No tengo fuerzas para seguir adelante. 8 consejos para recuperar la motivación

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Quién nos iba a decir hace un año que nuestras vidas iban a cambiar súbita y repentinamente para siempre. Pero no la tuya o la mía, sino la de todo el planeta. Posiblemente, si alguien lo hubiera dicho, lo hubiéramos tachado de farsante o, incluso, se le hubiera llamado loco. Como si la locura fuera tan fácil de ver…

Lo que si vemos a diario, ya sentados en la cresta de lo que será la tercera ola de la pandemia – la de los trastornos mentales – son muchos pacientes, la mayoría acuciados por problemas económicos, laborales o familiares de toda índole, que nos repiten “yo ya no tengo fuerzas para continuar”. Personas que han perdido la motivación y, sobre todo, la ilusión que es el mayor motor de la vida. ¿Lo vemos?

¿Qué es la motivación?

La motivación es la acción y el efecto de motivar, es decir, la razón que nos lleva a realizar o no una acción.

Proviene de la palabra latina motivus (movimiento) y del sufijo -ción (acción o efecto) y se refiere a aquello que orienta, mantiene y determina la conducta desde el punto de vista psicológico.

¿Hay diferentes tipos de motivación?

Efectivamente, podemos hablar de distintos tipos:

  • De logro. El mecanismo que produce la acción es conseguir un objetivo ya sea general o específico.
  • De afiliación. Cuando se busca la seguridad y la pertenencia a un grupo.
  • De competencia. Se busca realizar el objetivo lo mejor que se pueda.

La motivación es fundamental puesto que, gracias a ella, creamos hábitos, intentamos, hacemos esfuerzos para realizar actividades productivas o gratificantes y satisfacemos nuestras necesidades.

Por ello, también, podemos distinguir entre otros dos tipos :

  • Motivación positiva. Nos lleva a realizar acciones para obtener un beneficio.
  • Motivación negativa. Nos lleva a realizar acciones para evitar las posibles consecuencias negativas de las mismas.

Sin embargo, en Psicología y atendiendo a la fuente de dónde procede, podemos diferenciar dos tipos de motivación:

  • Motivación intrínseca. Realizamos acciones por incentivos internos como puedan ser la satisfacción personal, el aprendizaje, la autoestima…
  • Motivación extrínseca. Se realiza una acción por un estímulo que procede de una fuente externa como puede ser el sueldo, el reconocimiento, el aplauso, el refuerzo positivo…

¿Cuál de estas dos últimas crees que es la más importante? Si has contestado la intrínseca, estás en lo cierto, eres una persona con una buena motivación. Si has contestado la extrínseca, te explicamos cómo sacar fuerzas de dónde parece no haberlas.

8 claves para recuperar la motivacion siquia

¿Cómo encontrar la fuerza para seguir adelante? 8 claves para recuperar la motivación

  • Da un paso atrás 

Cuando necesitamos fuerza para seguir hacia adelante, paradójicamente, hay que tomar distancia psicológica, a la cual no estamos muy acostumbrados en esta época de distancia social.

“Ningún problema se puede resolver desde el mismo nivel de conciencia que lo creó”

Einstein

Al tomar distancia, podemos evaluar el problema desde otro punto de vista – con perspectiva, con objetividad, cómo si la situación le estuviera ocurriendo a un tercero – y nos ayuda a llegar a la solución con más facilidad.

  • Identifica qué es exactamente lo que te ocurre

Para avanzar, entiende por qué no puedes hacerlo. ¿Otra paradoja? No, simplicidad. Cuando se intenta llevar algo a término sin saber exactamente lo que ocurre, lo más probable es que se acabe dando bandazos hacia ningún lado. Al final, acabarás peor de lo que estás y no se trata de eso ¿verdad? Hay que identificar con exactitud y precisión lo que te está ocurriendo. La ayuda de un psicólogo te vendría muy bien para verbalizar lo que te pasa. Es la única forma de entenderlo y superarlo.

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    Cuando se define bien el problema, aparecen aquellos otros que están en forma inconsciente y que son, en realidad, los que te mantienen atrapado. De esta manera, se profundiza y las soluciones aparecen. Por ejemplo, no es lo mismo decir “estoy desmotivado” que “estoy desmotivado porque no veo salida a mis problemas” o “estoy desmotivado porque no creo poder llegar a las expectativas de los demás sobre mí”.

