Sales de casa rápido. Subes al autobús, te sientas y de repente te das cuenta del desastre. Te has dejado el teléfono móvil en casa.
¿Qué harás?
Algunos quizá contestéis que da lo mismo, que ya lo cogeréis cuando volváis a casa. Otros, seguramente una gran mayoría, darían la vuelta y volverían inmediatamente a casa a coger el teléfono.
No son pocas las personas que dicen sentirse «desprotegidas», «desnudas» o «incómodas» cuando no tienen el teléfono móvil consigo, o bien cuando lo tienen pero se quedan sin batería o sin conexión de datos. De hecho la simple lectura del pequeño relato inicial del artículo puede que en más de uno haya provocado un pequeño estado de incomodidad o de ansiedad.
Este temor a quedarnos desconectados del mundo tiene un nombre: nomofobia.
La nomofobia es un término acuñado recientemente, en 2011, y proviene de la frase en inglés: no-mobile-phone phobia. Básicamente se define como el miedo irracional a salir de casa sin móvil.
Este miedo se transforma en ansiedad cuando la persona sale a la calle. Según un estudio realizado en el Reino Unido, los motivos por los que se producía esta ansiedad en el 55% de los casos era debido a la sensación de estar aislado de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos. Un 10% confesó que su trabajo le exigía estar conectado permanentemente.
¿Padezco nomofobia?
A pesar de que no hay estudios científicos que puedan determinar si una persona padece o no nomofobia, podemos observar algunos patrones frecuentes. Si te sientes identificado con todas o la mayoría de las afirmaciones siguientes, quizás estés sufriendo nomofobia.
- Lo primero que haces al levantarte es mirar tu teléfono móvil.
- Te lo llevas al baño y lo consultas mientras estás sentado en la taza del váter o mientras te lavas los dientes.
- Tienes más de un cargador en casa, si puede ser, uno en cada una de las habitaciones donde pasas más horas.
- Si un día te olvidas del móvil en casa o se te acaba la batería te sientes intranquilo e intentas volver a casa lo antes posible, sin importar los planes que tuvieras.
- No sales de casa sin tu cargador de móvil.
- Lo primero que haces al llegar a un sitio es localizar dónde hay un enchufe y, si puedes, te sientas bien cerca de él.
- Cuando estás comiendo, cenando o desayunando, tienes el teléfono al lado del plato, siempre a la vista.
- Compruebas el nivel de batería continuamente.
¿Qué puedo hacer para reducir esta ansiedad?
Si con las afirmaciones anteriores te has dado cuenta de que, quizá estés sufriendo de nomofobia y te gustaría cambiar, te proponemos algunos ejercicios que puedes hacer para reducir poco a poco la ansiedad que te provoca el no estar conectado las 24h del día.
- Cuando llegues a casa esconde el móvil y ponlo en silencio. No lo dejes a la vista. Intenta hacer cosas sin mirarlo por lo menos durante una hora. A medida que vayas consiguiéndolo, ves aumentando el intervalo, hasta conseguir no tener que mirarlo. Avisa a tus familiares y amigos, si hay alguna urgencia que te llamen al teléfono fijo.
- Los fines de semana intenta salir de casa sin el teléfono. Si esto te resulta imposible, intenta hacer pequeñas salidas. Por ejemplo, cuando vayas a comprar el pan o el periódico, no te lo lleves. O sal a dar un paseo con tu pareja o con amigos y prescinde de él. A medida que lo vayas consiguiendo intenta aumentar las horas de desconexión. Si consigues salir un fin de semana entero fuera de casa sin el móvil, será fantástico.
- Cuando estés comiendo con alguien propón un «juego». Todos los comensales guardáis los móviles, uno encima del otro, debajo de una servilleta, encima de la mesa. El primero que coja el suyo para mirarlo, pierde (y paga la cena, ¿porqué no?).
- Si tienes hijos no permitas que lleven su teléfono móvil a la mesa. Haz que se centren en una sola cosa a la vez. Si estáis comiendo en familia, es momento de disfrutar de la compañía mutua.
- Durante la jornada de trabajo no mires el móvil más de una vez por hora.
Para acabar: algunos datos sobre el uso real del teléfono móvil. Aquí os dejamos una pequeña infografía para la reflexión.

Y tu, ¿eres capaz de salir de casa sin tu teléfono móvil?