MarionetaEs inevitable que en las relaciones humanas se produzcan manipulaciones, sobre todo de forma inconsciente. Las más peligrosas de todas son el chantaje y la coacción.

En otras ocasiones hemos hablado de los vampiros emocionales, entendido como personas que manipulan a los demás para conseguir sus objetivos. En este caso, caracterizamos la manipulación a través de los dos agentes negativos que más dañan una relación humana.

La manipulación es un mecanismo que a base del empleo de trampas o engaños emocionales, las personas logran lo que estaban buscando. Esta manipulación puede ser consciente, llevar a cabo este proceso de forma deliberada y programada, o inconsciente, que se da normalmente en situaciones privadas. Por ejemplo, cuando adoptas una posición de víctima, cuando desprecias a alguien bajando su autoestima, o cuando aprovechas su debilidad para que esté a tu disposición.

¿Cómo detectar el chantaje psicológico?

El chantaje es una forma de manipulación que hiere más de lo que se puede llegar a pensar. Se lleva a cabo para controlar a otra persona y manejar sus sentimientos bajo la amenaza de que si no lo hace, las consecuencias serán peores.

De esta forma, la otra persona que lo sufre se siente presa de la persona que manipula, a falta de autonomía y libertad. Así la víctima actúa como y de la forma que quiere. El manipulador ha conseguido su objetivo.

CHANTAJE EMOCIONAL SIQUIAPero, ¿cómo una persona puede asumir esas decisiones impuestas? Dos pilares envuelven las emociones de las víctimas del chantaje: la culpa y la inseguridad. Si la víctima llega a oponerse sentiría culpable y, para reafirmar este sentimiento, el manipulador se encargaría de hacerle creer que, efectivamente, él tendría la culpa. Lo mismo pasa con la inseguridad, que debilita a la persona y la hace más maleable psicológicamente hablando.

Coacción: amenazas sin límites

Este método de manipulación se centra en buscar que la otra persona haga algo que no quiere a través de comportamientos más violentos y más abusivos que el chantaje.

El manipulador directamente amenaza. Utiliza el miedo y su creencia de superioridad para intentar conseguir lo que se ha propuesto.

La víctima es consciente del acoso que sufre porque se verbaliza la amenaza, y físicamente también se pueden observar rasgos de coacción. Aun así, no hay salida para la víctima. No encuentra una solución más que ceder ante la situación y realizar lo que el otro quiere.

Tanto con el chantaje como la coacción son engaños muy dañinos en las relaciones humanas. No aportan nada positivo y nadie debe dejarse manipular bajo ninguna circunstancia.

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