Aunque existe el mito de que los “niños no sufren”, lo cierto es que ante una pérdida pueden experimentar sentimientos equiparables a los de los adultos. No obstante, la expresión del sufrimiento puede ser diferente en función de la edad y capacidades del niño.
Los niños son más vulnerables al entorno del que dependen y que les ofrece cuidados, protección y seguridad. Ante la pérdida de una persona es frecuente que aparezcan sentimientos de culpa y/o abandono, ya que los niños pueden pensar que la muerte de un ser querido ha ocurrido porque fueron malos o porque no se comportaron bien. En este caso es importante aclararles que la muerte no fue culpa suya y ofrecer al niño una sensación de continuidad y seguridad.
El “secretismo” sobre el suicidio para proteger a los niños puede tener consecuencias actuales y futuras. Es importante dar una explicación a la situación y contestar a las preguntas que los niños hagan con respuestas apropiadas para su edad y capacidad, preferiblemente por personas cercanas. También es importante acompañarlo y respetarlo en las expresiones emocionales que realice, reforzar lazos sociales y familiares que permitan establecer una estructura de apoyo, y reducir en lo posible el impacto de la pérdida restaurando el ritmo normal de la vida cotidiana del niño en cuanto sea posible y ofreciéndole una sensación de continuidad y seguridad.
Las reacciones más habituales a este acontecimiento pueden adoptar la forma de alteraciones en el comportamiento, alteraciones emocionales y disminución del rendimiento académico. Su evolución dependerá en parte de cómo transcurra la situación en su entorno más próximo, de modo que a medio plazo, una adecuada recuperación y estabilización del entorno familiar del niño (por ejemplo, una buena resolución del estado emocional del resto de familiares que conviven con él) favorecerá en gran medida su propia recuperación. En caso de que tales dificultades sean relevantes, podrá ser de ayuda una valoración específica de las mismas en los servicios de atención a la salud mental infanto-juvenil de su comunidad.
¿Buscas ayuda?
Puedes leer esta guía oficial sobre conducta suicida o consultar a alguno de nuestros psicólogos.