    Es importante que te preguntes “¿cuál es mi mayor obstáculo?” y cuando encuentres la solución, vuélvete a hacer la pregunta y así sucesivamente hasta dar con tu problema real.

    Una buena estrategia es escribir un diario emocional porque, al escribir nuestros problemas, nuestros pensamientos y emociones sobre los mismos, conseguimos una distancia psicológica que nos permite expresar más abiertamente todas nuestras preocupaciones.

    • Halla tus objetivos

    En otras ocasiones, la desmotivación proviene de haber olvidado tus objetivos vitales, aquello que te hace despertar cada mañana y hacer todo lo que realizas – o deberías hacer – durante el día y tomar las decisiones que has tomado hasta la actualidad. ¡Cierto! Seguro que se necesita trabajo duro, esfuerzo y perseverancia pero todo aquello que importa de verdad lo requiere. Por ello, nunca pierdas la perspectiva, tu perspectiva…

    Llegados a este punto, es necesario que mires hacia atrás – tranquilo, es sólo un momento, no es una contradicción – para que recuerdes “¿por qué has empezado?” “¿qué objetivos querías conseguir?”, “¿lo sigues queriendo?”

    Si tu conclusión es que sigues con los mismos deseos de alcanzar los mismos objetivos que te trazaste, activas la intencionalidad y recuperas tu motivación intrínseca, la que te da la fuerza para seguir hacia adelante, afrontando estos tiempos difíciles.

    • Despégate de lo que te frena

    ¿Que harías si cayeses en unas arenas movedizas? Seguramente, empujado por la angustia y el miedo, te podrías poner a patalear y hundirte más. Empuja para salir pero es posible que no sea tampoco muy buena solución, especialmente, si no tienes mucha fuerza.

    Claro que, también, podríamos hacer pocos movimientos e ir quitándonos los zapatos para volver a intentar salir de las arenas.

    Lo mismo ocurre con la vida. La mayor parte de las ocasiones es buena idea deshacernos de nuestras mochilas emocionales y de todo aquello que no deberíamos cargar porque es, precisamente, lo que nos impide avanzar. Para eso debemos saber si lo que nos frena es un hábito, pensamientos automáticos negativos, distorsiones cognitivas o creencias limitantes.

    • Genera múltiples soluciones para tu problema

    Puede ser que te veas estancado porque no ves ninguna salida a tus problemas pero, en Psicología, usamos la llamada técnica de solución de problemas que te puede ser muy útil. Funciona así.

    La técnica de solución de problemas, explicada por una psicóloga

    Siéntate y coge un papel. Describe en una sola frase tu problema principal. A partir de aquí, genera múltiples soluciones para el mismo – no todas deben ser perfectas, las puede haber que parezcan incluso inservibles – pero no importa cuántas, lista el máximo posible. A partir de aquí, genera un pensamiento reflexivo y elige sólo tres de estas opciones – las que creas más reales y probables – y observa en cada caso sus ventajas e inconvenientes. Finalmente, elige la que consideres mejor de las tres.

    Esto te permitirá ver todas las posibles opciones y tu motivación aumentará. De la misma manera, es importante que veas que no hay una solución perfecta e ideal –que puede conducir a la parálisis por análisis – sino que hay muchas posibilidades que pueden funcionar para tu situación actual, sólo tienes que abrir la mente.

    • Recuérdate que debes estar motivado

    Ya que las demandas diarias son constantes, se vuelve difícil realizar las tareas cotidianas y al final estás más desmotivado. Es precisamente en estos momentos cuando debes recordarte que tienes que continuar motivado y activo.

    • Sé flexible

    Es difícil que todo en la vida salga como lo teníamos planeado. Cuando esto ocurra, volveremos a tener problemas inesperados en el trabajo o en la familia que nos parecerán un mundo, motivo por el que es importante ser capaces de adaptarnos a los cambios que están por llegar. Ello requiere de una mente abierta, resiliencia y flexibilidad para tomar decisiones.

    • Modera el ritmo

    Aunque estés en la búsqueda de tus objetivos – personales o laborales – ten en cuenta que debes saber parar, tomar un tiempo para ti mismo y descansar. Mejorará tu salud física y emocional, tu bienestar, y volverás a empezar cargado de energía y motivación.

    Imagen de Maria Dolors Mas
    Sobre Maria Dolors Mas Nº Colegiada 17222 con 15 años de experiencia. Especialista en ansiedad, depresión y toda lo relacionado con salud mental de niños y adolescentes.
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