La psicología es una ciencia relativamente nueva como tal, a pesar de que el estudio de la mente humana era un aspecto que preocupaba ya a los filósofos griegos en el siglo VI a.C.
La figura del psicólogo, por lo tanto, es más nueva aún y más desconocida, a pesar de que en los últimos 13 años, solo en España, más de 15.000 personas se han licenciado en Psicología.
Son muchos los mitos y las falsas creencias que existen alrededor de la figura del psicólogo y de la psicología, y a pesar de que somos muchos los psicólogos que día a día luchamos por desmentirlos, parece que la imagen del psicólogo como una especie de super-humano que está por encima del bien y del mal, sigue estando muy presente en algunas mentes.
Falsas creencias acerca del psicólogo
El psicólogo nunca tiene problemas.
Cuando vas al psicólogo lo haces porque tienes un problema o una situación complicada que necesitas solucionar. No importa cuál sea la situación, el psicólogo siempre tiene la palabra justa para ayudarte a ver las cosas de una manera diferente.
Así pues, es fácil caer en la tentación de pensar que el psicólogo es una persona que, consigo mismo, puede hacer exactamente lo mismo y, por lo tanto, solucionar todos sus problemas en cuanto aparecen.
Bien, está claro que un psicólogo, quizás, tiene más armas para intentar sobreponerse a los reveses del día a día, pero, por encima de todo, un psicólogo es un ser humano: con sus emociones, sus sentimientos y sus impulsos.
Por supuesto, lo que tu ves en la consulta es una persona calmada, centrada, coherente y lógica. Pero eso no quiere decir que él sea así en su vida diaria, simplemente está entrenado para ayudar a los demás abordando los problemas desde fuera, tomando distancia y sin involucrarse personalmente en ellos.
El psicólogo sabe relacionarse con todo el mundo.
Cuando vas a la consulta de tu psicólogo es una persona amable contigo, paciente y que te entiende y escucha. Como en el caso anterior, eso forma parte del papel del psicólogo como profesional.
Pero eso no significa que el psicólogo, en su vida privada, sepa siempre y en todo momento cómo relacionarse con los demás. Como decíamos antes, el psicólogo también puede caer víctima de sus emociones, del cansancio acumulado, de sus sentimientos contrapuestos, y lo más probable es que la empatía que demuestra en consulta no consiga llevarla al 100% en su vida diaria, sería un ejercicio agotador por parte del psicólogo.
En las familias y el entorno cercano del psicólogo la frase «parece mentira que seas psicólogo» aparece de vez en cuando, y ese es el momento para recordar a familiares y/o amigos que no somos super-humanos y que las cosas también nos afectan a nosotros.
Entonces, si el psicólogo no sabe resolver sus problemas, ¿cómo va a ayudarme con los míos?
Para empezar, por esto mismo es necesario que el paciente sepa lo mínimo acerca de la vida diaria de su terapeuta, ya que esto ayudará a no colocar este prejuicio como bandera para la desconfianza.
Para continuar, ¿verdad que no esperaríamos que un cirujano se operase a él mismo para curarse? ¿O que un médico se hiciera las pruebas a él mismo para diagnosticarse?. Pues es exactamente lo mismo, el psicólogo está formado para ayudar al paciente con sus problemas diarios, para tratar algunas patologías de la mente en concreto o para asesorar sobre la mejor manera de llevar a cabo una situación.
Independientemente de cómo gestione el psicólogo su vida diaria, puede ayudar perfectamente a los pacientes que tiene delante.
Si un psicólogo no ha pasado por una depresión no es posible que entienda qué me está pasando.
De la misma manera que antes poníamos el ejemplo de los médicos, podemos ponerlo ahora: nadie en su sano juicio esperaría que sólo un médico que ha pasado por un cáncer, esté habilitado para curar el cáncer ajeno.
Así pues, a pesar de que haber sufrido la misma situación complicada o una parecida, puede dotar al profesional de una visión más concreta y empática de la situación, no es condición indispensable para poder abordar adecuadamente el tema.
