María se pasa el día de su 50 cumpleaños llorando a mares. Ni si quiera la gran fiesta sorpresa que le habían preparado ni la llegada del enorme pastel, aquel que ella siempre había comentado que desearía ese día, apacigua su malestar. María no es capaz de reconocer que, en todos los sentidos, se halla en el mejor momento de su vida sino que sólo insiste en “ya me ha pasado media vida y ahora me llenaré de arrugas, se acabará todo pronto”. Un mes después de cumplir los 50 años, María está en terapia psicológica porque el miedo a envejecer, el miedo a la soledad y el miedo a la muerte van en aumento, causándole una intensa ansiedad.
Gerascofobia o el miedo a envejecer
El miedo a envejecer es un miedo no evolutivo que afecta al desarrollo de nuestra vida y que, cada vez, es mayor en nuestra sociedad occidental donde los estereotipos son mujeres delgadas y altas y hombres robustos como símbolo de la belleza y de la juventud y, por tanto, del dinero y del éxito.
De este estereotipo quedan apartadas aquellas personas a partir de los 35-40 años, momento en el cual empiezan a salir las primeras canas, arrugas, flaccidez o manchas en la piel y efectos debidos al estrés como fatiga. En este momento, se intenta hacer lo posible para que las mujeres no pierdan la belleza física y los hombres, la virilidad, para seguir viviendo bajo los estereotipos de una sociedad cada vez más individualista y egocéntrica.
Entonces llegan otros miedos. Todavía no me he casado, aún no he tenido hijos, algunos que creen no tener una carrera profesional lo suficientemente sólida y, otros que consideran que no han conseguido nada en su vida. Y llegan los ¿y qué dirá la gente? Que ha matado más sueños que todas las canas, arrugas y flaccideces del mundo juntas.
Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que quien no ha envejecido es porque ya no está en esta vida y eso… es mucho peor, ¿verdad? Las personas que tienen miedo a envejecer también tienen miedo al sufrimiento, a la soledad, a no tener suficiente dinero, a la enfermedad, al dolor, y, finalmente, a la muerte. Este miedo se puede convertir en irracional, persistente e injustificado y es, entonces, cuando le llamamos gerascofobia. El término proviene del griego geron- que significa “anciano” y de phobos que significa “miedo”.
Diferencias entre la gerontofobia y la cronofobia
- Gerontofobia Miedo, desprecio o rechazo hacia los ancianos porque se les identifica con la decadencia y la enfermedad. Las personas que padecen gerascofobia, suelen padecer otras fobias entre las cuales se halla la gerontofobia.
- Cronofobia El sentir frustración por el inexorable paso del tiempo, con la sensación de “no voy a tener tiempo de hacer todo lo que me hubiera gustado”, haciendo que te hundas en la tristeza hasta dejarte atrapar por el miedo al paso del tiempo, es lo que llamamos cronofobia.
Cuáles son los síntomas de la gerascofobia
Los síntomas más característicos de la gerascofobia son psicológicos, como: ansiedad, miedo y pensamientos negativos recurrentes que llevan a la persona a temer el futuro hasta el punto de bloquearse emocionalmente.
En los casos más extremos, aparecen síntomas fisiológicos como son: sudoración, temblores, taquicardias, dificultad para respirar, opresión en el pecho, sequedad de boca, dolor de cabeza…
Cuáles son las causas de la gerascofobia
- Soledad
La soledad puede darse en cualquier momento de la vida. Pero es en la tercera edad cuando está más presente al pensar en todas las personas que el paciente ha ido perdiendo por fallecimiento. Y ello deja un vacío. Muchos ancianos es, en este momento, cuando tienen más presentes los recuerdos de infancia y juventud.
- Miedo a lo desconocido
Los cambios que se van a producir, como consecuencia del envejecimiento, como dejar de trabajar, no tener tanto dinero, la posibilidad de no sentirnos igual de útiles y, tantas otras cosas que siendo jóvenes desconocemos.
