Hablamos con José Camilo Vázquez, psicoterapeuta y psiquiatra, especializado en terapia integradora.
José Camilo, licenciado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid y especializado en psiquiatría, ofrece sus servicios psicoterapéuticos a todas aquellas personas que tienen un malestar psicológico que no les permite vivir su día a día con normalidad.
Vamos a conocerlo mejor.
¿A quiénes están orientados tus servicios?
Mi trabajo como psiquiatra y psicoterapeuta está abierto a todas aquellas personas cuyo sufrimiento psicológico les está impidiendo seguir adelante con su vida en un momento dado.
Todos disponemos de recursos personales para afrontar nuestros problemas, pero cuando nuestras estrategias no dan los resultados esperados y el malestar se extiende a otras áreas de la vida es el momento indicado para buscar ayuda.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que te encuentras en tus pacientes? ¿Hay alguna pauta común que les puedes dar para orientarlos en su resolución?
Los problemas que con más frecuencia atiendo en consulta son los relacionados con el estado de ánimo (cuadros depresivos, trastorno bipolar), problemas de ansiedad y, más comunes de lo que se cree, adicciones que surgen como una forma de sobrellevar otros malestares: adicción al alcohol y al cánnabis, ludopatía, adicción a las compras, al sexo…
Lo que tienen en común todos estos problemas es que, lo que en un momento dado se ve como una solución, acaba convirtiéndose en parte del problema, cronificando el malestar. El primer paso para la recuperación, por tanto, es detectar el problema para luego introducir un cambio en la manera de afrontarlo.
¿Qué tipo de terapia aplicas?
Suelo afirmar que sigo un modelo de tratamiento doblemente integrador. Esto es porque, por mi formación como médico especialista en psiquiatría, intento alcanzar una comprensión global del paciente, tanto en lo referente a su estado de salud física como en su salud mental.
Esta vertiente médica la combino con mi formación en Psicoterapia Integradora, la cual no busca adherirse a ninguna escuela teórica concreta, sino adaptarse a la versión que cada paciente trae a consulta de su propio malestar, así como a los factores comunes que en todos los tratamientos van a ponerse en marcha en beneficio del paciente. Es por tanto un modelo orientado a la persona, no a la teoría.
¿Nos podrías describir cómo es una primera sesión?
La primera consulta consiste en una toma de contacto inicial con el problema. El paciente explica cuál es el motivo de su consulta y cómo le gustaría ser ayudado. Además llevo a cabo una recogida de información amplia, tanto de antecedentes personales como familiares, problemas de salud física, consumo de sustancias y fármacos.
Esto permite tener una primera instantánea de la persona junto con sus circunstancias actuales, la cual siempre intento transmitir al final de la consulta como una explicación breve, comprensible y honesta, aunque se trate de una impresión preliminar y no de un diagnóstico.
¿Cuáles son los pasos previos al diagnóstico?
Como hemos dicho, en primer lugar hay que descartar problemas de salud física que puedan estar causando o influyendo en el cuadro de malestar psicológico.
En una segunda consulta se lleva a cabo una revisión de la biografía del paciente y de sus relaciones más significativas a fin de detectar posibles patrones problemáticos que se repiten cada cierto tiempo, pero también fortalezas, capacidades y estrategias de afrontamiento que han permitido superar otras adversidades en el pasado.
Por lo general, tras obtener esta información ampliada del paciente, lo cual suele llevar entre 2 y 3 consultas, puede llevarse a cabo un diagnóstico certero, teniendo una definición conjunta del problema a abordar en terapia.
En ocasiones, son los propios familiares de los pacientes los primeros que se interesan en la búsqueda del profesional para ayudar a su allegado. ¿Cómo se abordan estas situaciones cuando el paciente no es el convencido de acudir a un terapeuta?
En estos casos suelo ofrecer pautas y recomendaciones para facilitar que la persona en cuestión asista al menos a una primera sesión. En ocasiones basta con plantearlo en términos que la persona pueda ver como un beneficio directo para él, y no tanto para la familia.
A veces este beneficio puede ser la simple posibilidad de dar su propia versión de lo que está pasando. En otros casos, como suele ocurrir con las adicciones, la familia debe posicionarse firmemente en pro de la terapia.Esto implica hacer saber a la persona que se va estar incondicionalmente a su lado si se pone en tratamiento, pero que no se le va a seguir ayudando si no decide cambiar.
En algunos casos concretos, incluso sin que la persona acuda a consulta, se puede trabajar con sus allegados a fin de conseguir cambios en la dinámica familiar que acaben repercutiendo favorablemente en el miembro ausente.
¿Dispones de alguna cifra de pacientes atendidos o número de terapias a lo largo de tu carrera? ¿Podrías hacer una estimación?
Es difícil hacer una estimación precisa, pero hay que tener en cuenta que, por el proceso de formación reglada MIR que llevamos a cabo los médicos, a lo largo de cuatro años atendemos cientos de pacientes en todas las situaciones imaginables, estando muy familiarizados con situaciones de urgencia, tanto en patología más común (ansiedad, depresión, adicciones) como en patología grave (esquizofrenia, trastorno bipolar, trastornos de la personalidad, intentos de suicidio).
¿Qué ventajas consideras que aporta la terapia online al paciente?
Al paciente le proporciona principalmente comodidad, ya que le permite salvar distancias físicas y adaptar mejor su agenda a la terapia. En el caso de personas que han emigrado al extranjero recientemente puede ser una de las mejores formas de encontrar apoyo psicológico, ya que les aporta la seguridad de que no van a encontrar en el idioma o la diferencia cultural una barrera para el entendimiento con el terapeuta.
¿A través de qué métodos asesoras y atiendes a los pacientes que están lejos geográficamente de ti?
Suelo emplear el correo electrónico como medio de contacto para gestión de citas o dudas puntuales. Así mismo me sirve para hacer llegar documentación, herramientas clínicas, informes y recomendaciones bibliográficas.
Otro medio que suelo emplear es el de directorios virtuales de preguntas a especialistas tipo Saluspot o Doctoralia, donde asesoro gratuitamente acerca de cuestiones farmacológicas, dudas sobre enfermedades, etc.
Es fácil que los pacientes encuentren en internet y otros medios anuncios y reclamos de personas que ejercen actividades terapéuticas o de coach pero que no son psicólogos ni profesionales. ¿Qué le recomiendas a estos pacientes que no saben a quién acudir? ¿Cómo diferenciar del profesional válido del que no lo es?
Ante la duda siempre conviene asegurarse de que nos encontramos ante un profesional colegiado, lo cual solemos indicar al darnos a conocer por medio del número correspondiente.
Una buena opción, cada día más cómoda y segura, es recurrir a los directorios de profesionales como Siquia, dado que los requisitos para formar parte de ellos ya traen consigo una serie de exigencias mínimas dirigidas a asegurar la calidad de la oferta.
¿Ofreces talleres, charlas, encuentros prácticos con pacientes?
Cada cierto tiempo participo en charlas y talleres, como el que próximamente se va a ofrecer en colaboración con otros profesionales de la psiquiatría y la psicología: el tema será “Cerebro , emociones y alimentación”.
Si bien éste va a estar dirigido al público general, a comienzos de año tengo previsto participar en un simposio dirigido a profesionales de la salud mental, el cual estará orientado al abordaje integral de las adicciones, participando con otros profesionales con gran experiencia en el tratamiento familiar y humanista de la enfermedad adictiva.