El miedo es una sensación necesaria en las personas. Desde que nacemos nos ha ayudado a estar en alerta, a medir el peligro, a protegernos y ponernos a salvo, por lo que es una emoción natural y útil. Hoy día, tiene la misma función que hace millones de años, solo que en ambientes diferentes. En muchas ocasiones, aparece ante advertencias o amenazas que no son ciertamente reales, a esto se le conoce como miedo irracional.
Miedo a la soledad… ¿irracional o algo normal?

Nuestra especie es un ser dócil y social, por lo que de forma natural tendemos a mantener relaciones con otras personas, pero esto se transforma en un problema cuando empieza a ser una dependencia y dejamos de saber estar solos, generándonos malestar y conductas para tratar de evitar esa soledad.
En algún momento de nuestra vida, todos hemos experimentado o experimentaremos el miedo. Es posible que sea un sentimiento difícil de afrontar, porque está basado en la sensación de abandono, pero no es imposible.
Las personas, por naturaleza, nacemos solas y morimos solas, con independencia de que con el tiempo estemos en contacto con los demás y se creen vínculos afectivos. No obstante, valernos por nosotros mismos y estar en paz y tranquilos es fundamental, aunque sea dentro de periodos de soledad.
Como experimentar esta situación es algo muy común, a continuación, se ofrecen las claves necesarias para saber que es la soledad, sus causas y recomendaciones para afrontarla. Con todas estas claves aprenderás a superar el miedo a la soledad.
Miedo a la soledad
Cuando hablamos de soledad, podemos estar refiriéndonos a distintos aspectos, como por ejemplo el miedo a no tener pareja, miedo a hacernos mayores, miedo a quedarnos sin amigos, miedo al rechazo e incluso miedo a pasar tiempo a solas con nosotros mismos. En este contexto, la soledad también es un miedo irracional, porque a pesar de que estar solos no ampare ningún peligro, hay personas que llegan a sentirse boqueadas e incapacitadas.
Cuando hablamos de miedo a la soledad, nos referimos a personas que pueden llegar a experimentar una fobia o pánico irracional y discordante por el simple hecho de pensar que van a estar solos, aunque sea por un periodo breve de tiempo. Esto puede provocar que sufran episodios o crisis de pánico, incluso con sintomatología fisiológica ante el miedo irracional.
Esto quiere decir que el miedo a la soledad es un malestar que se presenta con frecuencia en las personas cuando se paran a pensar en ideas futuras y llegan a la conclusión de que van a estar solas, que se les va a ignorar o no van a ser amadas.
Por esta razón, pierden la confianza en sí mismas y buscan cobijo en sus seres más cercanos para sentir esa seguridad de la que carecen. De esta manera, se puede señalar que esta problemática va asociada al estado de ánimo o ansiedad, que son dos aspectos diferentes.
Diferencias entre miedo a la soledad y fobia a la soledad
En la mayoría de las ocasiones, el miedo a la soledad no crea una alteración mental que se pueda traducir a un trastorno. Sin embargo, es de vital importancia saber cuál es la diferencia entre dos fenómenos que encajan a la perfección en el concepto “miedo a la soledad”, y que a pesar de ello son muy diferentes. Por un lado, nos encontramos con el temor a quedarse solo, el cual es de carácter difuso y se presenta de múltiples maneras, aunque sea en una misma persona. Y, por otro lado, se manifiesta la fobia a la soledad, que es un tipo de trastorno de ansiedad.

La fobia a la soledad provoca, en las personas que la padecen, crisis en las que su nivel de ansiedad se incrementa rápidamente, hasta tal punto que la víctima es incapaz de mantener el control sobre sus propios actos. Sus síntomas son los típicos y básicos que se experimentan en las fobias: temblores, sudoración, mareos o incluso náuseas, etc. Es decir, que se expresa sobre todo en situaciones específicas durante unos minutos de forma continuada.
Por el contrario, el miedo a la soledad de tipo difuso y no fóbico no experimenta la ansiedad. No obstante, hay algo que ambos tipos de problemas psicológicos comparten, y es la sensación de pasarlo mal. A ello, hay que sumarle características comunes como son: pensamientos catastróficos, baja autoestima, sensación de vacío y tristeza, idealizan al resto de personas, poseen dependencia emocional e incluso llegan a mantener personas cerca con tal de no sentirse solos, con independencia de que les hagan bien o mal.
Posibles causas que desencadenan este miedo
Antes de aprender aspectos para el miedo a la soledad es de vital importancia y aconsejable localizar las causas originarias del problema. Una de las cuestiones claves para entender este tema sería: ¿por qué algunas personas tienen tanto miedo a la soledad?
Según especialistas e investigadores, la sensación de soledad procede de la primera infancia y mantiene cierto vínculo con nuestro desarrollo emocional. Por ejemplo, cuando somos pequeños y tenemos alguna necesidad que no se ha atendido de forma adecuada por parte de nuestros padres, o cuando ellos mismos nos han amenazado con que nos vamos a quedar solos si no nos portamos bien, entre otras cosas. Este tipo de comportamientos provoca en la persona una sensación de abandono, por lo que se refuerza el temor a la soledad y, con el paso de los años, hace que no estemos preparados para hacerle frente.
Otro aspecto que se puede sumar a los anteriores es que nos inculquen que la soledad es algo negativo, cuando en realidad estar a solas con uno mismo no es malo, sino que ayuda a reforzarse como persona, ya que no dependemos de nadie.
De hecho, lo ideal es saber estar solos con nosotros mismos y no con los demás por miedo a la soledad, ya que será la única manera de aprender a querernos, valorarnos y mimarnos.
“La soledad, cuando es aceptada, se convierte en un regalo que nos lleva a encontrar nuestro propósito en la vida”
Paulo Coelho
Por ejemplo, la sociedad está enseñada a que una persona que tiene muchos amigos se sentirá menos sola que uno que tiene pocos, y eso es relativo porque aquí entran en juego valores de calidad y no de cantidad, ya que hay muchas personas que se sienten infelices a pesar de tener muchos amigos. Por lo tanto, para superar todo esto, es fundamental la confianza en uno mismo.
El hecho de tener miedo a la soledad se debe a múltiples causas. Por un lado, la falta de confianza en uno mismo y una baja autoestima. Y, por otro lado, debido a cuestiones educativas o sociales que nos imponen desde que empezamos a crecer.
Para evitar todo esto, es imprescindible reencontrarse con uno mismo y a quererse, ya que todos tenemos la capacidad suficiente para afrontar el miedo a estar solo. Aunque al principio es un proceso que puede parecer doloroso y complejo, a largo plazo, la soledad será necesaria para encontrar el equilibrio entre la independencia emocional y el bienestar. De esta manera, si aprendemos a estar solos, la dependencia emocional y la soledad dejarán de causar daño en nosotros mismos porque nos estaremos concienciando de lo que ocurre.
En definitiva, la soledad no es algo malo, ya que nos permite establecer vínculos con nuestro yo interno y ayuda a mejorar la autoestima. Esto no quiere decir que dejemos de estar con la gente, sino que hay que saber establecer ese umbral entre la soledad y la compañía.

Prueba una sesión gratis
Mejora tu autoestima y alcanza los logros que te propongas con la ayuda de un psicólogo online.
Pedir cita