- Aparición de arrugas
El aspecto estético no es una cuestión superficial puesto que es positivo que una persona se sienta bien consigo misma siempre desde el realismo de una imagen acorde a la edad. Los años producen un efecto visible en la piel y esto hace que la persona sienta que ha dejado atrás para siempre su juventud.
- Influencia de los medios y las industrias de la cosmética y la estética
Los medios de comunicación nos inundan con caras y milagrosas cremas anti-arrugas, tintes para el pelo, cirugías estéticas,… Además, todo junto con ropas y actitudes juveniles desenfadadas. Es la exaltación de la juventud. La vejez se esconde. Según los estereotipos de esta sociedad, la juventud es símbolo de belleza, dinero y éxito, al contrario de la vejez.
- Poco futuro y mucho pasado
Puede pasar que una persona experimente tristeza al proyectar un plazo de tiempo de vida potencial muy reducido en comparación al largo camino recorrido. El tiempo es un recurso importante de la vida y gracias a él es posible cumplir sueños, metas y propósitos.
- Pérdida de autonomía y dependencia
Una situación que puede producirse a partir de un empeoramiento en el estado de salud de aquella persona que necesita del apoyo de alguien externo para realizar tareas cotidianas.
- Miedo a la enfermedad
Las limitaciones propias de la edad pueden causarnos malestar, pero no son enfermedades en sí mismas. Tener que caminar lento, usar un audífono o hipertensión no significa estar enfermo. Y es cierto que con la edad perdemos una serie de facultades físicas y nuestro estado de salud se vuelve más frágil y vulnerable.
- Miedo a la muerte o tanatofobia
A partir de los 60 años es frecuente que surja una ansiedad intensa generada por pensamientos acerca de la muerte, a pesar de que puede aparecer mucho antes, incluso en la adolescencia. Nuestro entorno conocido ha madurado y ya hemos vivido algún período de duelo debido a la pérdida de familiares o amigos cercanos que nos han llenado de inquietud.
- No haber cumplido las propias expectativas vitales
Es habitual que, entre afectados de gerascofobia, se encuentre a personas que no han cumplido las metas que se habían marcado en su vida. En muchas ocasiones, porque estos objetivos eran demasiado difíciles y la autoexigencia demasiado elevada, en muchas otras, porque los avatares y las vueltas que da la vida han querido llevarles a otros puertos.
- Miedo a no sentirse útil
A una gran mayoría nos gustaría seguir siendo productivos y útiles en nuestra madurez, así como mantener una vida activa, sociable y satisfactoria. Por tanto, los ancianos que dedican su tiempo al cuidado de sus nietos o de sus parejas mantienen un nivel de energía muy alto que les ayuda a sentirse plenos y satisfechos.
- Negación de la propia edad
En mayor medida las mujeres detestan que se sepa su edad. Cuando esta ocultación se convierte en enfermiza, algunos de los síntomas de gerascofobia son: la obsesión por las operaciones estéticas, el uso de ropa juvenil muy discordante con la edad real, los comportamientos inapropiados para su edad y el uso excesivo de cremas bronceadoras, tintes para el cabello o extensiones
Qué puedo hacer si tengo miedo a envejecer
- Buscar ayuda de un profesional como un psicólogo online que nos ayude a valorar lo que, realmente, importante. La terapia cognitivo-conductual es muy efectiva para superar este miedo.
- Muchas veces la gerascofobia está acompañada por problemas autoestima o de inseguridad. Es necesario comprender que los mismos no se irán haciéndose una cirugía estética y que, además, podemos ser guapos a cualquier edad. De nuevo, es necesario ponerse en manos de un profesional… pero de la psicología.
- Evitar tomar cualquier decisión trascendental durante una crisis por gerascofobia, ya que suele conducir al arrepentimiento. Es conveniente no hacer cosas que normalmente no haríamos, sin pensar en las consecuencias, sobre todo, negativas.
