La depresión es un trastorno que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, es la principal causa de discapacidad y afecta a más mujeres que hombres, según afirma la Organización Mundial de la Salud.
La depresión, una enfermedad cada vez más presente en la adolescencia

Se trata de un problema de salud mental muy presente entre los más jóvenes y lamentablemente, la cifra va en aumento.
Es una enfermedad que provoca apatía y tristeza constante, además genera una pérdida de interés en realizar aquellas actividades que antes eran fundamentales en nuestra vida.
Aunque la depresión puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida, la sintomatología que sufren los adolescentes y los adultos puede ser diferente.

La adolescencia es un época difícil, en la que sentimos que todo el mundo está en nuestra contra, nos sentimos incomprendidos y experimentamos una serie de cambios, tanto físicos como mentales.
Pero lo que a veces pasamos por alto y que es inherente a esta etapa vital, es el espíritu depresivo que la acompaña. Así lo afirma Ricardo Fandiño, psicólogo clínico y presidente de ASEIA (Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e a Adolescencia).
Fandiño lleva muchos años tratando a niños y adolescentes que sufren este y otros trastornos mentales y asegura que «lo depresivo forma parte de la vida desde edades tempranas».
Como afirma este psicólogo la adolescencia es «el duelo de aquellos aspectos protectores de la infancia, un período particularmente sensible para el desarrollo de problemáticas depresivas«.
Esta puede ser una de las razones por las que es tan complicado pero a la vez importante, identificar cuándo se ha convertido en un problema y cuándo se trata de un estado natural por el que el adolescente debe pasar.
Otro de los grandes obstáculos para detectar a tiempo esta enfermedad es la estigmatización. Si en la edad adulta ya es un tabú, entre los adolescentes lo es todavía más.
«Por su propio contexto relacional, los problemas de salud mental han tendido a estar especialmente estigmatizados entre los adolescentes, lo que les ha llevado a un silencio ante este tema, tanto por ellos mismos como por parte de sus familias», asegura el psicólogo.
Cabe destacar que según un estudio realizado por UNICEF, somos el país de la Unión Europea que más padece esta enfermedad. De hecho, uno de cada cinco personas comprendidas entre los 12 y los 17 años sufre algún tipo de trastorno mental (la depresión se sitúa en los primeros puestos).
Las consecuencias de la pandemia
No debemos olvidar que la llegada de la pandemia del Covid-19 también ha afectado a la salud mental de los mas jóvenes.
Como afirma Fandiño «fueron los últimos en reincorporarse a la llamada ‘nueva normalidad’, en tener reguladas sus actividades fuera de casa con las franjas horarias y de edad, reiniciándose antes la vida laboral que la académica«.
Al mismo tiempo, fueron un grupo muy señalado y criticado por la opinión pública, lo que ha podido afectar a su salud mental. «Se les tachaba de insensatos e insensibles».

Cambios emocionales
Los síntomas de la depresión pueden variar dependiendo de la gravedad de la enfermedad, pero los cambios emocionales del adolescente son claves para identificar y detectar un posible caso:
- Sentimientos de tristeza que pueden generar episodios de llanto sin razón aparente
- Frustración e ira
- Sensación de desesperanza y vacío
- Pérdida de interés en actividades cotidianas
- Autoestima baja
- Dificultad para concentrarse
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte y el suicidio
Tratamiento. ¿Están sobremedicados los adolescentes?
A la hora de tratar este tipo de trastornos y sobre todo en edades tan tempranas, buscar la ayuda de un profesional es crucial.
Aunque lo cierto es que en muchas ocasiones no existe la cantidad de medios necesarios para hacer frente a la depresión en la adolescencia, como por ejemplo más personal o más tiempo para un tratamiento psicoterapéutico correcto o programas de prevención.
Lo que acaba derivando en una sobremedicación como terapia que es igual de peligrosa para los adolescentes como para los adultos.
«Necesitamos que se puede acceder a tratamientos psicológicos continuos en el sistema nacional de salud mental», pide Fandiño. «La psicoterapia es un recurso que necesita tiempo y no puede aplicarse con los criterios estándares de una consulta médica».

