Magda Arnold: casi un siglo de aportes a la psicología

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En octubre de 2002 la psicología perdió a una psicóloga casi centenaria: Magda Arnold. La responsable de la teoría de las emociones nació en 1903, en una localidad que ahora forma parte de la República Checa, pero que por aquel entonces aún pertenecía al Imperio Astrohúngaro. La muerte la sobrevino en 2002, en el estado de Arizona.

Un libro de Freud, Psicopatología de la vida cotidiana, la llevó a interesarse en la psicología. En Praga, comenzó a asistir a las clases de psicología de la Universidad Carolina. Sin embargo, no acudía a la universidad como estudiante: trabajaba allí como secretaria.

Tras pasar por Praga se mudó con su marido a Canadá, donde empezó a estudiar psicología en la Universidad de Toronto. El año era 1935. Cuatro años después comenzó a investigar, gracias a la tesis que empezó a elaborar para el máster que estaba estudiando. Corría el año 1942 cuando consiguió su doctorado.

Aquel sería el comienzo de una larga carrera, que dio el pistoletazo de salida en la misma facultad de psicología en la que había llevado a cabo sus estudios. Más tarde, se convirtió en la Directora de Investigación y Capacitación del Departamento de Servicios Psicológicos de los Asuntos Veteranos Canadienses. Y, después, comenzó a enseñar en Wellesley College, en los Estados Unidos.

Su carrera como profesor sería larga y próspera. Entre 1948 y 1975 compartió sus conocimientos con miles de alumnos. Durante aquellos años pasó por Bryn Mawr College, por Barat College, por la Universidad Loyola Chicago y por el Sping Hill College.

Los aportes de Magda Arnold a la psicología

La teoría de la valoración emocional de Magda Arnold

En 1960 Magda Arnold elaboró su conocidísima teoría de la valoración emocional, que explica el proceso por el que se forman las emociones.

Pero, para comprender su teoría, primero debemos entender lo que son las emociones, que ella misma definió como mecanismos mediante los que reaccionamos a los estímulos. Las función de las emociones es que nos acerquemos a lo que consideramos bueno y nos alejemos de aquello que consideramos que es perjudicial.

En su teoría de la valoración emocional, Magda Arnold afirmó que las emociones eran producto, no de cambios físicos, sino de la forma en la que percibimos y evaluamos los acontecimientos que nos ocurren.

El primer paso del proceso emocional es la percepción. Hablamos de percibir no en el sentido de ver algo, sino de comprenderlo. Una vez sabes qué es lo que estás percibiendo, el siguiente paso es la evaluación ¿Es bueno o es malo para ti? Esto dependerá no solo del objeto en sí, sino del contexto.

Al percibir y evaluar algo, se emiten juicios de valor de manera inmediata, sin pensar. Estos juicios son los que provocan una respuesta emocional, como huir ante un robo o abrazar a alguien que te ha dado una buena noticia.

Esto ocurre porque las emociones provocan cambios en tu cuerpo que te llevan a actuar: a acercarte o a alejarte, dependiendo de si el estímulo es agradable o desagradable.

Emociones magda arnold

Su teoría integral de la persona humana

Desde el final de la década de los 40, la religión católica comenzó a tener una gran influencia en la vida de Magda Arnold. La figura de John Gasson, sacerdote Jesuita, marcaría su vida académica. Junto a él desarrolló su teoría integral de la persona humana.

Para ellos, la personalidad es «el conjunto de hábitos, actividades y potencial que una persona establece para alcanzar su yo ideal».

Esta definición deja bien claro que para Arnold y Gasson la persona no es un sujeto pasivo. Todo lo contrario. Consideran que el hombre es un sujeto activo, que trabaja para conseguir su ideal de perfección.

Para lograrlo, las personas luchan por alcanzar sus propias motivaciones, que deberían llevarle a conseguir su yo ideal. Este concepto ideal de uno mismo se va construyendo a medida que crecemos y, para estos psicólogos, es la meta última de todos los seres humanos.

En su teoría afirmaban que «cada individuo solo puede aspirar a lograr su propia perfección». Si no fuese así y una persona luchase por alcanzar un yo ideal fuera de sus posibilidades, se sumergiría en un conflicto entre lo que quiere conseguir y su propia naturaleza.

Esta teoría se relaciona con su teoría de las emociones puesto que, para Arnold, los valores que sigue una persona para alcanzar su yo ideal marcan su respuesta emocional. Es decir, su respuesta emocional, la decisión de acercarse o alejarse de un estímulo, dependerá de si este le acerca o no a sus objetivos.

Imagen de Lucía Lorenzo
Sobre Lucía Lorenzo Lucía Lorenzo es Graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, donde descubrió su gran interés por los temas relacionados con la salud, especialmente con la salud mental, la gran olvidada en las enseñanzas universitarias. Entre sus inquietudes se encuentran el feminismo y los derechos LGBT. Ganadora de un premio de relato corto en el año 2013, disfruta escribiendo tanto noticias como ficción.
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