Hace ya más de dos años que el Covid-19 llegó al mundo. Y ya faltan pocos para asistir al segundo aniversario de su expansión global. Hace casi dos años España, como tantos otros países, se encerraba en sí misma. Los españoles hicimos lo propio y, durante tres meses, nos quedamos en casa. Fue entonces cuando surgió la otra pandemia: la de la salud mental.Y, en un intento de contenerla, se ha creado el Libro Blanco de la Salud Mental.
¿Qué es y para qué sirve el Libro Blanco de la Salud Mental?

Se conoce como libros blancos a los documentos cuya finalidad es tratar en profundidad un determinado tema, de forma que la población pueda comprenderlo.
El Libro Blanco de la Salud Mental se llama, en realidad Presente y futuro de la Salud Mental en España. Su intención es nada más y nada menos que ponerle freno a la oleada de trastornos psicológicos que arrasa nuestro país y arreglar en el proceso las deficiencias que presenta nuestro sistema sanitario en materia de salud mental.
Celso Arango es el coordinador de esta publicación y, además, es el Director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y el Jefe de Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente en el hospital madrileño Gregorio Marañón. En el prólogo menciona que España «invierte un 5% del gasto sanitario en salud mental frente al 7% de media de la Unión Europea».
Además, Arango asegura que la media de psiquiatras por habitante en nuestro país es «un 40% inferior a la media de la UE», mientras que en Europa la media de psicólogos clínicos es del doble que en España. Es por eso que pretende que el Libro Blanco de la Salud mental provoque «movimientos a muy distintos niveles que hagan que no volvamos a tropezar en la piedra de la falta de inversión en salud mental».

El presente de la salud mental: un reto a superar
Cuando la pandemia comenzó se decía: «de esta saldremos mejores». Quienes pregonaban ese manta no pudieron prever el tremendo impacto que las muertes, la enfermedad, el confinamiento y las diversas medidas restrictivas tendrían sobre la salud mental.
No, no hemos salido mejores de la pandemia, porque ni siquiera hemos salido de la pandemia. Aun así, dos años después podemos afirmar que no hemos salido más solidarios, ni más cívicos, ni mucho menos más felices. Si acaso hemos salido más concienciados en materia de salud mental, precisamente porque las circunstancias han encendido todas las alarmas presentes en nuestra mente.
El décimo capítulo del Libro Blanco de la Salud Mental se centra en los «retos por el impacto de la Covid-19». Su autora, Isabel Baena Parejo, es la Ex Viceconsejera de Salud de la Junta de Andalucía, además de Doctora en Farmacia.
Uno de los principales problemas de la atención sanitaria a la salud mental en España es la disparidad. Esto se debe a que son las comunidades autónomas, y no el Estado, las que trazan sus propios planes de salud mental. En palabras de Isabel Baena Parejo la escasa financiación «ha marcado año tras año los presupuestos sanitarios de cada CCAA».
No obstante, la ínfima financiación no se corresponde con las dimensiones de un problema que ocupa el cuarto puesto en cuanto a carga de enfermedad. Lamentablemente, todo apunta a que la cifra de pacientes con problemas de salud mental seguirá aumentando a causa de la pandemia.
No es de extrañar, teniendo en cuenta que hemos perdido amigos, familiares, puestos de trabajo, tiempo y salud por culpa de un revés para el que nadie estaba preparado. La realidad ha cambiado de un día para otro y no todo el mundo ha sido capaz de asumirlo. Porque los cambios siempre dan miedo.
«Ese miedo a lo desconocido, el miedo que provoca la incertidumbre, la duda, es un factor de riesgo para nuestra salud mental», afirma Baena. Sin embargo, no todo el mundo ha visto su salud mental afectada de la misma manera. El empeoramiento general de la salud mental ha afectado, sobre todo, a los sanitarios, a los desempleados y a los jóvenes. También ha dejado su huella en aquellas personas que ya presentaban problemas de salud mental antes del comienzo de la pandemia.

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Pedir citaPor suerte, no todas las perspectivas son negativas. En su reflexión, Baena afirma que la situación actual «debe convertirse en una oportunidad para el diseño, para el rediseño de un área de la atención a la salud de las personas que es imprescindible».
La directora general de salud pública del Ministerio de Sanidad, Pilar Aparicio, estuvo presente en la presentación del libro. Aparicio afirmó que sin duda tendrían en cuenta el contenido del Libro Blanco de la Salud Mental en el futuro Plan Nacional.
