Cada uno percibimos el mundo de un modo distinto, es cierto, un hecho que depende de nuestra capacidad y habilidad sensorial. La percepción sensorial no solo condiciona nuestra vision del mundo: según un reciente estudio de la University of Dresden, nuestros propios sentidos contribuyen claramente en nuestra personalidad, configurando quiénes somos.
El estudio ha demostrado cómo nuestra personalidad resulta de una suma de cinco rasgos principales que, a su vez, derivan de nuestros cinco sentidos. La investigadora Ilona Croy argumenta que “las personas que detectan con más facilidad las emociones ajenas tienden a ser más sociables que aquellas que tienen una gran capacidad para detectar los peligros ajenos” ya que, por mínimos que sean, les convierte en individuos que únicamente perciben el mundo como una gran amenaza. Pero, más allá de estos rasgos generales, ¿cómo somos según nuestros sentidos? He aquí tres características relacionadas con el olfato y el tacto:
Un olfato muy agradable
Los resultados del estudio guiado por Croy apuntan que las personas con un olfato muy desarrollado tienden a ser muy agradables. Esto se debe a que el olfato tiene una función social básica: detectar las emociones ajenas. Aunque parezca mentira, una nariz perceptiva brindará una mayor empatía y la sensibilidad social.
El olor del peligro
Nuestro olfato también sirve para prevenirnos del peligro. Las papilas sensitivas de nuestra nariz actúan como alarma preventiva frente a substancias nocivas. ¿Quién no ha reaccionado ante el fuerte olor del amoníaco? La reacción corporal es picor o quemazón interna, acompañada de estornudos, lo que envía al cerebro una señal de alerta. En este sentido, aquellos individuos con una papilas nasales muy sensibles tienden a ver el mundo con mayor temor. Ven amenazas a cualquier lado.
No hay dolor para quienes quieren gustar
La personas con una mayor tolerancia al dolor físico son, a la vez, personas mucho más conscientes. La argumentación de los expertos es que quienes soportan más el dolor físico son aquellas personas que poseen un gran deseo por complacer y agradar a los demás y que no desisten en esforzarse para hacer todas las tareas correspondientes a la perfección.