16617542-nube-palabra-abstracta-para-el-dolor-psicogeno-con-etiquetas-y-terminos-relacionadosUn estudio realizado por el Colegio Universitario de Londres (UCL) y de la Universidad de Cambridge sugiere que los individuos que padecen enfermedades psicológicas tienen cerebros que funcionan de una manera diferente. En el ámbito de estudio de las enfermedades psicógenas, esta investigación, publicada recientemente en la revista especializada Brain, supone un avance significativo para su entendimiento y tratamiento.

La psicología entiende por enfermedad psicógena cualquier síntoma físico, proceso patológico o estado emocional de origen psíquico en vez de físico. Por tanto, hablamos de enfermedades que tienen su origen en la mente. La patología psicógena presenta rasgos parecidos al del daño neuronal, cerebral o muscular o incluso similitudes a las enfermedades genéticas del sistema nervioso, todas ellas enfermedades orgánicas. En este sentido, aquí reside la principal diferencia: las enfermedades psicogénicas no tienen ninguna causa física aparente, por lo que resultan más difíciles de percibir, diagnosticar y tratar.

¿Qué motiva el desarrollo de un trastorno mental? La respuesta es ambigua, apunta el doctor en neurociencia James Rowe, de la Universidad de Cambridge. “Los procesos que conducen a estos trastornos son poco conocidos, complejos y altamente variables. Como resultado, los tratamientos también son complejos, a menudo largos y en muchos casos sólo se consigue una leve mejoría. Para poder mejorar el tratamiento de estos trastornos es importante comprender el mecanismo subyacente». Partiendo de esta idea, el equipo de investigación emprendió el estudio en busca de hallar la comprensión de dicho mecanismo mediante un amplio análisis.

Rigor en la investigación

El estudio de campo partió del análisis de distintos individuos con distonía psicógena u orgánica y de personas sanas carentes de síntomas de enfermedad. Ambos tipos de distonía, orgánica y psicógena, habían causado contracciones musculares dolorosas e incapacidad en las piernas en las personas afectadas. El equipo de investigación realizó PET, el  cerebrales a todos los grupos de individuos voluntarios del UCD (un sinónimo , tanto enfermos como sanos, a fin de medir el flujo sanguíneo y al actividad cerebral que presentaban. Además, este análisis se completó con el escaneo del cerebro de los participantes durante la realización de tres posiciones diferentes:: descansando los pies, moviendo un pie y sosteniendo una pierna en una posición distónica. Al mismo tiempo, se midió la actividad eléctrica de los músculos de la pierna para determinar qué músculo se veía más implicado durante la actividad.

Tras el estudio, los investigadores determinaron que el grupo de pacientes con distonía orgánica mostraba una mutación genética que había sido la causante de la afección patógena. Por el contrario, los pacientes psicógenos sí tuvieron síntomas de distonía pero no mostraron ninguna explicación física para la enfermedad, incluso después de realizar extensas exploraciones.

Resultados

Finalmente, tras la investigación, el equipo descubrió y llegó a la conclusión de que la función cerebral de los individuos con la enfermedad psicógena no es la que presenta un individuo sano. Los investigadores descubrieron que la función cerebral de los individuos con la enfermedad psicógena no era la normal. Los cambios fueron, sin embargo, muy diferentes en los cerebros de los individuos con la  versión orgánica (genética) de la enfermedad.

Además, los investigadores encontraron que una parte del cerebro que se pensaba que era un buen indicador de enfermedad psicógena no resultó fiable: la actividad anormal de la corteza prefrontal parece ser el sello distintivo de las enfermedades psicógenas. En este estudio, los científicos demostraron también que esta alteración no es exclusiva de la enfermedad psicógena, ya que la actividad estaba presente también en los pacientes con la causa genética de distonía cuando trataron de mover su pie.