La sonrisa es, en muchas ocasiones, nuestra tarjeta de presentación. El primer gesto o acción con el que nos pueden identificar los demás. Eso sí, para lucirla con total garantías es preciso contar con una adecuada salud bucodental.
¿Qué ocurre cuando no estamos satisfechos con nuestros dientes o nos falta alguna pieza? Por lo general hacemos todo lo posible por evitar sonreír o incluso optamos por poner la mano delante para ocultar nuestros complejos.
No obstante, hoy en día todo eso tiene solución. La ausencia de un diente puede corregirse con implantes dentales, que son la propuesta más fiable y duradera. En el caso de contar con unos dientes torcidos se puede recurrir a una ortodoncia; a un blanqueamiento si se han ido oscureciendo con los años o a unas carillas para arreglar separaciones entre piezas o el color de las mismas.
De esta forma pueden conseguirse unos resultados brillantes que devolverán a cualquiera las ganas de expresarse con naturalidad con su boca.
¿Por qué es importante una correcta salud bucodental?
Desde una edad muy temprana hay que hacer todo lo posible por cuidar nuestra salud bucodental. Resulta esencial la prevención y el control. Y no solo por los problemas que nos pueda acarrear a la hora de comer o al masticar ciertos alimentos. Está claro que sentarnos a la mesa puede llegar a convertirse en todo un suplicio.
Pero los beneficios que nos aportará una boca en correcto estado irán mucho más allá de esto. Entre otras cosas conseguirá mejorar de forma considerable nuestra autoestima. Al vernos bien con nosotros mismos estaremos más a gusto y tendremos más capacidad para relacionarnos con los demás.

Una buena salud de la boca, algo más que una cuestión de estética
Existe la tendencia a pensar que el cuidado de la boca es principalmente por un motivo de salud. Pero una dentadura cuidada y sana también contribuye de manera positiva en nuestro día a día. Una bonita sonrisa permitirá que ganemos en confianza.
Sin embargo, cualquier problema bucodental acaba generando inseguridad y malestar. No solo afectará a nuestro aspecto físico, también al estado de ánimo y a las relaciones personales.
Hay la tendencia a asociar unos dientes limpios, blancos y correctamente posicionados, con la belleza y la juventud. Y en realidad se trata de algo muy cierto.
Aquellos que no se encuentran satisfechos con su dentadura, ya sea porque esté dañada, manchada o tenga alguna ausencia, tienden a desarrollar una serie de hábitos que son perjudiciales para su imagen social, como reírse sin enseñar los dientes, tapar la boca o incluso evitar la sonrisa. Actúan de esta manera porque el estado de sus piezas les hace sentir inseguros o avergonzados. Eso llega a crear una imagen negativa de uno mismo.
Unos dientes sanos aumentarán su éxito social
Una sonrisa bonita contribuye de forma importante en el éxito social. Está más que comprobado que las personas que tienen una boca sana y en buen estado causan una mejor imagen a los demás, sobre todo en una primera toma de contacto o cuando nos encontramos con alguien por primera vez.
De hecho, es uno de los primeros detalles en los que reparan los interlocutores. Una correcta salud bucodental permitirá generar confianza y mostrarnos con naturalidad. Una persona que es capaz de transmitir su sonrisa sin complejos llega a resultar más atractiva.
La boca puede decir mucho de nosotros, y nos llega a condicionar bastante a la hora de relacionarnos con otros. Resulta trascendental para causar una grata impresión a la hora de asistir a una entrevista de trabajo o de conocer a alguien.
La importancia de la prevención
Para conseguir y mantener una bonita sonrisa básicamente hay que desarrollar unos hábitos de prevención vinculados con la higiene dental. Entre ello se incluye el cepillado tres veces al día, evitar los alimentos perjudiciales para el esmalte, hacer una limpieza dental un par de veces al año y visitar al dentista una vez al año para detectar cualquier tipo de problema que exija de un tratamiento.