✔️La técnica terapéutica de «La caja de arena»

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Cuando no llegan las palabras: metáforas y narrativas para la resiliencia.

La historia de la Caja de arena (Sandplay) se inicia cuando HG Wells escribió sobre su observación de sus dos hijos jugando en el suelo con figuras en miniatura y al darse cuenta de que estaban trabajando sus problemas entre sí y con otros miembros de la familia.

Dos décadas después Margaret Lowenfeld , psiquiatra infantil en Londres, estaba buscando un método para ayudar a los niños a expresar sus emociones. Recordó leyendo sobre la experiencia de Wells con sus dos hijos y por este motivo añadió miniaturas de las estanterías de la sala de juegos de su clínica. Así descubrió que los niños utilizan símbolos con bastante naturalidad para recrear sus mundos interiores, como cuando manipulan y juegan con objetos,

La  creadora de la técnica de Caja de fue la psicoterapeuta suiza Dora M. Kalff (1904-1990), quien basó sus teorías en los principios de la psicología analítica de Carl Gustav Jung y en el trabajo de Margarita Lowenfeld. Dora Kalff colaboró con Lowenfeld diseñando la bandeja y añadiendo la arena, medio por el cual tanto niños como adultos pueden traer el contenido psíquico a la consciencia, a través de un juego con esencia no verbal y simbólica, en un ambiente facilitador generado por el terapeuta.

Material para crear la caja de arena

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El primer elemento que necesitamos es un recipiente pintado azul con arena. La arena y el fondo azul y los laterales ofrecen la posibilidad concreta de la excavación hasta la profundidad o la construcción hasta las alturas. La caja es un elemento contenedor de la psique, pintada de azul simula el mar y el cielo. La arena nos conecta con la tierra,  tiene cualidades sensoriales y kinestésicas.

Además, los pacientes tienen que tener a su disposición un número de  pequeñas figuras que incluyan una muestra representativa de todos los seres animados e inanimados que podemos encontrar en el mundo externo así como en el mundo imaginativo interno.

Las categorías deben incluir: personas (familias de diferentes razas, profesiones),

elementos de cómics y películas, elementos de fantasía (dragones, minotauros, cíclopes, fantasmas, esqueletos…), elementos místicos y espirituales (paloma de la paz, sacerdote, fraile, monja , ángeles, caballos alados, sirenas…), animales (domésticos , salvajes , prehistóricos, de granja , insectos , animales marinos, serpientes…), construcciones y viviendas (casas, colegios, edificios, castillos, tienda de campaña, puentes, iglú…), elementos domésticos (muebles, botellas…), puentes, comida, vegetación  (arboles de distintos tipos, plantas, césped, flores…), ítems naturales (rocas, troncos, maderas…), medios de transporte (coches, camiones, autobuses, aviones, trenes, barcos, policías, bomberos…) .

Estas figuras, medio de expresión seguro, sirven para expresar su mundo interno de forma simbólica. La emergencia a la consciencia de este contenido simbólico constituye una parte importante en el proceso terapéutico.

Procedimiento para crear el entorno perfecto

Lo primero que debemos hacer es preparar la sala, revisando que todo esté en orden. A continuación hay que asegurarse que no haya objetos enterrados. Por último hay que dejar la arena plana.

Hay que invitar a los pacientes a que sientan la arena, permitir que jueguen con ella. Se puede desparramar, aplastar, cavar… 

La consigna puede ser: “¿Ves estas miniaturas? puedes colocarlas en esta caja y hacer lo que tú quieras. Coges lo que quieras y lo haces aquí. Yo seré tu ayudante y estaré acompañándote todo el rato. Mientras la haces, estaremos en silencio”.  

Papel del psicólogo en la terapia con la caja de arena

El psicólogo, que se mantiene presente con una completa atención e interés,  supervisa la escena sin abandonar la sala, sin dirigir, juzgar ni interferir. Su función es contener sin invadir ni abandonar, ser empático y reflejar la emoción sin interpretar y sin intervenir, se mantiene la metáfora. El proceso de construcción de la caja se hace en silencio. El terapeuta nunca mete la mano dentro de la caja.

Una vez terminada la construcción, el terapeuta observa lo creado. Puede preguntar  cómo fue hacer la caja  y pedir reacciones al terminar la obra. Pueden hacerse preguntas abiertas: “Quieres hablar sobre lo que has hecho” “qué está pasando en este mundo,…”, “parece que…he visto que… háblame de…”.

