“Eres igual que tu padre” ¿Os suena esta frase? ¡Cuántas veces he oído esto de personas que creen que lo que están viendo tiene una clara explicación genética! Los genes, sin duda, tienen importancia en la transmisión generacional, y mucha, claro está. Pero a veces, lo que creemos que es una herencia genética, no es más que algo que hemos aprendido desde pequeños.
Así, si el padre o la madre creen, por ejemplo, que las personas pueden hacernos daño y que hay que cuidarse mucho de ello, que ahí fuera está “el enemigo”, crearán en el hijo sentimientos de desconfianza hacia los demás, lo que repercutirá en las relaciones sociales del niño con sus iguales. Este esquema de pensamiento lo adoptará el niño como algo natural, como algo suyo. Se creará un modo de funcionamiento aprendido.
Los esquemas cognitivos se desarrollan durante la niñez y están muy asociados a determinados estilos de educación que transmiten los padres, pero claro está, no genéticamente ( y muchas veces los abuelos y cuidadores, ya que en ocasiones pasan mucho tiempo con ellos ). Luego, de mayores, si hay que “desaprender” algo – volviendo al ejemplo: ser excesivamente desconfiado con los demás – esto se vuelve más complicado que haber aprendido un esquema más adaptativo en su día. Porque siempre “desaprender” requiere un esfuerzo extra.
En conclusión, quiero recalcar la importancia que los padres tienen para los hijos como “maestros para la vida” y que seamos un poco más reflexivos en cuanto a la educación “sentimental” y de valores que damos a nuestros pequeños… Y os dejo una expresión que lleva también a pensar y reflexionar, y que seguro que alguna vez habéis oído: “…Ah….si tuviera 20 años menos pero sabiendo todo lo que sé ahora…”
Sobre la autora de este artículo
Elena Valdehita Gil es psicóloga madrileña. Es especialistas en terapia familiar así como en la prevención y el tratamiento del bullying y el ciberbullying. Elena es una gran profesional del tratamiento terapéutico en infantes y adolescentes, habiendo tratado casos de abuso sexual infantil, dificultades de aprendizaje o fracaso escolar.