Uno de los principales problemas que encontramos en la conducción es la dificultad a la hora de mantener una atención sostenida.
El mindfulness o atención plena es una capacidad básica del ser humano, eficaz en todos los ámbitos de la vida diaria y útil ante el volante hasta el punto de permitirnos salvar muchas situaciones que pueden acabar de forma trágica.
El lenguaje hace que nuestra mente se vaya con pensamientos que nos alejan del momento presente y, con ellos, nuestra atención.
Esto es lógico, no podemos hacer nada para dejar la mente en blanco, lo único que podemos hacer es volver a prestar atención al momento presente en cuanto tome conciencia de que mi mente no está aquí y ahora, para de este modo poder retomar el pleno control de la conducción.
Antes de leer este artículo ya has practicado mindfulness sin necesidad de saberlo. Se trata de focalizar la atención en lo que estás haciendo, y cuanto más sentidos emplees, más centrado estás.
Recuerda cuando empezaste a conducir o cuando lo haces por un lugar desconocido ¿no estás más atento? Se debe a que empleas de nuevo la mente de principiante. Esa actitud atencional que, si no entrenamos, vamos dejando al margen adquiriendo una confianza que al volante puede ser mortal.
Te propongo prestar atención a tu mente la próxima vez que conduzcas, notar cómo cualquier estímulo, la radio, una canción, una conversación… puede desencadenar una serie de pensamientos en los que te sumerges durante un rato. Cuando seas consciente de que estás desconcentrado, vuelve a centrarte y comienza por mirar la velocidad a la que vas, posiblemente sea mayor de la que esperas… Este es otro efecto más de no hacer mindfulness mientras conduces.
Ten en cuenta que, para mantener la velocidad, debes prestar atención al pie sobre el acelerador y, en el momento en el que llevas tu mente lejos de eso, el cuerpo se relaja y lo lógico es que el pie descienda al no focalizar ninguna atención en la tensión muscular que necesitas para mantenerlo en la misma posición.
Son muchos los riesgos que ya conoces al volante y que debes respetar. En cuanto a la atención, nadie puede multarte pero supone uno de los factores que se une a casi todos los siniestros. Queda en nuestra conciencia ser responsables de nuestros actos.
Solo controlamos qué hacer antes de que tenga lugar un accidente. Una vez producido, las consecuencias siempre son impredecibles.
Os dejo uno de los vídeos que más me han impactado respecto a la conducción sin atención. Ten en cuenta que se trata de un vídeo para concienciar del consumo de alcohol incluso en ingestas pequeñas, ya que afecta a la capacidad de reacción desde el primer momento. Unido a una falta de atención, los resultados son trágicos.
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