Psicólogos onlineLa tartamudez es un trastorno bastante común en niños pequeños, que de forma natural va cesando a medida que el niño va creciendo. Pero hay ocasiones en las que la tartamudez se instala y no se supera con facilidad.

En estos casos, los padres y madres, muy a menudo se sienten perdidos y no saben cómo deben tratar la situación. Es importante que tengamos claro que la tartamudez no implica una menor inteligencia del niño y que, como padres, podemos ayudar a nuestros hijos a sobreponerse a la tartamudez y a llevar una vida normal.

Habla lento y pausado

Dirígete a tu hijo hablando de una forma lenta y pausada. De esta manera le estarás ayudando a que entienda que no es necesario hablar deprisa para comunicarse.

A menudo el problema de la tartamudez surge cuando los niños quieren hablar y se les exige que lo hagan rápido y claro. En una conversación con más niños o con adultos, estamos acostumbrados a que la información corra y sea muy dinámica. Para las personas con tartamudez es difícil entrar en una conversación de este tipo ya que sienten que están entorpeciendo el canal de comunicación. 

A los niños con tartamudez hay que darles tiempo a que piensen lo que quieren decir y a decirlo calmadamente, si es el adulto quien da el ejemplo, será mucho más fácil que el niño lo integre.

Es por ello por lo que será imprescindible que se intente controlar la velocidad del habla y la claridad. No sólo ayudarás a tu hijo sino que, además, te darás cuenta de la importancia de la comunicación y descubrirás formas nuevas de interactuar con la familia.

Escúchale de una forma activa

Cuando tu hijo esté hablando, escúchale. Pero no sólo con los oídos, sino con todo el cuerpo. Demuéstrale que le estás escuchando mediante la comunicación no verbal, préstale atención y asiente mientras va hablando.

Es importante que el niño sienta que está siendo escuchado por lo que está diciendo y no por cómo lo está diciendo. Es una tarea complicada para los padres, pero se debe intentar controlar las expresiones de impaciencia ante los tartamudeos. De esta manera estarás favoreciendo la autoconfianza de tu hijo en su capacidad para expresarse.

Ayúdale a tranquilizarse

Si ves que tu hijo está muy excitado y, por lo tanto, eso afecta a su capacidad para hablar, una solución sencilla pero muy útil es poner música relajante en el ambiente.

También puedes intentar hacer con él algunos ejercicios de respiración o ponerle un documental de animales relajado para que baje su ritmo de actividad.

De esta manera el ritmo del niño disminuirá y poco a poco irá relajándose y se dará cuenta de que puede hablar con más fluidez.

Evita reñirle

No sirve de nada hacerle notar que tartamudea, ni reñirle o apremiarle para que hable más rápido cuando lo hace. Eso solo hará que aumente su inseguridad y su incapacidad para comunicar de forma natural.

Debes evitar frases como «venga, intenta hablar bien» o «cuando tengas claro qué decir, habla». Aunque lo hagas con tu mejor intención estas frases le demuestran al niño con tartamudez que su forma de hablar no es correcta y que no es capaz de decir lo que piensa cuando quiere.

Será importante también que respetes sus silencios. Habrá momentos en los que el niño no quiera hablar, y no debemos forzarle. Si se siente obligado a hablar, lo más probable es que se acentúe la tartamudez.

Reduce las preguntas

A menudo no nos damos cuenta e iniciamos sin querer una batería de preguntas encadenadas que dirigimos a los niños. ¿Has hecho los deberes? ¿Querrás puré para cenar? ¿Te has acordado de recoger los muñecos?

Lo óptimo para estos niños es que hagamos una pregunta y esperemos a la respuesta, respetando el tiempo que tenga que tomarse para darlas.

Cuando el niño esté hablando es recomendable no hacer preguntas interrumpiéndolo. Si nos está explicando que ha jugado en el patio con un amigo, deberíamos esperar a que acabe el relato y, al final, preguntarle: ¿con qué amigo jugabas?.

De esta manera no interrumpiremos el flujo de habla, ya que cada vez que lo cortemos deberá empezar de nuevo con las dificultades que eso le supone. De la misma manera, habrá que evitar completar sus frases ya que esto sólo le llevará a sentir que su discurso es poco interesante y muy predecible.

Evita la sobreprotección

Tu hijo no es diferente a los demás niños. Tiene las mismas inquietudes y las mismas necesidades. Debemos evitar caer en la tentación de sobreprotegerlo para facilitarle todo. Necesita que le pongamos límites.

A pesar de que dedicaremos tiempo a escucharlo y lo animaremos a comunicarse, por ejemplo, debe tener claro que hay momentos en los que no podremos escucharle o en los que no se le podrá pedir su opinión.

Implica a familiares y amigos

Tener un niño con tartamudez puede ser una oportunidad para aprender todos juntos. Intentad llevar a cabo estos consejos en familia, de manera que todos se sientan implicados en el habla lenta y pausada, el respeto de los turnos de palabra o la escucha activa.

A medida que el niño vaya ganando confianza en sí mismo y en su capacidad de comunicación, gracias al esfuerzo de todos, podrá ir superando las dificultades que se presenten ante él.

Normaliza la situación

La tartamudez no debe ser un tabú en la familia ni en el entorno del niño. Si hay que hablar sobre esa situación, se debe llamar por su nombre y el niño tiene que ser consciente de que eso le afecta a él y no a los demás.

Es importante la naturalidad con la que se hable y la normalización, si no lo hacemos estaremos creándole un estigma innecesario que puede afectar a su vida social y relacional. No hablar de ello puede llevar al niño  a entender que lo que le pasa es algo de lo que debe sentir vergüenza.

También es necesario hablar con él sobre el asunto, si es consciente de su dificultad. Preguntarle por sus sentimientos, saber cómo lo vive. Es posible que para nosotros sea una situación muy agobiante, pero él lo haya aprendido a vivir con una cierta tranquilidad y eso nos acabe tranquilizando a nosotros.

Debemos evitar, así mismo, etiquetar al niño como «tartamudo». Si lo presentamos a alguien y enseguida le ponemos la etiqueta de «tartamudo» estamos reduciendo al niño a una característica de su comunicación.

Acude a un profesional

Son muchos los profesionales de la psicología que ofrecen apoyo educativo para padres y madres. Si crees que puede ser útil para ti, puedes encontrar profesionales colegiados en Siquia que te ofrecen terapia y apoyo psicológico y educativo online, sin que necesites ni moverte de casa.

Puedes contactar con ellos aquí.

Psicólogos online