En nuestra sociedad la muerte es vista como algo doloroso, un tema tabú que puede destrozar las vidas de aquellos a quienes roza de un momento a otro. Por eso no es de extrañar que el miedo a la muerte sea tan común.
Miedo a la muerte: origen y tratamiento

El simple hecho de imaginar nuestra propia muerte puede ser un pensamiento angustioso, dada la incertidumbre y las múltiples respuestas sobre el futuro sin nuestra presencia. La ansiedad generada nos puede incapacitar para continuar con nuestra vida.
El temor a la muerte no tiene solo que ver con nuestra propia desaparición. Esta fobia puede aparecer con la pérdida de seres queridos, que pueden provocar heridas emocionales difíciles de curar.

¿Por qué existe este temor?
Algunos de los motivos principales que originan este pavor a la muerte son los siguientes:
- La gente tiene, inconscientemente, el deseo (y la percepción, en ciertas fases de la vida) de la inmortalidad y que todo continúe de la misma manera. Ocurre sobre todo en los momentos de mayor felicidad y estabilidad, cuando nada ni nadie quiere que perturba ese bienestar. Y mucho menos la muerte.
- Otro de los factores que entra en juego para el desarrollo de esta fobia es que el ser humano es el único animal que tiene consciencia. Las personas somos capaces de abstraernos y, aunque queramos evitar el tema en todo lugar y momento, conocemos lo que nos espera al final de nuestra vida.
- Esa consciencia provoca que tengamos consciencia de las diversas partes que forman nuestra yo. El «yo físico» y el «yo espiritual». Mientras somos conscientes de lo que sucede con el «yo físico», la incógnita sobre lo que sucede con el «yo espiritual» abre un universo de dudas imposibles de responder. La religión intenta llenar ese vacío existente, a través de la recompensa de la vida eterna en paraísos y demás, si cumples con las normas establecidas por dicha creencia.
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Pedir cita¿Cómo se manifiesta el miedo a la muerte?
- Sensación de vacío en el pecho: nos abruma pensar en lo que le pasaría a la gente de alrededor el día que nos vayamos de este mundo.
- Omisión del tema, pues el problema solo es visible si se habla o piensa en él.
- Ensoñaciones negativas: las pesadillas que te desvelan en medio de la madrugada, es uno de los síntomas más comunes que indican un miedo a la muerte. Si nos detenemos a pensarlo, el sueño profundo y la muerte son dos casos similares: en los dos, no tenemos consciencia de lo que sucede.
- Angustia ante la pérdida de relaciones: con la muerte, sea la propia o la de una persona cercana, el vínculo existente se romperá y no habrá manera de remediarlo. Una ruptura con un amigo o una pareja, puede darse el caso de una reconciliación. La muerte significa la pérdida de conexión total y definitiva con todas las personas de tu alrededor.
Evolución del miedo a la muerte
Nosotros evolucionamos y cambiamos nuestras percepciones de diferentes aspectos de la medida, en función de nuestro crecimiento personal. Nuestra visión de la muerte toma diferentes vías según la etapa en la que estemos.
El primer contacto con la muerte suele ser en la etapa de la infancia, ya sea a través de historias, cuentos o pérdida de seres cercanos. Lo común, es que haya un parón y en la adolescencia afloren sensaciones que indican un miedo a la muerte. En esta etapa, la fobia puede desarrollarse por dos vías distintas:
- Existe un miedo atroz a morir dado que implicaría el corte total con las personas claves en esta etapa de nuestra vida, como son las amistades.
- Este temor suele disminuir si la adolescencia es una fase de continuos traumes y situaciones negativas, y ven en la muerte una salida a sus problemas. Un hecho que lo demuestra, es el índice de suicidios en la población juvenil, siendo la primera causa de muerte no natural en este segmento de población.
La vida adulta es un período en el que estamos absolutamente llenos de tareas y obligaciones. El estrés de la vida rutinaria impide pensar en un futuro, incluso en el largo plazo. La maternidad es el instante para la vuelta de las elucubraciones sobre la muerte, dado que ahora una persona depende de nosotras para el resto de sus días.
Las experiencias cercanas a la muerte, un aporte de vida
A pesar de obviar el tema, existen determinadas circunstancias ineludibles que te ponen los pies en el suelo y tienes que mirar la muerta frente a frente. Un accidente de tráfico, el diagnóstico de una enfermedad grave o la pérdida de una persona del núcleo familiar son de los hechos más fuertes emocionalmente.
El efecto de sufrir experiencias cercanas a la muerte puede servir de impulso para aferrarte a la vida y buscar situaciones con las que exprimir tus ganas de vivirla. Eres consciente de que la muerte es imprevisible y no quieres desaprovechar ni un solo segundo. Un caso es con la situación de pandemia que hemos vivido recientemente: la gente tiene más ganas que nunca de realizar diferentes planes.
¿Cómo supero el miedo?
Este pavor a desaparecer del mundo puede significar una alerta de que no estás disfrutando de la vida. Volver a conectar con tu yo y darle importancia a tus necesidades es fundamental. Haz todo lo posible para sentirte a gusto contigo misma, para que, dentro de 5, 10 o 20 años no te arrepientas por no haberlo intentado.
Debes mirar a la muerte como algo inevitable e irremediable. Piensa en que la muerte es un estado de inconsciencia al igual que antes de nacer. De poco sirve las preocupaciones que tengas en la cabeza sobre un futuro sin tu presencia, si tú vas a estar en un estado de inconsciencia en el que no sabrás cómo estarán transcurriendo las vidas de tus familiares y amigos.
El temor a la muerte, no solo nuestra si no también la de personas cercanas, puede suponer un trauma que acarree unas determinadas consecuencias. Es esencial saber gestionar el luto de una manera sana, emocionalmente hablando.
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