Cada vez más parejas acuden a una consulta psicológica con el fin de resolver sus problemas, ya sean relacionados con una comunicación ineficiente o conflictos no solventados que les impiden avanzar.
Cuando una pareja acude por primera vez a terapia no suele tener muy claro en qué consiste la terapia de pareja o a qué van a tener que enfrentarse, de modo que los tengo frente a mi en esa primera sesión me gusta explicarles la metáfora del papel arrugado. Eso les ayuda a poner en perspectiva el momento que atraviesa su relación y otorgar la importancia que se merece a cada una de sus preocupaciones.
Metáfora del papel arrugado
Imagina un papel en blanco delante de ti.
“Un papel, un folio en blanco, representa el inicio de una relación. El folio es nuevo, claro, bonito, estético… Como la primera fase de vuestro amor.
Pero llega un momento en la pareja en que comienzan a surgir conflictos, discusiones, reproches, malentendidos… El folio que representa vuestro amor comienza a arrugarse.
Por cada brecha surge una nueva línea, y las arrugas se acumulan… Tal es así que, cuando la relación se deteriora mucho, nos imaginamos el folio como una bola totalmente arrugada. Nos encontramos en el punto más álgido de deterioro en la relación.
Normalmente, es en este punto cuando uno o ambos componentes de la pareja decide no continuar así y sueña con volver a tener esa misma relación satisfactoria, placentera, sin conflictos que existía en un principio.
Se esfuerza en que los tiempos sean mejores y comienza a deshacer esa bola de papel, a intentar aplanarla para que vuelva a ser totalmente lisa, estética e igual que al inicio.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo por conseguir este objetivo, nunca logra alcanzar ese estado inicial del papel; quedan arrugas que no desaparecen. Ante esta situación existen dos alternativas: o bien aceptas estas «marcas» que ha dejado el tiempo y te adaptas a los cambios de ambos, o bien apartas ese papel de tu camino para poder seguir avanzando.
Con esta metáfora se logra visualizar cómo las relaciones van transformándose a lo largo del tiempo debido a las distintas situaciones y momentos que acompañan a la pareja. Y, de la misma forma, de forma muy visual nos ilustra de lo improbable de que todo vuelva a ser como en un principio. Ambos habéis evolucionado y no sois los mismos que en un inicio fuisteis, al igual que la relación.
La terapia de pareja, una apuesta de dos para recuperar una relación
En este punto es cuando la terapia de pareja cobra más sentido. Estas arrugas representan conflictos pasados sin resolver, cambios o nuevos aspectos en la personalidad de cada una de las partes, nuevos comportamientos que antes no existían.
Aceptar estas arrugas implica aceptar la evolución que ha sufrido la relación y ambos componentes de la misma y trabajar alrededor de ellas, adaptarse a la nueva definición de relación elaborada por ambos, o por el contrario tomar la decisión de apartar ese papel arrugado de sus vidas.
Una vez que la pareja comprende y se ve reflejada en esta metáfora es cuando puede comenzar la terapia. Es muy importante entender qué implica la terapia y cuáles son los esfuerzos que tendrán que realizar para que esta terapia funcione. El éxito en terapia no solo implica el retomar de nuevo una relación derribada y reconstruirla de nuevo, sino también construir una nueva relación en el caso de que ambos miembros de la pareja decidan continuar con sus vidas cada uno por separado.
¿Te gustaría encauzar de nuevo tu relación, apostar por ella, intentar todo lo que esté en tus manos? Déjame tu consulta y hablamos.