La relación del tabaco con la ansiedad y la depresión

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Aunque creas que fumar sea una especie de relajante o tranquilizador porque alivia la ansiedad y el estrés, la realidad es muy diferente. De hecho, un estudio realizado en Reino Unido por el University College London ya reveló en 2015 que esta creencia popular era errónea: fumar aumentaba un 70% el riesgo de sufrir depresión y ansiedad. En el estudio participaron 6.500 personas de más de 40 años, de las cuales algunas fumaban y otras no. De los fumadores, el 18,3% presentaba síntomas claros de ansiedad y depresión, en contraste con el 10% de los no fumadores y el 11,3% de los ex-fumadores.

Relación de la depresión y la ansiedad con el tabaquismo

Otro estudio más actual llevado a cabo por la Universidad Hebrea de Jerusalén ha sido publicado en la revista PLOS ONE y confirma que esa relación entre fumar y una mala salud mental existe. Además, señala que la depresión puede ser uno de los factores que conducen al inicio del tabaquismo en el ámbito universitario. Así, el estudio revela que los fumadores tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión que los no fumadores. La depresión es un trastorno muy común en la juventud y los estudiantes fumadores presentaban tasas de depresión dos y tres veces más elevadas que la de sus compañeros que no fumaban.

Está demostrado que aquellas personas que sufren depresión y ansiedad tienen dos veces más probabilidades de fumar que las personas que no presentan estas enfermedades asociadas a la salud mental. Este hecho prueba que existe un mayor riesgo de morir 25 años antes.

Aunque por norma general se asocie el tabaco con el alivio del estrés, no es verdad. Si que es cierto que se trata de un alivio a corto plazo ante esa «necesidad de fumar para tener menos ansiedad», pero como tal, acabará siendo reemplazado por el estrés de la abstinencia de nicotina. Este síndrome se caracteriza por el malestar, la alta activación fisiológica y un alto nivel de ansiedad. Ten en cuenta que la nicotina es una droga que primero genera abuso, después una gran dependencia y, si dejas de consumir, el síndrome de abstinencia.

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La relación entre el consumo de tabaco y la depresión es más que evidente, al igual que un nivel elevado de cortisol (es decir, de estrés) y de ansiedad aumenta la vulnerabilidad al abuso de sustancias, en este caso, de nicotina.

Las personas con depresión son las que más fuman y a las que más complicado les resulta dejar este hábito tan nocivo. El trastorno por depresión es el más grave en relación con el tabaquismo, porque la adicción a la nicotina provoca un peor pronóstico de la enfermedad. En la Universidad de Granada se realizó otro estudio que demostraba que la dependencia a la nicotina cuando un trastorno depresivo comienza conlleva a una depresión más grave, a más intentos de suicidio y a más ingresos hospitalarios.

La gravedad de la depresión y de la dependencia al tabaco varía en función de que trastorno haya comenzado antes. Por ejemplo, la investigación aclara que los pacientes que primero sufrían depresión y después dependencia nicotínica intentaban suicidarse más, mientras que presentan, a la vez, una forma de enfermedad más grave.

Problemas de salud cuando fumas y tienes depresión o ansiedad

Fumar aumenta el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión. Es común que se recetan algunos medicamentos para tratar tanto trastornos de ansiedad como la depresión y, como consecuencia del tabaco, en ocasiones esos medicamentos no funcionan igual de bien.

Además, las personas que fuman con problemas de salud mental tienen más probabilidad de morir de enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares o de cáncer que aquellas personas que sí fuman pero no viven con trastornos de salud mental.

Ventajas de dejar de fumar

Dejar de fumar siempre será un reto, pero hasta los más veteranos con depresión o ansiedad lo han conseguido con éxito. Y es que olvidar el tabaco no solo disminuye los sentimientos de ansiedad, depresión o estrés, sino que, a mayores, mejora la calidad de vida y el estado de ánimo. Dejar de fumar reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiacas y respiratorias y de morir por ello. En caso de que tengas depresión y también consumas alcohol, después de dejar de fumar es probable que bebas menos.

Estos son los mayores beneficios para la salud cuando dejas de fumar:

  • A los 20 minutos la presión arterial y el ritmo del pulso descienden a la normalidad. Unos minutos después, los niveles de monóxido de carbono en la sangre también bajan a la normalidad.
  • En unas semanas mejora tu circulación y aumentará la función pulmonar.
  • Tras varios meses, no habrá tos habrá menos dificultades para respirar, ya que tus pulmones y vías respiratorias serán capaces de limpiar los pulmones y, por lo tanto, disminuir el riesgo de infecciones.
  • Al año, el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca se reduce a la mitad.
  • A los 5 años, también se habrá reducido a la mitad el riesgo de padecer cáncer (ya sea de boca, de esófago, de garganta…).
  • A los 10 años, el riesgo de morir por cáncer de pulmón es la mitad.
  • A los 15 años, tendrás el mismo riesgo de enfermedad cardiaca coronaria que una persona que no fuma.
  • Menos probabilidad de que se creen coágulos de sangre que puedan llegar a los pulmones.
  • Piel, dientes y encías sanas.

En definitiva, dejar de fumar es sinónimo de cuidar la salud y asegurarte de tener una vida más larga y saludable. Existen muchas maneras, recursos y programas para dejar de fumar. Prueba una sesión gratis con el equipo de psicólogas online de Siquia y descubre cómo te ayudamos a dejar de fumar sin necesidad de visitas presenciales.

Imagen de Rebeca Cojo
Sobre Rebeca Cojo Rebeca Cojo es licenciada en Periodismo, con interés en los temas de salud y Psicología.
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