Si el paciente no quiere hablar de lo que ha hecho no hay que insistir.

El análisis psicológico o la interpretación pueden ocurrir más adelante, en los casos que se estime oportuno.

Proporcionado por la bandeja y la relación con el terapeuta, los niños y los adultos juegan con la arena y las miniaturas en un período de tiempo, y construyen de las manifestaciones concretas de su mundo interior.

Si podemos «hacer nada«, como Dora Kalff sugiere, podemos ayudar a crear.

Potencial terapeútico de la Caja de arena

Inmerso en el juego infantil, los niños que están con su psicólogo infantil pierde las inhibiciones propias del nivel consciente, como lo haría un niño, y entra en el mundo de lo inconsciente, facilitando la expresión sin censura.

Las escenas que toman forma en la caja son comparables a las imágenes simbólicas que ocurren en sueños.

Es una técnica proyectiva vivencial que facilita la exploración de estados internos y la expresión y comprensión de los estados emocionales. El objetivo es la persona pueda conectar con el contenido mental de manera sutil y pueda plasmarlo representando una escena en una caja con arena donde se añaden elementos que  representan diferentes personajes y contextos.

Se pretende acceder al mundo intrapsíquico del paciente  y la comprensión de su contenido. Permite expresar a través de un vehículo diferente de lo verbal, enriquecer las narrativas a través de la emergencia de metáforas terapéuticas e integrar partes disociadas.

Así, esta técnica puede funcionar como un medio de expresión seguro de conflictos, miedos, fortalezas, etc. Se puede considerar que las miniaturas representan las palabras y la bandeja la gramática.

Pueden observarse indicadores, en las diferentes escenas creadas, de sintomatología ansiosa, depresiva, agresiva, situaciones de amenaza y riesgo, incertidumbre, inseguridad, sentimientos de abandono o soledad, duelos no resueltos, conflictos internos y de lealtades, angustia, terror, culpa, vivencias violentas, malos tratos o abusos.

Igualmente, podemos encontrar elementos resilientes en las escenas a través de  símbolos que sugieren puntos fuertes, generando seguridad y protección.

Por otro lado, podemos encontrar en las diferentes escenas elementos que nos indican el tipo de apego de la persona (evitativo, ansioso-ambivalente, desorganizado, seguro).

Ámbitos de aplicación de la técnica de la Caja de arena

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La técnica de caja de arena es una herramienta terapéutica muy recomendable por un lado para los profesionales del ámbito de la salud mental: psicólogos y psiquiatras.

El potencial diagnóstico y  terapéutico  de la técnica de Caja de arena incluye población adulta e infantil, especialmente  en casos de:

  • Trauma (malos tratos, abandono, abuso…)
  • Problemas emocionales asociados a dificultad en  la verbalización de los contenidos psíquicos
  • Trastornos de conducta
  • Duelo
  • Adicciones
  • Trastornos psicosomáticos
  • Dolor crónico
  • Trastornos de conducta alimentaria
  • Otros

Por otro lado, está comenzando a introducirse su aplicación en contextos escolares, en horario de tutorías y en las sesiones con el orientador. En este ámbito es adecuado en casos de sospecha de dificultades emocionales de los menores, también para la intervención en casos de:

  • Retraso en el desarrollo del lenguaje
  • Déficit de atención
  • Trastornos del apego
  • Problemas de autoestima
  • Problemas conductuales
  • Dificultades en la relación con iguales
  • Problemas familiares
  • Trauma
  • Bullying
  • Otros.

La herramienta  presenta un componente multidimensional, ya que no sólo es un facilitador de la expresión emocional sino que también permite generar sentimientos de control ante situaciones traumáticas recreada, ya que es el autor el que dirige la escena y toma el control sobre ésta.

Sobre los autores de este artículo

Mª Victoria Sánchez es Psicóloga Especialista en Psicología Clínica y coordinadora del grupo de trabajo de psicología clínica del Aula Joven del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Colegiada con el número 20228, está especializada, además, en acompañamiento terapéutico en el trastorno mental grave, así como en gerontopsiquiatría y rehabilitación cognitiva.

Ángel Fernández es psicólogo en Madrid. Es especialista en infancia y adolescencia y en terapia familiar, en sus distintos ciclos (creación, separación, divorcio, apoyo a los hijos, mediación,…).

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