Niksen: la habilidad perfecta para huir de la productividad

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¿Te imaginas no hacer nada? Sí, estás leyendo bien. Imagina que existe un mundo donde no tienes que hacer nada, donde no tienes que ser productivo a todas horas… Un mundo donde solo dedicases tu tiempo a hacer todo aquello que de verdad sientes que quieres hacer. Asomarse a la ventana, tomar el sol, caminar, estar con la familia y amigos… Aunque no lo creas, ese arte existe y recibe el nombre de Niksen.

El arte del Niksen consiste en el poder de pausarse cuando se tiene la sensación de que nuestra rutina es agotadora. Además, permite integrar en nuestro día a día un chute de inactividad para que el cuerpo se sienta mejor.

Esta técnica se está haciendo tan viral que se ha convertido en una tendencia, sobre todo porque permite afrontar los problemas que estamos viviendo de una manera más tranquila. Asimismo, este procedimiento permite llegar a un estado de calma que ni el mindfulness es capaz de lograr.

Hoy día, existen multitud de alternativas que permiten establecer vínculos con el aquí y el ahora. En este contexto, el Niksen parece ser el mejor estilo de vida para ayudar a pausarse, porque, aunque no lo creas, todos tenemos ese derecho.

Esta táctica holandesa está llegando a todos los rincones del mundo, ya que permite obtener múltiples beneficios, pero, sobre todo, porque es la fórmula perfecta para no tener que optimizar cada segundo del día a día, mirar el interior de uno mismo, respirar y relajarse.

¿Aun te preguntas el resultado de esta técnica? Vivir sin prisas, lentamente. En definitiva, vivir bien y a la holandesa. En ocasiones, es fundamental experimentar el aburrimiento para saber cuando frenar el ritmo de vida atareado y ocupado al que se exponen muchas personas de la sociedad. En esta línea, la filosofía de vida de ser siempre eficiente ha tenido efecto. No obstante, es algo que todavía se puede revertir. Sino que se lo pregunten a todos esos holandeses que han originado la práctica de no hacer nada. Eso sí, repleta de resultados positivos, ya que es simple y, a su vez, bueno.

Niksen: el arte holandés de ser feliz y productivo sin hacer nada

Esta nueva tendencia del norte de Europa que se ha extendido por todos los rincones del mundo ha surgido para combatir la vida ajetreada y estresante a la que se exponen la mayoría de las personas de esta sociedad.

El Van Dale (Diccionario oficial del idioma neerlandés) define el concepto Niksen literalmente como “no hacer nada” o, según Carolien Hamming, directora general de CSR Centrum, un centro de entrenamiento ubicado en los Países Bajos para ayudar a las personas a   conducir el estrés y librarse del agotamiento, como “no hacer nada, estar inactivo o hacer algo sin ningún uso”.

No obstante, aunque parezca una simple holgazanería o, incluso, un comportamiento antisocial, quienes lo practican confirman que el Niksen es imprescindible para mantener una buena salud, siempre y cuando la actividad que se desarrolle no tenga una finalidad, es decir se tiene que hacer, pero no para alcanzar algo o ser productivo, sino dejar que la mente fluya sin centrarse en la acción que se lleva a cabo.

En este contexto, Niksen implica presionar el botón “pause”, para huir de la rutina y permitir, por un momento, estar ociosos, sin sentir culpa a la hora de pensar en todas las cosas que deberíamos hacer, pero no hemos hecho.

Parece sencillo, pero… ¿en realidad lo es? Lo cierto es que vivimos en una sociedad en la que ser productivo o no parar de hacer es una obligación instaurada. Y lo cierto es que, a veces, para de hacer o no hacer nada es fundamental. No requiere de competencias o conocimientos específicos para su desarrollo, y, aun así, ¿cuántas veces te permites el lujo de no hacer nada?

El Niksen se convierte así en el remedio perfecto para redimir las presiones externas, es decir, es la manera más adecuada para resistir ante la cultura de ser siempre activo. En este sentido, se puede decir que dejar a un lado lo que es realmente importante para centrarse en aquello que parece no ser tan relevante, es posible.

Es complejo definir de manera correcta lo que significa no hacer nada, ya que en todo momento estamos haciendo cosas. En esta línea, se puede decir que este método es como el motor de un coche que está siempre en movimiento, pero no se dirige hacia una dirección concreta. Importa el estar, aunque no haya ningún plan en mente.  Es decir, consiste en dedicar nuestro tiempo, de manera consciente, a actividades tan simples como tomar el sol o asomarse a la ventana por un rato.

