El auge de las redes sociales no pasa por alto. Las estadísticas no engañan: España se sitúa en el tercer puesto del ranking mundial de usuarios activos en las redes sociales, según apunta un informe elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) en 2012. Entre las redes más usadas destacan Facebook, Twitter, Foursquare, Instagram, YouTube, Tumblr, Pinterest y Flickr. Y cada vez más, también gana fuerza la red social de profesionales por antonomasia: Linkedin.
Sin duda alguna, la esfera profesional también ha sucumbido a esta nueva “necesidad” de vivir en las redes sociales. Aunque hay estudios que demuestran que la irrupción de éstas ha desencadenado casos de adicción, no podemos obviar que ya forman parte de nuestro día a día y lo mejor es sacarles ventaja. Profesionalmente no hay duda de que las redes sociales ofrecen grandes beneficios a los expertos y en el campo de la psicología no es menos. ¿Qué ventajas aportan las redes sociales a los psicólogos?
1. Mayor visibilidad. Seguramente la principal y más obvia ventaja. Abrir una página en Facebook, una cuenta en Twitter y un perfil en Linkedin son las claves para publicitar más el propio servicio, ya sea a nivel privado y personal o a nivel de gabinete o centro de atención a mayor escala. Cuanta más presencia tiene el psicólogo en las redes sociales, más posibilidades tendrá de llegar y “captar” pacientes. Es la carta de presentación indispensable.
2. Tener contacto con pacientes. Ya es hora de romper esa barrera entre el profesional y el usuario. Si eres psicólogo y estás en las redes sociales ¡interactúa con el público! Muéstrate cercano, humano, y ganarás la confianza de los lectores. La mayoría de personas temen ir al psicólogo porque inspira respeto, autoritarismo y desconfianza: si has podido interactuar con ellos mediante comentarios, tuits o publicaciones en Facebook, dejarán de verte únicamente como un profesional y también podrán verte como una persona con quien sí se puede generar empatía y confiar.
3. Tener contacto con otros profesionales. Los pacientes son importantes pero el resto de expertos también. Gracias a las redes sociales podrás conocer y entrar en contacto con profesionales del sector que geográficamente se hallan a quilómetros de ti. Entablar relación con ellos es fructífero: no les veas como “competencia” sino como relaciones que te permitirán mejorar. Además, podrás conocer y acceder a círculos de confianza profesional, abriéndote puertas a posibles eventos, conferencias o congresos que te ayudarán a mejorar y a posicionarte mejor en tu campo.
4. Solucionar dudas. No existen las enciclopedias humanas e incluso los mejores profesionales titubean ante ciertas nociones. Ante la duda, lo mejor es poder contrastar y verificar junto a otros profesionales. Los libros y manuales a veces se quedan cortos y atrasados, dependiendo de la situación que se nos presente y que no se sepa resolver. Lo mejor es poder contactar con esa red de profesionales que tienes a tu alcance y que has podido cultivar a través de distintas redes sociales. Podrás compartir y que compartan contigo experiencias. Preguntar y responder sobre casos concretos. Y, sobre todo, podrás comparar las distintas visiones que te ofrecen las más de una fuente de profesionales.
5. Obtener y ofrecer información actualizada. Del mismo modo que en el caso anterior, las redes sociales también te pueden aproximar a información de última y actual publicación que pueda servirte para ganar bagaje profesional más allá de solucionar dudas específicas. A través de las redes sociales descubrirás las publicaciones de los distintos profesionales que tengas vinculados y acceder directamente a sus enlaces. Y, del mismo modo, también podrás difundir los propios artículos que publiques en distintos medios o en plataformas personales. De este modo todos los usuarios de las redes sociales donde difundas tus publicaciones podrás acceder a ellas más fácilmente.
6. Comunicación en tiempo real. Prácticamente “en vivo y en directo”. Así es la comunicación en las redes sociales. Puedes atender peticiones de usuarios o de profesionales al momento. Puedes solucionar una duda de forma instantánea. Esto no significa que debamos estar constantemente conectados a las redes, no, pero siempre habrá alguien disponible en el momento que tu lo precises o que un paciente lo necesite.
7. Información de los profesionales/pacientes. Aunque la falta de privacidad que conllevan las redes sociales es una polémica que se mantiene sobre la mesa, este quizás “exceso de información” puede ser producente. Tanto para el usuario como para el profesional, las redes sociales pueden ser una herramienta para conocer mejor “al otro”. Como hemos dicho anteriormente, el perfil que tenemos en una red social es nuestra carta de presentación y, con ella, el usuario podrá acercarse más al profesional que necesite. Por otro lado, nuestra actividad dentro de las redes sociales es ni más ni menos que un reflejo de nuestra personalidad. En este caso, la ventaja se dirige hacia el profesional: podrá deducir y detectar comportamientos o actitudes del futuro paciente, de modo que cuando se produzca la primera toma de contacto ya podrá tener una idea más o menos vaga de la persona que requiere sus servicios.
En suma, un uso debido de las redes sociales brinda ventajas. La clave es saber sacarles partido, ya se trate de un profesional o de un usuario. Todos podemos obtener beneficios de ellas que nos harán “mejores”. Por ejemplo, es una potente herramienta para las personas introvertidas, ya que “se atreverán a relacionarse con el abrigo de las distancia y la no presencia física, consiguiendo logros imposibles de otro modo”, argumenta Gloria Martínez, psicóloga madrileña especialista en orientación profesional, laboral y empresarial.
Además, también son una gran puerta para potenciar nuestra autoestima ya que según afirma Fernando Azor, psicólogo especializado en clínica y director del Centro Psicólogos Madrid, “cuando compartimos y comparamos nuestras vivencias, tomamos referentes sobre lo que otros hacen y valoramos si somos parecidos o no a otras personas”. Psicólogos profesionales y usuarios de todo tipo, ¿os animáis a sacar provecho a las redes sociales?