sectasUna de las principales tareas con las que se enfrentan los adolescentes es la definición de una nueva identidad; el joven deja de identificarse con el niño que era y comienza a construir su propia visión de mundo, mediante un largo proceso de cambios psicológicos y emocionales, muchas veces contradictorios entre sí.

Es común entre los adolescentes sentir angustia en esta etapa por los intensos y acelerados cambios físicos y biológicos que les ocurren. Las tareas específicas que se cumplen en este período son: lograr la confianza en sí mismo, consolidar la identidad y lograr la autonomía emocional y social.

Asimismo, es común la búsqueda de ideales y de identidad. Todo joven tiene la necesidad de elegir entre varios modelos, el estilo y la forma de vida que desee. Esta es una de las razones por la que gran parte de su energía la invierten en buscar e imitar la forma de vestir, pensar o comportarse de aquella persona, normalmente famosa  conocida en su ámbito, a la que quisiera parecerse. Pero, en esta búsqueda, los adolescentes pueden encontrar  respuestas a sus preguntas en sectas religiosas o en la participación de grupos ideológicos radicales, sin darse cuenta de que las respuestas que creen haber hallado son ilusorias. El joven entra en estos grupos en busca de libertad y se encuentra con que le será muy difícil salir de la organización en la que queda inserto.

El peligro de las sectas es que establecen modos de pensamiento y conductas con un trasfondo ideal,  el joven se siente protegido y comprendido por los otros miembros, donde además sus angustias personales se suavizan al prometerle encontrar en ellas creencias absolutas pero, especialmente, respuestas; respuestas a todo aquello que están buscando y aún no han hallado.

No todos los grupos que comparten una ideología son negativos, algunos aportan muchísimos recursos, valores y redes sociales a los adolescentes, por eso es importante reconocer cuáles son las asociaciones o sectas que pueden causar daño a un joven.

¿Cómo reconocer una secta destructiva?

1) En general las sectas destructivas exigen una excesiva devoción o dedicación a alguna persona, idea o cosa. El joven ya no tiene tiempo para realizar otras actividades como compartir con la familia o ver a otras personas, todo su tiempo libre se va en dedicarlo al grupo

2) Contienen ideas persuasivas que intentan controlar a sus miembros. En su mayoría, las sectas destructivas intentan transformar la vida del joven en un único patrón de relaciones, creencias, prácticas y valores, muestran de manera inflexible lo que “se debe hacer” y lo que “no se debe hacer”.

3) Induce a sus miembros a estados de dependencia psicológica. Para controlar a sus seguidores, los líderes de estas sectas los controlan a través de la culpa, la vergüenza y el castigo.

4) Explota a sus seguidores para conseguir la obediencia de sus adeptos, los obliga a realizar acciones que atenten contra su dignidad personal.

5) Tiende a causar daño psicológico a los adeptos, sus familias y la comunidad. En 1993, en España se catalogaron entre 100 y 200 grupos que podían encajar en el concepto de sectas destructivas. La coartación de la libertad en estas sectas es una sutil forma de violencia que se ceba, fundamentalmente, en la población juvenil.

Para una secta destructiva resulta fundamental  transformar la personalidad de sus seguidores, de modo que sus prioridades, intereses, relaciones personales y objetivos sean los que el grupo o el líder crea convenientes. Para lograr esto se les  aplican una serie de técnicas de manipulación psicológica que con el tiempo irán logrando una mayor dominación del joven. Como consecuencia de estas técnicas, los familiares y amigos comienzan a “desconocerlo”, quedando desorientados frente a la nueva actitud del adolescente.

Asimismo, de manera más o menos explícita, el adepto siente hallarse por encima de los demás por tener acceso a una «verdad superior» que le hace sentirse «más feliz de lo que nunca había sido anteriormente». El cambio observado acostumbra a ser brusco e inesperado, muy similar en la mayoría de los afectados, independientemente del grupo al que pertenezcan y de su personalidad anterior.

¿Cómo reconocer a un adolescente en riesgo de entrar en una secta?

Una de las primeras alteraciones psicológicas que pueden observarse es el trastorno disociativo atípico, algunos de sus síntomas son: dificultad para responder, amnesias, desorientación, alteraciones de la percepción, estados de trance, doble personalidad, etc. También pueden aparecer conductas violentas, excesiva irritabilidad o retraimiento, descuido en su apariencia física.

Todas estas situaciones impactan en la comunicación con los demás, aparecen cambios en la vida escolar, bajo rendimiento, pérdida de amistades significativas anteriores, distanciamiento progresivo de la familia. Si se ven dos o más de algunos de estos síntomas en un tiempo mayor a dos meses es importante consultar a un profesional, pudiendo ser un psicólogo, para descartar posibles patologías del orden psiquiátrico o psicológico.