La gente desinformada señalará que estas prácticas son propias de la gente vaga, ya que no son de provecho.  No obstante, la sociedad moderna sabe que el concepto ha evolucionado, y que este estereotipo de connotación negativa, con el tiempo, ha adquirido relevancia y positividad.

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¿Cómo, cuándo y dónde se practica el Niksen?

Niksen es la herramienta perfecta, y al alcance de todos, para encontrar tranquilidad. Incluso pueden practicarlo todas aquellas personas que señalan que no tienen tiempo, ya que con 10 minutos es suficiente.

El truco de aprovecharse de esta técnica es servirse de las pequeñas pausas del día a día, es decir, tomar tiempos breves, pero frecuentes. No hay excusas, ya que es posible integrarlo en las rutinas diarias a través de la elaboración de horarios fijos. 

«Empezar con un descanso de 5 minutos e ir aumentándolo poco a poco hasta alcanzar la media hora, la hora completa o incluso una tarde entera. Dedica ese tiempo a ti mismo, solo a ti mismo, teniendo presente que, a veces, es bueno no hacer nada”

A continuación, se ofrecen algunas recomendaciones para principiantes de esta técnica:

  1. Apuesta por una sencilla secuencia de yoga
  2. Cocina una receta que sepas de memoria
  3. Dibuja o escribe en un diario
  4. Prueba a hacer punto
  5. Sal a pasear sin rumbo
  6. Mira por la ventana
  7. Toma el sol
  8. Ve de acampada
  9. Observa el cielo
  10. Practica esnórquel

Aunque parezcan actividades de lo más sencillas, a veces, no se consiguen, solo hay que ser consciente de que estas prácticas requieren atención, pero no habilidades cognitivas. Recuerda que no hay un propósito final, sino hacer algo por hacer, ya que puedes hacerlo desde la oficina o desde casa, entre otros lugares. El único requisito que debe cumplir la localización es que sea un lugar tranquilo, donde se respire calma y tranquilidad en el ambiente.

Ten en cuenta que para que este método tenga resultados debes centrar toda tu atención en ti mismo y desempeñar funciones que no impliquen un esfuerzo mental excesivo. En definitiva, para saber que lo estás haciendo bien debes tener la sensación de que estás haciendo el vago, aunque parezca sencillo, no lo es, ya que, para la mayoría de las personas, no hacer nada no es una tarea simple.

En definitiva, tienes que incorporar en tu rutina el ritual más acorde a tus necesidades. Asimismo, debes aprender a establecer tus prioridades sin sentir culpa por decir “no quiero hacer esto” en un momento determinado. Al final, aunque no lo creas, esta táctica te hará sentir más efectivo y eficiente.

Ventajas a la hora de practicar Niksen

Por lo general, nuestra cultura no impulsa el no hacer nada o el estar sentados sin movernos, lo que implica que puede acarrear problemas de amplio alcance para la salud mental, el bienestar, la productividad y otros aspectos de nuestra rutina diaria. Asimismo, el avance de la tecnología no facilita las cosas: el teléfono que llevas contigo en todo momento y a cualquier parte conlleva a que sea casi imposible desconectarte de manera total y embarcarte en la inactividad. También, el hecho de estar ocupados en todo momento provoca que la capacidad de sentarnos y quedarnos quietos se pierda, ya que nuestro cerebro vuelve a establecer sus conexiones.

Cabe la posibilidad de que el Niksen no sirva a una finalidad en concreto, pero los resultados del arte de no hacer nada pueden contribuir a mejorar la productividad, la creatividad, la salud y la felicidad de quienes lo practiquen. De hecho, los beneficios de la inactividad pueden ser múltiple. Por ello, a continuación, se exponen algunas de las ventajas que se obtendrán a la hora de practicar el método Niksen:

  • Demostrar que el estar demasiado ocupado y que el no hacer nada es una locura son solo mitos.
  • Fomentar la productividad, la creatividad y el estado de ánimo, ya que, al desarrollar la concentración, las tareas que se llevan a cabo son más efectivas.
  • Mejorar el estado de salud, ya que las pausas breves permiten que no nos quedemos sin energía. De esta manera, el riesgo de agotamiento y otros problemas se reducen.
  • Obtener mayor capacidad de energía, ya que, al tomar pequeños descansos, el cuerpo y la mente se recargan.
  • Constituir una familia feliz y mejorar las relaciones sociales, ya que al tener más energía puedes dedicar más tiempo y atención a las personas que te rodean.
  • Establecer equidad entre el ámbito laboral y el personal. Al poseer un cerebro más sano permite que pasemos más tiempo a solas y con nuestros pensamientos. De esta manera, se pueden estudiar mejor, y con más claridad, las dudas y los problemas que nos rodean para establecer la solución adecuada.
  • Reorganizar las prioridades. Al no emplear tiempo y energía en actividades que no tienen valor, la comprensión permite que te des cuenta de lo que es más importante para ti, es decir, generas autoconciencia para establecer límites.
  • Reducir el estrés, ya que, al servirse de pequeñas pausas, nuestro cuerpo entra en un estado de relajación, lo que permite ir más despacio y tomarse las cosas con calma. De esta manera, mejorará la calidad y los horarios de sueño.

Desventajas a la hora de practicar Niksen

Según el psicólogo Paul Ekman, el hecho de dejar que nuestra mente merodee durante mucho tiempo podría ser una desventaja, ya que el individuo puede quedar retenido en reflexiones, lo que puede provocar efectos fisiológicos.

Por otro lado, en la investigación de 2013 “Pros y contras de una mente errante”, los especialistas percibieron que los integrantes del estudio experimentaban un incremento de su frecuencia cardiaca a lo largo de las 24 horas posteriores a la práctica de dejar divagar la mente. Asimismo, podían desencadenar problemas a la hora de conciliar el sueño. No obstante, observaron que, a largo plazo, estos efectos no predecían al estado emocional de quienes lo practican. De esta manera, soñar despierto se relaciona con un estado de vida satisfactorio.

En definitiva, practicar Niksen de manera constante no es práctico, ya que no podemos no hacer nada durante mucho tiempo, sino que hay que sacar pequeños periodos de tiempo para estar inactivos.

«Aunque el descanso es funcional y puede hacer que uno se sienta mejor después de la actividad, no es una forma principal de felicidad en el sentido de satisfacción con la vida»

Veenhoven

Recomendaciones para pausar la rutina y sentir el presente

Pausar el ciclo de la ocupación puede suponer un reto para quienes practican de manera constante esta cultura. No obstante, tomar pequeños descansos para relajarse es fundamental. Por esta razón, a continuación, se ofrecen alternativas para tomar pequeñas pausas y simplemente estar.

  • Reservar tiempo para no hacer nada y hacerlo sin ningún objetivo. Centrarse en las tareas que son prioridad para uno mismo y dejar en un segundo plano las demás. El único fin es estar sin pensar.
  • Evitar la filosofía de vida de la ocupación. No des explicaciones cuando la gente te pregunte a ver por qué no haces nada. Recuerda que no hacer nada es solo eso, estar.
  • Dominar las expectativas. Alcanzar los resultados de esta técnica lleva su tiempo. Puede ser que al principio te sientas incómodo, pero a la larga empezarás a notar los beneficios.
  • Modificar el entorno. El entorno en el que te encuentras es importante. Por esta razón, cuando practiques el Niksen no te rodees de gente que está ocupada. No tengas a tu disposición aparatos electrónicos.
  • Reflexionar de manera creativa. Si no puedes estar quieto en tu casa busca lugares creativos. También, debes rodearte de gente aburrida para practicar esta actividad. Recuerda que para ello debes experimentar.

El artístico Manifiesto Niksen: conclusiones

Practica Niksen aplicando estos pasos:

  1. Haz del no hacer nada una prioridad. De esta manera te convertirás en una persona más creativa, productiva, feliz y sana.
  2. Permítete el lujo de no hacer nada, aunque sientas que no eres una persona productiva o social.
  3. Rechaza a toda aquella persona que señale que eres un individuo vago o perezoso por aplicar esta técnica en tu vida.
  4. Establece pequeños periodos de tiempo en el día a día para no hacer nada. Instaura límites saludables que ofrezcan ventanas de tiempo y oportunidades tanto en la agenda como en la mente. Recuerda gestionar de manera adecuada las horas.
  5. Establece en tu vida el no hacer nada como un hábito. Recuerda integrarlo tanto en el ámbito laboral como en el personal.
  6. Integra el no hacer nada como un hábito para toda la vida. Centra tu atención en realizar actividades relajantes sin ningún objetivo. Es decir que la mente divague.

Y tú, ¿te animas a pausarte?

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