Hace unos días organicé una terapia de grupo con mujeres que acuden al psicólogo y que coinciden en un denominador común: definirse con un “no me gusto”.
Las participantes no se conocían antes de empezar la terapia de grupo y éste fue el orden en el que fueron llegando: Carmen, de 18 años, que considera al espejo su peor enemigo. Sandra, de 32 años, que aunque no sigue estrictamente los cánones publicitarios de belleza, tiene un “brillo” especial. Júlia, de 45 años, está obesa y usa ropa ancha para vestir, con lo que aún se ve peor. Sara, está en crisis: acaba de cumplir 40 años y, al mismo tiempo, se ha roto su matrimonio. Vive inundada por pensamientos recurrentes negativos: “Nadie me querrá porque soy fea y gorda y me quedaré sola para siempre”. Su afrontamiento son los atracones y, después, el malestar y la culpabilidad.
No gustarte ¿es un trastorno?
La insatisfacción corporal es un síntoma común en una sociedad que ensalza la belleza, la juventud y la salud como iconos de éxito social. Por ello, hay multitud de personas que desarrollan una excesiva preocupación por su apariencia física que les puede llevar al “no me gusto” que desemboca en estrés y en el trastorno dismórfico corporal, según indica el Cuestionario Internacional de Referencia en trastornos de la imagen corporal (“Body Dysmorphic Disorder Questionnaire” o BDDQ)

Algunas de las preocupaciones más comunes son los muslos, las piernas, el abdomen, el pecho, la piel, el culo, características faciales, el peso y marcas o cicatrices.
Podemos distinguir diversos tipos de características que sufren las personas que padecen de este “mal”:
- Cognitivo-afectivas. Los pacientes padecen mucha ansiedad que interfiere enormemente en su vida, siendo más intensa en situaciones sociales porque es donde la persona tiene una mayor conciencia de su apariencia física. El sujeto cree estar siendo mirado por todos los demás ya que sus “defectos físicos” son tan evidentes que “llaman la atención” lo cual les hace sentir avergonzados, con mucho miedo al ridículo.
Esta exageración de la posible imperfección lleva a la intensificación de una serie de creencias desadaptativas que son las mantenedoras del problema y que provienen de pensamientos negativos sobre su propia apariencia.
Nuestras creencias son parte básica de nuestra vida. Nuestros pensamientos son órdenes que serán obedecidas y las veremos reflejadas como experiencias. Así, si tienes pensamientos de miedo, fracaso o falta de amor, los convertirás en tu realidad inmediatamente. En este caso, los pensamientos negativos de los cuales hablamos son: «Nadie me quiere”, “Todos me quieren hacer daño”, “Soy fea”.
- Conductuales. Este tipo de pacientes suele usar ropa ancha para que disimule. Es bastante normal que repitan conductas de comprobación como rituales para arreglarse, comparaciones continuas con los otros o lancen cuestiones constantes al entorno.
“Nada ni nadie te debe hacer perder la ilusión de la vida, la felicidad esta en ti, no la busques fuera, pues la tienes más cerca de lo que puedas imaginarte”
Se ha observado comorbilidad entre el trastorno dismórfico corporal y el trastorno obsesivo-compulsivo ya que los pacientes suelen realizar rituales compulsivos recurrentes destinados a la mejora de su estética corporal, a pesar de las reticencias de los cirujanos quienes les indican un tratamiento psicológico previo.
También se puede dar comorbilidad con trastornos de la alimentación donde la distorsión corporal es uno de los factores mantenedores del trastorno así como una de sus causas. Tanto en la anorexia como en la bulimia, los pacientes se hallan extremadamente preocupados por estar delgados.
Gustarte, no gustarte y sus efectos en la autoestima

