La ansiedad es una respuesta adaptativa del cuerpo, que se prepara para huir ante un peligro inminente. En medio de un ataque de ansiedad sentirás un miedo intenso, acompañado de síntomas como dificultad para respirar, sensación de ahogo, dolor en el pecho, mareos o entumecimiento, entre otros. En muchas ocasiones, la ansiedad se presenta tan abruptamente que quien la sufre puede llegar a pensar que está a punto de morir, por la similitud de sus síntomas con los de un ataque al corazón.
¿Has sufrido un ataque de ansiedad nocturno? Estos son los motivos

Sin embargo, la aparición de un ataque de ansiedad no siempre representa un problema. Cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas preguntó a los españoles sobre su salud mental durante la pandemia, el 15,8% de los encuestados declararon haber sufrido al menos un ataque de ansiedad o pánico en el último año. En muchas ocasiones, la ansiedad se presenta de manera puntual, ante un peligro que puede ser o no ser real. Sin embargo, cuando experimentas ataques de ansiedad de manera tan regular que comienzan a entorpecer el desempeño de tu día a día, lo más seguro es que te encuentres ante un trastorno de ansiedad que debe ser tratado por un psicólogo.
De día, los ataques de ansiedad suelen aparecer en los momentos de relax, cuando bajas la guardia y es imposible predecirlos. Por eso no es extraño que aparezcan también de noche, en el momento en el que tu cuerpo se relaja por completo, pero tu mente sigue funcionando, tratando de eliminar la tensión acumulada durante el día. Quizás alguna vez te hayas levantado tembloroso y desorientado, con el corazón desbocado, sudando a mares e incluso con dolores por todo el cuerpo. Los ataques de ansiedad nocturnos suelen comenzar mientras estás dormido, por lo que es normal que te despiertes asustado y sin comprender lo que está ocurriendo.
El temor a sufrir un ataque de ansiedad puede hacer que sientas miedo al miedo: esto provocará niveles aún más altos de estrés, que pueden desembocar en más ansiedad. Además, el hecho de sufrir ataques de ansiedad por la noche puede hacer que tu cerebro asocie la ansiedad al sueño, lo que puede provocar problemas como insomnio o terrores nocturnos. Otros factores como la genética, los sucesos estresantes, o algunas enfermedades, como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, pueden favorecer la aparición de ataques de ansiedad.

¿Es posible controlar un ataque de ansiedad nocturno?
Cuando la ansiedad deja de ser un episodio puntual y se convierte en algo cíclico, que entorpece tu vida diaria y te ataca cuando menos lo esperas, puede que empieces a temer la aparición de los molestos ataques de ansiedad. Aunque es normal tenerles miedo, puesto que sumergen tu cuerpo en multitud de síntomas desagradables, el miedo no hará más que alimentar el círculo vicioso de la ansiedad.
Controlar la ansiedad puede parecer un reto difícil, pero no es imposible. El primer paso es comprender el mecanismo de la ansiedad: tu cuerpo utiliza la ansiedad como un arma que activa los mecanismo de defensa ante el peligro y que desaparece una vez estás a salvo. Por lo tanto, es esencial entender que la ansiedad es un estado pasajero: mantenerlo en mente te ayudará a no sucumbir ante el pánico, manteniéndote calmado.
Una vez hayas comprendido por qué aparece la ansiedad, puedes acelerar su desaparición. Estás en tu cuarto y estás completamente a salvo: sé consciente de ello y repítetelo a ti mismo, en voz alta si es necesario. Saber que estás en un entorno seguro te ayudará a relajarte. Además, hacer ejercicios de relajación, como controlar tu respiración, puede ayudarte a mantener la calma.
Técnicas como el mindfulness, que consiste en centrar toda tu atención en el momento presente, también pueden ayudarte a lidiar con la ansiedad. Nuestros psicólogos pueden ayudarte a iniciarte en esta técnica.

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Pedir citaCómo prevenir la aparición de un ataque de ansiedad nocturno
La ansiedad es un mecanismo complejo que no siempre es posible controlar sin ayuda profesional. Sin embargo, puedes hacer frente a los ataques de ansiedad nocturnos poniendo en marcha prácticas saludables relacionadas con tu rutina de sueño.
- Mantén un horario regular de sueño: tu cuerpo es inteligente y sabe adaptarse a tus rutinas. Es por eso que si le acostumbras a dormir siempre a una misma hora, durante la misma cantidad de horas, te resultará más sencillo conciliar el sueño y evitarás rumiar pensamientos desagradables antes de dormir.
- Evita la cafeína, el alcohol y la nicotina, especialmente en las horas previas al sueño.
- El ejercicio, cuanto más pronto mejor: practicar ejercicio es un hábito saludable con numerosos beneficios. Si practicas ejercicio, tu cuerpo necesitará descansar y, por lo tanto, te será más fácil dormir. Sin embargo, hacer ejercicio en las últimas horas de la tarde o por la noche activará tu organismo y te impedirá dormir correctamente.
- Cena ligero, puesto que las cenas abundantes te harán sentir pesadez, te impedirán dormir bien e incluso pueden llegar a hacer que sientas ardor de estómago.
- Utiliza la cama para dormir: puede parecer obvio, pero es necesario que el cuerpo asocie la cama al sueño, única y exclusivamente. Estudiar o teletrabajar desde la cama puede ser un obstáculo para tener buenos hábitos de sueño. Además, también es recomendable que el cuarto esté a oscuras y evitar los dispositivos electrónicos antes de dormir.
Si no te sientes capaz de controlar tu ansiedad, en Siquia podemos ayudarte mediante terapia online.
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