Esto también pasa, por ejemplo, cuando la diferencia de edad entre el psicólogo y el paciente es muy grande «no puedes entenderme, porque eres demasiado joven» o «tú no me entiendes porque tienes la edad de mis padres».
No es necesario que el psicólogo haya pasado por todas las situaciones posibles de la vida para poder ejercer adecuadamente su trabajo.
¿Los psicólogos van al psicólogo?
Como hemos visto, los psicólogos no somos humanos perfectos. Somos personas como las demás, con nuestras incoherencias, nuestros problemas, nuestras situaciones difíciles y nuestros conflictos.
Dicho esto, ¿por qué razón no iba a ir un psicólogo al psicólogo si lo necesita?
Por lo general, los psicólogos suelen estar bastante concienciados de la necesidad de acudir a un psicólogo en el momento en el que algo se escapa a su control en su vida diaria, y la ventaja de ser psicólogo, entre otras, es que tienes muchos amigos y conocidos que también lo son, y que te pueden recomendar al que más se ajuste a tus necesidades.
En muchas ocasiones, además, la propia formación del psicólogo como terapeuta exige que se realice una terapia personal con la intención de que éste conozca qué se hace en terapia como complemento a la formación teórica necesaria y para solucionar algunas situaciones concretas que le ayuden a trabajar mejor con sus pacientes.
Interesante artículo, pero yo discrepo bastante. Entiendo que dicen que están preparados para atender perfectamente al paciente (aunque su vida no sea calmada, coherente, etc) pero creo que con más razón deberían ser las personas que también sepan resolver sus propios problemas con los conocimientos adquiridos, se trata de autoanalisis; tener la capacidad de mirar al problema desde varios puntos de vista es imprescindible, porque hay situaciones en las que también se van a equivocar, creer que siempre tienen la razón me parece algo que podría perjudicar más que ayudar.
No soy profesional, pero si hay algo que he sabido hacer en mi vida, es saber resolver mis propios problemas por cuenta propia (y no tengo formación profesional), y no los resuelvo precisamente huyendo, uno debe saber cuando huir y cuando hacerles frente y cómo enfrentarlos (normalmente hay muchas formas de resolver los problemas y algunas son más optimas que otras). Por supuesto que hay que saber cuando pedir consejos también o saber cuando buscar información necesaria para ampliar la capacidad de resolución del problema.
No tengo nada encontra de estos profesionales, pero quiero destacar que no siempre tienen la razón e incluso he puesto a prueba sus conocimientos con una mujer que conocí y estudiaba psicología y el consejo que me había dado, fue más alarmante que la situación misma que simule estar pasando (que si estaba en un estado de depresión, me podría haber perjudicado demasiado). Claro que hay profesionales y profesionales, pero ese es otro caso, tal vez deberían exigirle controles anuales para poder seguir con su profesion.
Este es sólo un comentario como cualquier otro sin ánimo de ofender o insultar a nadie. Por cierto, excelente artículo.
Saludos.
Esta claro que no somos personas perfectas y las criticas a nuestra vida diaria de nuestros conocidos siempre van a enfocadas a ese comentario: Y eso que tu eres el psicólog@. Soy estudiante de psicología y me he enfrentado a esos comentarios que debería o no debería hacer o pensar por ser psicóloga. Por un tiempo de verdad que creí que si no me podía ayudar a mi misma no podria ayudar a otros y la realidad esta en que somos humanos y es muy cierto que la vida profesional y la vida cotidiana son cosas muy diferentes. Excelente articulo
Genial de verdad! me ha gustado mucho!
desmitificando mitos,
Gracias, Cristina. Uno de los propósitos de Siquia es humanizar tanto al paciente que acude a terapia como el trabajo que hacen los psicólogos. Todos los que han mejorado gracias al trabajo profesional saben mejor que nadie lo importante que es esta labor!
¡Gracias Cristina! Los psicólogos cargamos con una cantidad de mitos y prejuicios enorme, desde Siquia intentamos minimizarlos. :)