansiedad que está caracterizado por la presencia de pensamientos u obsesiones que se intentan paliar con la producción de compulsiones o conductas compensatorias». La persona que lo sufre intenta demostrar continuamente su heterosexualidad.

La solución es fomentar que las personas aprendan a respetar su condición sexual y la del resto de seres humanos. Si sufres los efectos de la homosexualidad reprimida o cualquier otro problema derivado de tu orientación sexual, en Siquia podemos ayudarte.

Imagen de Andrea Fernández
Sobre Andrea Fernández Soy Andrea Fernández Rodríguez, licenciada en periodismo por la Universidad de Valladolid. En un futuro no muy lejano me gustaría trabajar en el mundo del periodismo y la comunicación. Me gusta mucho aprender cosas nuevas, y tengo un gran interés por la psicología.
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