- Entender que se trata de una crisis temporal y hay que ser pacientes.
- Dar el justo valor e importancia a las cosas que nos rodean y tener solo en cuenta aquellas que realmente merecen la pena, ya que este tipo de crisis pueden confundirnos mucho y no siempre la gente que está a nuestro lado es desinteresada, aunque podamos creer lo contrario.
- No perder la actitud positiva para aceptar el paso del tiempo. Mantener nuestras ganas de vivir y disfrutar de cada segundo. Recuerda que envejecer no depende exclusivamente de la edad: hay personas jóvenes que, por su actitud, se comportan como ancianos y personas ancianas que disfrutan de una vida estimulante, enriquecedora y llena de desafíos.
- Tratar de mantenernos sanos, ya que la buena salud conserva la juventud. Es conveniente establecer una rutina vital que se aplique de manera constante: una nutrición adecuada, una actividad física moderada y un mínimo de horas de sueño.
- Lograr un equilibrio entre la salud mental, física y emocional. Es importante tener un buen control sobre el estrés ya que un exceso sólo afectará negativamente a nuestro cuerpo.
- Tener nuestra mente ocupada para compensar así la pérdida natural de neuronas. De ahí que sea fundamental realizar gimnasia mental, siendo la lectura la principal aunque no la única.
- No sobrevalorar nuestra imagen, para afrontar el paso del tiempo positivamente y evitando ser propensos a desarrollar una gerascofobia.
- Entender que podemos aportar experiencia a las próximas generaciones y ser miembros valiosos de la sociedad. Los avances en medicina y en tecnología han aumentado, no sólo la esperanza de vida, sino también la calidad con la que llegamos a edades avanzadas.
- Amistad intergeneracional. El mejor modo de romper con los estereotipos asociados a la edad es el conocimiento interpersonal por medio de vínculos de amistad. Personas con algún interés en común pueden sentirse muy próximas a nivel emocional a pesar de la diferencia de edad.
- Voluntariado con personas mayores. Una experiencia de solidaridad es aquella que descubren aquellos voluntarios que realizan alguna actividad en colaboración con una entidad que ofrece atención constante a personas de la tercera edad, a través de fórmulas distintas.
- Admiración. Vivimos en una sociedad que no concede el protagonismo deseado a las personas mayores que son dignas de admiración. Más bien al contrario; cuando ya han sido útiles, cuando ya han hecho la función asignada, casi las arrojamos a una esquinita, que no hagan mucho ruido, que molesten lo justito. A pesar de ello, siguen dando ejemplo de muchos jubilados que dedican buena parte de su tiempo semanal a realizar actividades solidarias, otras personas son un ejemplo de optimismo y vitalidad, mientras que otros cuidan de sus nietos. Otras personas mayores sufren algún tipo de dificultad asociada a la edad, sin embargo, aceptan su situación con resiliencia.
¿Tiene algo de bueno envejecer?
- Envejecer es un privilegio que no han tenido aquellas personas que por distintas circunstancias han fallecido a una edad más temprana.
- Sabiduría. Los mayores cuentan con el capital de la experiencia como base para el establecimiento de reflexiones, conclusiones y consejos respaldados por su propia trayectoria.
- Juventud de ánimo. Cumplir años no siempre significa envejecer a nivel de actitud. Algunas personas descubren que, pese al cambio que muestra su aspecto físico, su interior sigue siendo el mismo en términos de ilusión.
- Acompañar a otros seres queridos. Un abuelo es feliz al ver crecer a sus nietos hasta hacerse adultos. Esto es lo que deberían recordar siempre los nietos porque, algún día, ellos serán abuelos.
- Tiempo. La felicidad no se mide solo por la cantidad de tiempo, sino también, por la calidad de las vivencias experimentadas. Sin embargo, si cada día es un regalo, envejecer también lo es.
“Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente que nos hacemos viejos” (George C.Lichtenberg)