Se acerca la Navidad y, como en los últimos años, se suceden en la consulta psicológica las personas que aseguran que su parte favorita de estas fiestas es cuando ya se han acabado. Aumentan las parejas que rompen al llegar la Navidad (antes lo hacían tras las vacaciones navideñas), aumenta la desestructuración familiar y aumenta la soledad, precisamente, en la época de más “likes”, «followers” y en que más hiperconectados estamos.
Navidad, redes sociales, familia y soledad 🎄


Haciendo zapping me tropecé con el último anuncio de Ikea que no puede dejar indiferente. La campaña #desconectaparaconectar, es una invitación para reflexionar sobre la importancia de relacionarse con otros sin necesidad de los móviles. Dicho anuncio, creado por McCann, alienta a realizar un uso responsable y racional de las redes sociales en Navidad, aprovechando los buenos momentos con la familia.
La conclusión es sencilla: el tiempo pasa y desperdiciamos ocasiones maravillosas porque estamos demasiado empeñados en vivir tras una pantalla.
¿Feliz Navidad para todos?
No, esta no será una Navidad feliz para todos. Especialmente para determinados perfiles psicológicos de personas.
- ¿Fobia a la Navidad? No, en realidad, se trata de personas con problemas de fobia social y que tienen dificultades para integrarse en un grupo social, aunque sea familiar. Es por ello que evitan comidas y cenas. Sin embargo, también podemos incluir a aquellos que padecen agorafobia. Es decir, miedo a los espacios abiertos, a las multitudes y que prefieren evitar los eventos familiares. En caso de que, por las circunstancias, uno u otro se ven forzados a asistir ya sea a comidas, cenas o consumismo navideño, suelen presentar sintomatología fisiológica como sudoración de manos, taquicardia, mareos,…
- Duelo. Cuando se ha perdido a un ser querido, sobre todo si ha sido recientemente, se sufre mucho porque se pone una mesa y existe una silla vacía, un lugar no ocupado y que, en cambio, está más presente que nunca. En muchos casos hay un duelo anticipado: personas con enfermedades terminales que aún pasan esa Navidad en casa y, muchas veces, con el pacto de silencio de la familia para que no sepa una verdad que ya conoce en su interior. En este caso la familia, que intenta hacer muy feliz a la persona, sufre una mezcla tremenda de emociones en la que predomina la ansiedad mezclada con la rabia y la tristeza.

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Pide cita- Problemas familiares. Y hablando de comidas y cenas navideñas, ¿cuantas veces se junta la familia a lo largo del año? Pocas, ¿verdad? Entonces, entra dentro de los límites de la normalidad que se produzcan encontronazos o conflictos, sobre todo, por cuestiones políticas, religiosas, económicas o de relaciones interpersonales. De hecho, al empezar Enero, sufren un repunte las terapias familiares.
- Rupturas de pareja en Navidad. En contra de la imagen proporcionada por las bucólicas películas navideñas, los problemas e incluso rupturas de pareja también alcanzan un segundo pico en esta época. Suele haber un aumento de las terapias de pareja tras las vacacione. Si te has separado recientemente, en estos días has de tener en cuenta que debes pasar por un proceso de duelo que es único y personal. Deberás tener paciencia y comprensión y no estar preocupado por la expresión de tus emociones; has perdido a una persona importante para ti, es de esperar que no estés muy alegre ni feliz pero se deben hacer esfuerzos por las personas que te rodean, tu familia y quienes te ayudan a afrontar esta situación.
- Personas con TCA. Los que más temen la Navidad son los pacientes con anorexia. Estas son épocas de grandes comilonas que se alargan en el tiempo, de modo que se pasa de comida a cena casi sin solución de continuidad. Sin embargo, las pacientes con anorexia temen comer por su miedo a engordar, además de un montón de familiares insistiendo en “come, come”. Debemos entender que, para las personas con anorexia, aunque sea Navidad siguen teniendo su trastorno y las pautas de actuación deben seguir siendo las mismas. Sin embargo, no son las únicas personas con transtornos alimentarios que sufren durante este período; sólo debemos pensar en las personas con bulimia o trastorno por atracón en que la exposición a los banquetes navideños les hace más susceptibles de mantener una conducta de atracón con sus consecuencias posteriores.
- Personas con adicciones .Obviamente, en esta época corre la droga socialmente aceptada llamada alcohol y, de hecho, quien no toma alcohol se le etiqueta de “aburrido”, “soso” o se le hace la eterna pregunta “ah ¿pero tú no bebes? ¿por qué?

