Hablar de salud no es hablar solo de un cuerpo sano, fuerte, hábil y apto, también tiene mucho que ver con nuestro estado mental, con la forma como procesamos las emociones, pues éstas se manifiestan en conductas.
La carga emocional del expatriado

Cuando una persona comienza una nueva vida en un país extranjero se enfrenta a una serie de etapas que pueden poner a prueba su salud metal.
Las etapas emocionales por las que atraviesa la persona que desea emigrar a otro país
La primera ellas se caracteriza por aparecer en el migrante un intenso sentimiento de soledad, lo cual provoca un fuerte dolor por todo lo perdido y abandonado. Durante el proceso migratorio aparecerán síntomas como la angustia de tipo persecutorio, confusional y depresivo, variando mucho la intensidad y la duración de ésta según la personalidad del expatriado.

La segunda etapa dará comienzo solo cuando el migrante comience a salir de la nostalgia y la pena por el país que dejó. Se trata de un proceso de conversión del sentimiento de dolor en crecimiento.
Por último se llegará a la tercera etapa donde se vislumbra la posibilidad de comenzar un proyecto próspero para el futuro, siendo una fase mucho más placentera.
Superar estas tres etapas en un periodo mayor o menor de tiempo dependerá en gran medida del peso emocional que soporte cada individuo. Entendemos este peso o carga psicológica como todas aquellas dificultades añadidas a nuestra propia carga personal.
Así la adaptación del migrante a su nueva vida estará muy condicionada por el tipo de cargas que tenga que soportar a sus espaldas. Éstas son algunas de las más comunes a las que se suele tener que hacer frente.
¿Que lleva en la «mochila emocional» un expatriado?
La familia. Decir adiós a tus seres queridos no es fácil ni para el que se va ni para los que se quedan. En ocasiones la educación que la familia ha dado a la persona que se marcha le carga de toda una serie de valores y creencias que dificultarán la estancia de éste en el nuevo país de residencia.
La presión que siente por parte de la familia puede llevar al emigrante a no expresar libremente aspectos negativos de su nueva vida por no alarmar a sus seres queridos o por no decepcionarlos. Sentir que hemos abandonado a los nuestros y que además estamos fracasando crea fuertes desequilibrios emocionales que pueden desembocar en cuadros de ansiedad y angustia.
La sociedad. El hombre es un ser social por naturaleza. Para su plena realización necesita de la relación con los otros. El emigrante, si quiere cubrir la necesidad de pertenencia a un grupo inherente a todo ser humano, deberá superar toda una serie de prejuicios instaurados en la sociedad, lo cual puede repercutir en su nivel de autoestima e identidad.

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Pedir citaLa propia persona. Se trata de toda una serie de cargas que nos autoimponemos nosotros y que por lo general no han sido resueltas antes de comenzar el nuevo proyecto de futuro. El miedo al fracaso, a la soledad, sentirse desvalido sin la protección paterna, problemas familiares…
Un intercambio internacional es un evento sumamente importante que presenta dosis de emoción y estrés, alegría y agotamiento. De por sí significa una carga física, emocional y psicológica importante por lo que se deben soltar todas las cargas acumuladas con el fin de enfrentarnos al proceso migratorio con más fuerzas y ánimo.
Focalizar los pensamientos positivos y controlar los negativos, construir objetivos propios, mantener una actitud positiva, tener autoconfianza, saber encajar las críticas y aprender a pasar página sin olvidar Son algunos de los consejos que te damos desde Siquia Psicólogos para librarte del lastre emocional que puedes acumular en tu nueva vida diaria.
Si tienes alguna duda, recuerda que en Siquia te ayudamos a través de terapia online. Recibe asesoramiento de un psicólogo online a través de una primera sesión gratuita.
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