Cada año, en estas fechas, suelo escribir un artículo. Hasta hoy, todos giraban alrededor de temas similares: “No me gusta la Navidad” y los motivos por los que esto pasaba. Y os contaba alguna anécdota de la consulta donde, delante de mi ilusión navideña, la mayoría de pacientes decían “me gustaría irme a dormir y que hubiera pasado”, “me gustaría ir a un lugar en dónde no celebraran nada”,” si pudiera, borraría estas fechas del calendario”… Hasta este año.
No estamos para fiestas

Nos merecíamos unas Navidades con abrazos, con encuentros con familiares que hace tiempo que no vemos, con ilusión… Porque la mayoría habéis redescubierto el significado de la Navidad. Pero no será así.
aunque hace días que se asoman muchos ojos tristes a estas mascarillas que nos impiden vernos medio rostro, por responsabilidad debemos seguir pensando que habrá otras Navidades, que pronto recuperaremos todo el tiempo y todos los abrazos perdidos pero aún es demasiado pronto.
Sin embargo, ello no significa que no se puedan celebrar estas Navidades. Aunque diferentes, extrañas y algo tristes, nos muestran que hemos tenido la fortuna de sobrevivir, al menos de momento, para recordar a quienes se fueron y para celebrar, de forma responsable, la vida de los que están junto a nosotros.
¿Cómo gestionamos las emociones en Navidad?

- Duelo. Si en cualquier otra Navidad, las “sillas vacías” ya suponen un reto complicado a nivel psicológico, en esta empeora por la forma inesperada, repentina y, muchas veces, sin despedida. Por ello, lo mejor es mantener una comunicación lo más positiva posible, sabiendo que el duelo se tiene que atravesar y que cada uno de nosotros hace su propio proceso individual que no tiene porque parecerse al de los otros, por mucho que seamos familia. Es importante que os deis espacio, que no entréis en conflicto, y que busquéis la forma de recuerdo que os hace sentir más cómodos a todos.
Cada uno de nosotros hace su propio proceso individual que no tiene porque parecerse al de los otros
Mª Dolors Mas, psicóloga
- Esperanza e ilusión porque la vamos a necesitar para mirar hacia el futuro. Siempre podéis ver videos o fotos de Navidades pasadas. Si ello os va a hacer caer en el desánimo o la tristeza, cambiad de actividad. El hecho de revivir Navidades pasadas nos puede producir rabia, confusión, frustración y aumentar la tristeza.
- Sonreír nos hace tener una conducta más positiva y, además, influye en la manera en la que nos sentimos al liberar una serie de hormonas que nos producen placer.
- Resiliencia, es decir, capacidad de adaptación ante las circunstancias duras y difíciles que estamos viviendo pero sabiendo que es un período temporal, que esto también pasará y saldremos de esta mucho más fuertes y unidos que nunca.
¿Qué hacemos con los niños en estas Navidades tan especiales?
Hay que reconocer que los niños se han portado de forma excepcional desde el inicio de la pandemia. Por tanto, son totalmente conscientes de lo que está ocurriendo pero, a pesar de ello, los niños no tienen por qué pensar que la pandemia les va a quitar su Navidad y sería importante que les fueras explicando:
- Distancia social: cuáles son las normas de higiene y de seguridad, si van a ver o no a los abuelos y los motivos al igual que con otros familiares, sobre todo, si son personas de riesgo.
- Anticipa: prepara a los niños para que sepan cómo van a transcurrir estos días y no estén tan nerviosos.
- No te inquietes: una buena parte de cómo vivan los niños esta Navidad dependerá de cómo lo gestionen los padres. No les traslades tu inquietud ni tu nerviosismo por la situación puesto que necesitan seguridad y confianza.
- Sin emociones negativas: estaréis juntos, y puede ser que tengáis miedo o estéis tristes o enfadados pero, al trasladarlo a los niños, tendríais que intentar convertirlo en alegría y felicidad. Es importante la construcción de recuerdo positivo a través de las experiencias positivas para los futuros adultos que serán.
- No regales en exceso: recuerda la regla de los cuatro regalos y evita hiperregalar.
- Establece pautas con la familia: debe prevalecer siempre la calidad sobre la cantidad de juguetes que vamos a regalar a nuestros hijos.
- Tiempo y experiencias: piensa en actividades, momentos y experiencias que pueden ir desde cocina creativa a materiales naturales pasando por juegos educativos para toda la familia.
¿Nos vemos por videollamada?

Los psicólogos que, durante el confinamiento, estuvimos trabajando en la atención psicológica online sabemos la importancia de gestionar las emociones y de las videollamadas como vehículo para poder hacerlo.
Por ello, esta Navidad diferente y dado que no nos podremos ver, sí que podrías utilizar las tecnologías de la comunicación para estar cerca, aun estando lejos.
Establece algunas pautas para no compensar la falta de socialización con un exceso de pantallas:
- Prioriza: antes de nada, realizad las actividades básicas de la vida diaria, siguiendo los horarios de alimentación, sueño y ejercicio.
- Genera acuerdos: evita los enfrentamientos, usa la comunicación positiva para lograr que todos estéis bien haciendo un uso correcto de los dispositivos.
- Pactos familiares: de manera que si se hace una actividad deportiva, entonces, se puede jugar un tiempo parecido a un juego online.
- Hábitos y rutinas: establece las pautas adecuadas, aprovecha el sol – fuente de vitaminas – realiza planes al aire libre y, en caso necesario, guarda un tiempo para el estudio, el trabajo o la lectura.
Cuídate y protege a ti (y a todos) de posibles contagios
Cuídate, porque es la única forma que podamos recuperar los abrazos perdidos. Cuídate para que cuides de los que te rodean.
Cuídate porque vendrán otras Navidades.
Y disfruta de lo que la Navidad tiene de bueno:
- No te obsesiones por la dieta – si no tienes problemas de salud – y disfruta de las comidas navideñas aunque seáis “los mismos de siempre”.
- Disfruta de los buenos regalos que te hagan y, si no te han hecho ninguno, regálate a ti mismo algo que te guste.
- Si observas irritabilidad a tu alrededor, usa técnicas de relajación.
- Descansa tu mente con películas, series, música y libros en los que te puedas sumergir.
- No te dejes llevar en exceso por la nostalgia del fantasma de Navidades pasadas y celebra la vida.
- Si los que te rodean tienen un tono anímico bajo y una actitud poco positiva, no te dejes llevar por su estado de ánimo.
Y, ante todo, no olvides que este es un período temporal, que también pasará – como todo lo malo y todo lo bueno – y lo hará en un futuro próximo, si todo va bien.
Celebra la Navidad y la vida aunque esta vez toque hacerlo de forma diferente, con responsabilidad, teniendo en cuenta las normas de higiene y de seguridad, sin pensar tanto con quien no vamos a estar este año sino, sobre todo, que las Navidades del 2021, cuando hagamos recuento, no nos falte nadie y para que esas Navidades sean las mejores de nuestras vidas.
Mientras, ¡Feliz Navidad!
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