La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de quién eres, del conjunto de rasgos corporales, mentales y emocionales que configuran tu personalidad.
Está relacionado con la autoaceptación, quererse y aceptarse con sus cualidades, defectos y limitaciones. La autoconfianza para afrontar la vida. Se puede mejorar a lo largo de nuestra vida, al tomar conciencia de nosotros mismos y si decidimos cambiar nuestro pensamiento y conducta aprendida
La autoestima está formada por cinco autoconceptos:
- Emocional. Formas de reacción de la persona ante las circunstancias de la vida así como la actitud para afrontarla. Está directamente relacionada con la autoaceptación que dicha persona tenga de sí misma así como las formas en que los otros lo perciban.
- Físico. Aspectos corporales externos que diferencian a la persona y constituyen su apariencia corporal (constitución física, forma de vestir, expresión del rostro…) Además, el ejercicio periódico, una alimentación adecuada y el descanso regular son necesarios para conservar el bienestar físico y una vida saludable.
- Social. Referido al comportamiento con los otros, costumbres, hábitos y convencionalismos en las relaciones interpersonales. Genera una sensación placentera y de confianza en tus relaciones intra- o interpersonales.
- Académico/ Laboral. Percepción de la persona acerca de la calidad del desempeño de su rol, ya sea como estudiante o trabajador. La dimensión gira en torno a dos ejes; sentimiento que el estudiante/trabajador tiene acerca del desempeño de su rol a partir de aquello que dicen profesores/jefes (buen/mal estudiante, buen/mal trabajador…) y cualidades específicas valoradas en ese contexto ( inteligencia, estima de compañeros, liderazgo,…).
- Familia. Percepción de la persona acerca de su implicación, participación e integración en la familia. Se articulad en dos ejes: los padres como proveedores de confianza y afecto y la familia y el hogar, tanto desde el punto de vista negativo, «mi familia está decepcionada » como desde el punto de vista positivo, “mi familia me ayudaría en cualquier cosa”.
¿Qué hacer para mejorar la autoestima?
- Sé consciente de tu propia vida.
- Vive en el presente, en el aquí y ahora.
- Adáptate y afronta tu realidad.
- Reflexiona sobre lo qué debes hacer.
- Rétate a ti mismo.
- Sé independiente.
- Observa que todos cometemos errores; corrige los tuyos.
- Mantén una actitud positiva y activa.
- Corre solo riesgos razonables.
- Sé sincero y respeta la verdad de los otros.
- No hagas caso de las críticas destructivas.
- No te sientas mal solo para que otros se sientan bien, respétate.
- Intenta ser feliz.
“El hombre tiene la capacidad para elegir la actitud personal ante cualquier reto, o un conjunto de circunstancias y así decidir su propio camino. Lo que el hombre llega a ser lo tiene que ser por sí mismo. Se ha llamado a la autoestima la clave del éxito personal, porque ese “sí mismo”, a veces está oculto y sumergido en la inconsciencia o en la ignorancia”
Imagen corporal, atractivo y preocupación excesiva
Especialmente, las mujeres estamos sometidas a los dictados de las modas sociales. A lo largo de los años, no se ha considerado a las mujeres por su capacidad intelectual, de trabajo o su personalidad sino por su atractivo. Y, aunque cada vez es menos cierto, la mujer ha aprendido, culturalmente, que su cuerpo es importante para gustar y seducir.
En la actualidad, en que las mujeres nos hemos incorporado al mundo laboral de una forma muy pareja, observamos cómo, socialmente, ser atractiva, alta y delgada siguen siendo exigencias para tener “éxito” aunque, ciertamente, también hay mujeres de mucho “éxito” y que no cumplen tales premisas. Entonces ¿qué ocurre? Aparte de que es importante tener una capacidad intelectual y de trabajo así como un carácter marcado, la verdadera belleza proviene del interior de cada una de nosotras y, si no existe esa magia, no se puede conseguir. Dicho de otro modo: el atractivo es no solo nuestra forma de ser sino también nuestra forma de estar en la vida.
De hecho, lo vamos a ver con un simple ejercicio: piensa en la imagen de alguien, ¿por sí misma te resulta atractiva? O ¿ lo es más cuando se mueve y se expresa? Sigue pensando en esa imagen: ¿te gustan sus ojos? o ¿ lo que te gusta es, en realidad, su mirada?
Así, podemos decir que la imagen corporal es positiva si se dan factores como:
- Estás satisfecha con tu cuerpo.
- Ves tu cuerpo de una forma realista.
- Entiendes que la imagen corporal es solo un elemento más de ti
En cambio, la imagen corporal es negativa si:
- Subestimas o sobrestimas la forma, el tamaño o el peso de tu cuerpo.
- La insatisfacción que sientes hacia tu cuerpo te produce ansiedad, rabia o vergüenza.
- Focalizas toda tu atención en tu imagen corporal.
- Realizas comportamientos evitativos, de comprobación delante del espejo e, incluso, vistiendo ropa ancha.
¿Cuáles son los factores que influencian en la formación de la imagen corporal?
Lo que entendemos como belleza depende de la cultura y del período histórico. Aquello que aprendes en el contexto familiar es determinante para desarrollar tu propia idea de la imagen corporal. En la adolescencia, buscas tu propia identidad y las comparaciones que realice el adolescente con su grupo de amistades, influye en la forma cómo se ve. Así, si es aceptado, ello actúa de refuerzo positivo. Pero si ha recibido críticas, insultos o burlas, actuarán negativamente, incluso, durante su vida adulta.
Pautas para sentirte bien contigo misma

Es imposible mantenerse siempre jóvenes, delgadas, sin arrugas… El cuerpo cambia debido al paso del tiempo, ¡ y menos mal! ¡ eso significa que seguimos aquí! Por ello, aprende a valorar y cuidar tu cuerpo pero, sobre todo, tu interior.
- Si no te miras al espejo, para un omento y mírate, de frente y desnuda. La primera vez, te criticarás mucho pero debes sentirte única y especial porque ¡lo eres!
- ¿Tienes una báscula en el baño? ¡Tírala!
- Aprende a identificar cuándo tienes hambre para diferenciarla de la necesidad de consumir alimentos, como dulces, sencillamente, para evitar sentir ansiedad.
- Renueva tu ropa. Tira la ropa ancha, ¡créetelo, eres atractiva!
- Seguro que tiene muchas cualidades, ¡ potenciálas! No esperes sólo que te lo digan, debes creer tú en ellas. De esta manera, aprenderás a respetarte, a aceptarte, a enfrentarte a tus miedos.
- Activa tu diálogo interno para saber tomar las decisiones.
- Mantén buenas relaciones interpersonales, huyendo de las relaciones tóxicas.
- Cambia lo que no te gusta de tu propia vida.
- Conoce e impone tus límites para saber decir que “no”.
- No te importe decir que estás en desacuerdo, siendo respetuosa.
- Ten una actitud positiva.
“Solo se podrá respetar a los demás cuando se respeta uno a sí mismo; sólo podremos dar cuándo nos hemos dado a nosotros mismos; sólo podremos amar cuando nos amemos a nosotros mismos” ( Abraham Maslow)
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