¿Es la única adicción? No. En ocasiones, hay quien se dejan llevar por otras sustancias de abuso que mezclan con alcohol aprovechando las reuniones con amigos. Pero, también, hay quien abuso de sus adicciones farmacológicas, debido al “blues de la Navidad” o la depresión navideña que no es más que un trastorno afectivo estacional y que ya ha hecho aumentar de forma exponencial los intentos autolíticos y tanatolíticos. En el otro lado figuran las adicciones comportamentales. ¿Cuántos niños y adolescentes van a quedar enganchados a sus nuevas consolas, smartphones u ordenadores traídos por Papá Noel o los Reyes Magos? ¿Hasta qué punto somos corresponsables de que esa comunicación con nuestros hijos, de la que tanto nos quejamos, se pierda? ¿Somos conscientes de que niños de Primaria, a todos luces excesivamente pequeños, tienen ya móviles? ¿Hasta que punto es justo que nos quejemos de la baja tolerancia a la frustración de los niños o de que se vuelvan agresivos o desafiantes?
- Personas solas. Nos podemos encontrar solos por diversas circunstancias, como por estar trabajando lejos, por haber perdido algún familiar o por habernos distanciado de los amigos. Sin embargo, lo verdaderamente importante no es aquello que nos ocurre sino la manera como afrontamos aquello que nos ocurre porque así sentiremos y nos comportaremos.
De hecho, volviendo al inicio, incluso hay muchas personas que están ampliamente rodeadas de familia y amigos y, a pesar de ello, no se sienten felices sino que se sienten solas e incomprendidas. Esto, los puede llevar a no disfrutar de la Navidad.
En cualquier caso, incluso si has elegido esta soledad, eliges cómo reaccionas a la misma. Por ejemplo, contactando con amigos del pasado o conociendo a nuevas personas que pueden estar igual que tú. Incluso puedes elegir hacer un viaje para pasar una Navidad de una manera diferente. ¿Qué tipo de comunicación hay en una familia? Como sabemos, la comunicación puede ser:
- Asertiva. Se basa en una actitud personal positiva a la hora de relacionarse con los demás. Es la expresión de opiniones y valoraciones sin reproches, descalificaciones o conflictos. Por tanto, es la vía adecuada para interactuar con los otros.
- Pasiva. Son aquellas personas incapaces de expresar sus puntos de vista por temor al conflicto con los otros. Por ello, es una manera de desadaptativa de comunicarse porque el emisor no sabe identificar sus propias necesidades.
- Agresiva. Es aquella en que el emisor cree que sus deseos están por encima de los de los otros. Por tanto, se defiende de un modo coercitivo o punitivo, ya que sólo tiene en cuenta sus propios derechos y no los de los demás. Es una comunicación perjudicial.
- Agresivo-pasiva. Es una combinación de las otras dos anteriores. El emisor expresa indirectamente hostilidad en formas socialmente aceptables y con una motivación aparentemente amistosa.

La cuestión es: ¿cómo nos comunicamos con nuestra familia extensa? ¿cuántas veces nos vemos al año; dos, tres, una, ninguna…? ¿tenemos tanto en común cómo teníamos en épocas anteriores?
Y, en el caso de familias nucleares, que nos solemos ver con mucha más frecuencia ¿cuántas veces se verá interrumpida la comunicación por móviles que suenen, tv que se encienden o se apagan, ordenadores nuevos que se configuran y consolas funcionando? ¿Dónde queda la comunicación? La Navidad no es más que una parte más del Año, en la cual podemos tener – o no tener – la suerte de hacer reuniones con familia y/o amigos, en las que sustituir malos recuerdos, construyendo recuerdos positivos, cuando aún se está a tiempo de agradecer el hecho de estar juntos.
Pautas para pasar unas Navidades mejor comunicadas
- Utilizar las redes sociales sólo para comunicarse con familiares o amigos que estén lejos. Para el resto, mejor ayunemos de redes sociales hasta pasadas las Navidades.
- Las Navidades son una época muy dura para los abuelos que se encuentran en residencias u hospitales. Es mejor que pasen este tiempo en casa, si es su deseo.
- Si tienes tiempo, haz actividades de voluntariado, mejorará tu estado de ánimo.
- Si quieres pasar las Navidades solo, es tu opción y es tu decisión.
- Si estás pasando un momento difícil, consigue que esta Navidad sea especial. Por mucho que quieras mirar hacia el otro lado, no es un día diferente. De cualquier forma, permítete los momentos de bajón.
- Evitar conductas perjudiciales.
- Buscar apoyo en la familia y los amigos, y contarles lo que te preocupa, desde la comunicación asertiva
El anuncio que contaba al inicio. Deja los smartphones en una caja antes de cada comida o cena. Y tú ¿te jugarías la cena navideña con la familia? ¡Feliz Navidad!

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