Una de las estrellas de la NBA (siglas de la liga norteamericana de baloncesto), John Wall, afirmó haber atravesado uno de sus peores momentos a nivel mental. Varias malas pasadas de la vida, tanto en el terreno deportivo como en lo personal, le sumieron en una profunda depresión que le llevó a plantearse el suicidio.
John Wall: «Pensé en el suicidio, fui a terapia»

Actualmente, el base de Los Angeles Clippers empezará una nueva temporada en la que espera dejar atrás todos los problemas de los últimos años. Lesiones de larga duración como una en el tendón de Aquiles o en la rodilla detuvieron su carrera, la cual tenía visos de ser una de las más prometedoras de la mejor liga de baloncesto del mundo.
La terapia eliminó la idea del suicidio de su cabeza
Wall se ha sincerado sobre la etapa oscura de su carrera deportiva: «Es el lugar más oscuro en el que he estado. En un punto llegué a pensar en suicidarme«, afirmó. A los períodos de inactividad por lesión se sumó un montón de noticias que cambian la vida a cualquier persona como son la pérdida de familiares más cercanos: «Me rompí el Aquiles, mi madre enfermó y después falleció y un año después murió mi abuela«.
Para añadir algún ingrediente a esta combinación de obstáculos que le estaba poniendo la vida a John Wall, la situación pandémica ahondó su depresión: «Todo esto ocurrió en plena pandemia de COVID. Ir a las sesiones de quimio y ver a mi madre exhalar su último aliento, tumbarme a su lado en el sofá con la misma ropa puesta durante tres días…».
«Si he podido pasar por esto, puedo superar lo que sea en la vida. Que los aficionados me sigan apoyando, que quieran seguir viéndome jugar, significa muchísimo para mí. Tuve que buscar ayuda, terapia. Mucha gente piensa que no necesita apoyo, que puede salir de las cosas cuando quiera. Pero tienes que ser sincero contigo mismo y descubrir que es lo que realmente necesitas. Y es lo que yo hice”.
Si he podido pasar por esto, puedo superar lo que sea en la vida
La NBA, un terreno peligroso para la salud mental
Aunque la NBA, desde fuera, sea visto como un altar al que solo pueden acceder algunos elegidos que podrán disfrutar de una vida a todo lujo, nada más lejos de la realidad. Los problemas de salud mental son algo más que presente en los jugadores de la liga. John Lucas II, exjugador y actual asistente del cuerpo técnico de los Houston Rockets, puso datos sobrecogedores en la mesa: «Más del 40% de los jugadores (casi la mitad) sufren problemas relativos a la salud mental. Sin embargo, menos del 5% solicita ayuda psicológica».
John Lucas II no habla en vano, ya que dirige un programa de bienestar para deportistas: «Es una epidemia en la NBA. Existen todo clase de dificultades, de trastorno, de déficit de atención, bipolaridad, ansiedad, depresión…»
En lo relativo a la ansiedad y los ataques de pánico, el caso de Kevin Love es uno de los que más presentes están en la mente de los aficionados al baloncesto. El pívot estadounidense se abrió en The Player’s Tribune, reconociendo que sufrió un ataque de pánico en medio de un partido: «Acabé tirado en el suelo del vestuario boca arriba, tratando de tener suficiente aire para respirar. Lo siguiente que recuerdo fue la visión borrosa antes de que alguien del equipo me llevara a una clínica».
Uno de los últimos casos que se hicieron virales sobre la caída de estas estrellas de la NBA es el de Delonte West. El excompañero de LeBron James fue encontrado, el año pasado, mendigando por la calle. La policía le detuvo por vociferar mientras sujetaba dos botellas de alcohol delante de las puertas de una comisaría.
Volviendo a los números sobre la salud mental en la NBA, el director del Departamento de salud mental y bienestar de la National Basketball Players Association (asociación de jugadores de la NBA), William D. Parham, afirma que los datos de John Lucas II son cifras bastante realistas. Esta área de la NBA junto con el sindicato han impulsado una política integral para la salud mental.
La conclusión de los diferentes casos de problemas de salud mental en la NBA es que esta clase de trastornos no entiende de estratos sociales, ni de riqueza, ni de ningún otro aspecto. La falta de ayuda puede sumir a las personas en un pozo del que es complicado salir. No solo porque puede hundirte en problemas económicos o de otra índole. Puede llegar al extremo del caso de John Wall y pensar en la idea del suicidio.
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