Llamamos tranquilizantes a las benzodiazepinas, a los relajantes musculares y a los medicamentos ansiolíticos. Se recetan principalmente a personas mayores que no pueden dormir a causa de la edad, depresiones, u otros problemas similares.
Nuestros mayores están enganchados a los tranquilizantes

Sin embargo, cuando se abusa de ellas se convierten en drogas. Los tranquilizantes pueden hacer más lenta la actividad del cerebro, de ahí que se utilicen para tratar la ansiedad, el estrés o el insomnio.
El último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de 2019, ha corroborado que España es el primer país del mundo en el índice de consumo por cada mil habitantes de benzodiazepinas. La JIFE, colabora con los gobiernos para avalar la disponibilidad de dichas sustancias. Siempre bajo control médico.
Durante la pandemia, el uso de estos medicamentos aumentó. Hubo un crecimiento progresivo según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad. Señalaron que en 2020 se consumieron 91,07 dosis al día de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes por cada mil habitantes. Esto supone un aumento de casi el cinco por ciento con respecto a 2019.
Sin embargo, no debemos echar la culpa al confinamiento, las restricciones y lo que la pandemia trajo consigo. Es verdad que afectó en mayor medida, pero ya en 2015 se avisó del abuso de tranquilizantes en España. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya advirtió de este problema.

Prueba una sesión gratis
Cuida de tu salud mental y sal de la adicción con la ayuda profesional de un psicólogo.
Pedir citaEn 2021, el uso de tranquilizantes ha seguido golpeando en la población española. Hasta los últimos meses del año pasado, el consumo estaba disparado. Los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) indican que en dicho año se tomaron 93 dosis diarias de ansiolíticos e hipnóticos por cada mil habitantes. Esto supone un 2% más que en 2020 y un 6% más que en 2019.
Los que más consumen este tipo de medicamentos son los mayores. En concreto las personas mayores de 65 años. Un 25% de los encuestados aseguraron haber tomado ansiolíticos o relajantes durante las semanas previas a la Encuesta Nacional de Salud de 2017. Esto supone más de 2,3 millones de personas. Estos son los últimos datos que se han recogido sobre el consumo de tranquilizantes, pero, como hemos señalado anteriormente, tras la pandemia los datos saltaron por los aires.
Entre ese porcentaje de mayores, los principales consumidores son mujeres. Un 34,1% frente a un 15,4% en hombres. María Isabel Santos Pérez en su tesis doctoral sobre el uso de psicofármacos en mayores señalo que “algunos autores indican que la mayor inestabilidad laboral tiene un papel importante.
Otros apuntan a la mayor disposición de la mujer al expresar sus síntomas y buscar atención médica en comparación con el hombre”. Añadió, a su vez que, “las alteraciones de los patrones del sueño, los estados de soledad por pérdida de la pareja y los fenómenos de ansiedad y tristeza convierten a los ancianos en un grupo propicio para el consumo de estos fármacos”.
¿Por qué España es el país que encabeza las estadísticas europeas?
La mayor parte de los expertos aseguran que se debe a la falta de psicólogos en atención primaria. Al fin y al cabo, la mayoría de casos, se tratan en los médicos de familia, quienes acaban recetando tranquilizantes sin la necesidad de derivar los casos a un especialista.
El catedrático en Psicología de la Universidad Complutense y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, Antonio Cano Vindel, ha analizado dicho tema en profundidad. Como conclusión señaló que en España el alto índice de consumo de benzodiazepinas se debe a la desatención.
Es decir, los médicos de cabecera acaban solucionando los trastornos de ansiedad, sueño o emocionales con una receta de tranquilizantes.
Según Antonio Cano Vindel son los psicólogos quienes han de tratar este tipo de enfermedades. Están licenciados en la carrera de psicología para ayudar a solventar este tipo de casos a través de otras muchas formas sin tener que recurrir necesariamente a los tranquilizantes. El problema está en que no se están tomando las medidas necesarias para que esto cambie y haya una salud mental digna.
¿Cómo puede afectarte el uso de tranquilizantes?
Las benzodiazepinas, actúan directamente en el cerebro. Su función es ralentizar la actividad del mismo. Es decir, consiguen que el paso de información entre neuronas sea más lento.
Eso lo hacen aumentando la acción de un neurotransmisor llamado GABA. Este, les dice a las neuronas que vayan más lentas. El hecho de que la transmisión de información sea más lenta tiene efectos secundarios:
- Pueden convertirse en una droga. El uso continuo de ansiolíticos puede hacer que acabes dependiendo de ellos. Nunca han de dejarse de un día para otro pues, al igual que cualquier otra droga, puede generar síndrome de abstinencia. Es necesario que si el médico te receta tranquilizantes no los tomes más tiempo del recomendado.
- Te haces tolerante. A medida que pasa el tiempo, llega un punto en el que su eficacia es cada vez menor. Ya no tienen efecto sobre ti cuando lo tomas más tiempo del indicado.
- Pueden reducir tus facultades. Al estar todo el tiempo bajo los efectos de los tranquilizantes tus capacidades cambian. Pueden reducir tu estado de alerta, aumentar el cansancio, tener somnolencia constantemente.
Lo mejor que puedes hacer es llevar a rajatabla los consejos de tu médico. Sin embargo, si ves que no puedes seguir tu vida normal una vez se ha pasado el periodo aconsejado acude a un especialista. Será un psicólogo profesional el que te diagnostique.
En Siquia te damos la oportunidad de que te pongas en contacto con un psicólogo online que te ayude a superar los problemas que te han llevado a tomar tranquilizantes. Sustituirá los medicamentos por mecanismos que te ayudarán a desarrollar más tus habilidades y a superar tus problemas.
Pedir cita
