Tantos los buenos hábitos como los malos, son comportamientos o acciones que repites a menudo y que, al final, se convierten en hábitos automáticos en tu rutina.
8 pasos para cambiar los malos hábitos poco a poco

La comida basura, el sedentarismo, el tabaco los malos hábitos de sueño… El problema de los malos hábitos es que no eres consciente de ellos y por eso no puedes eliminarlos de tu vida.
La importancia del cambio de mentalidad
- Mejora la imagen que tienes de ti mismo, porque tu imagen y los hábitos a los que te has acostumbrados están más relacionados de lo que piensas. Si decides incorporar nueves hábitos, abandonarás los viejos y tu personalidad cambiará totalmente. Por esta razón, cree en ti mismo. Visualiza qué tipo de persona quieres llegar a ser y logra un cambio en tu comportamiento.
- Piensa en positivo, pero sé realista. Los pensamientos influyen en la mayoría de tus acciones. Por lo tanto, un cambio de perspectiva es clave. Para comenzar a establecer cambios en tu vida, debes pensar en positivo pero, a la vez, ser realista para que tu mente pueda darte esa motivación que necesitas. No olvides que la motivación viene de tu interior y siempre va asociada al crecimiento personal, a los valores y al placer que se siente cuando cumples lo que te has propuesto disfrutando en el camino.

8 pasos para cambiar tus malos hábitos
Cuando quieres normal, es normal que te sientas confundido porque no sabes por dónde empezar. Céntrate en aquellas cosas tienes que hacer.
- Identifica qué es lo que quieres cambiar de tu día a día. Lo primero es reconocer cuáles son los hábitos que te perjudican. Los hábitos siempre son desencadenados por muchos factores. Por ejemplo, el estrés hace que comas mucho chocolate. Tómate tu tiempo para identificar esos malos hábitos. Incluso puedes anotarlos en papel para elaborar una lista. El problema llega cuando esas acciones o actitudes que quieres cambiar se acumulan en la lista. Las listas largas se acaban ignorando, por lo que debes subdividirla en listas más pequeñas para que sientas que lo que debes cambiar es menos y comiences más motivado. Lo mejor es que esas subdivisiones estén clasificadas según el propósito, por ejemplo alimentación y ejercicio.
- Tus metas deben ser muy específicas. Todos los hábitos que quieres cambiar y que has clasificado ahora son objetivos que te has marcado. Esas metas tienen que ser cortas y alcanzables para que cada paso que des no sea en vano. Es más motivador ver que cada vez vas cumpliendo metas pequeñas que tener una meta grande en la que apenas no ves avances. De aquí la importancia de que las metas no deben ser generales, sino específicas. Así, cuesta menos lograr el objetivo. Ten en cuenta que, si las metas son generales, serán más costosas y la lentitud te desanimará.
- Elabora un plan de actuación. Las rutinas varían en función de cada persona. Por eso, debes crear un plan de acción para poner fin a tus malos hábitos. Este plan tiene que estar diseñado solo para ti en función de las metas específicas. Si quieres beber 2 litros de agua al día y has establecido beber cada cierto tiempo un vaso de agua, un plan de acción será tener siempre una botella de agua a tu alcance. Este método debe seguirse en todas esas metas ultra-específicas. Además, intenta centrarte solo en un hábito.
- Ten recordatorios. Cada acción es desencadenada por algo, por lo que tener recordatorios específicos para crear hábitos más saludables será esencial. Tomando el ejemplo anterior de beber más agua, el recordatorio puede ser poner una alarma en el móvil según el tiempo que hayas decido que pase entre cada vaso de agua. Los recordativos aseguran que realices la acción que te acerca a la meta.
- Repite tus acciones durante un periodo prolongado de tiempo, ya que cuanto más repitas la acción, más automática se volverá. Debes ser constante.
- Haz un seguimiento. Como ser humanos, funcionas mejor si existe un seguimiento de los procesos. Puedes hacer un registro diario que, además de visualizar tus avances, te recuerde todo lo que has hecho anteriormente. De este modo, se señala todo lo que has conseguido, todos los objetivos logrados cada día. El registro es esencial para conocer tus fortalezas y debilidades. Prueba a escribir en una agenda tu plan semanal o lleva el registro de manera digital en tu teléfono móvil.
- Celebra tus avances. Recompénsate con palabras bonitas hacia tu persona cuando hayas realizado tus logros diarios. Te parecerá una tontería, pero es fundamental para aumentar la confianza en ti mismo, mantener tu motivación y seguir siendo constante. Aun así, las recompensas deben ser coherente según la meta. No pueden ser contradictorias. Por ejemplo, si tu objetivo es salir a correr para mejorar tu salud, después no puedes comerte una tableta de chocolate entera, pero sí puedes enfocar tu mente en cómo correr te reduce el estrés y te despeja.

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Pedir cita- No dejes que tus voces internas te boicoteen. Al principio, habrá voces en tu mente que te animaran a volver a tu zona de confort. No te dejes llevar por ellas. Una buena opción para liberarte de esos pensamientos que intentan corromperte es la práctica del Mindfulness. Así, centrarás tus pensamientos en lo que verdaderamente quieres conseguir.
- Ten autocompasión si fallas. No es fácil crear nuevos hábitos, por lo que no debes juzgarte. La autocompasión hará que aprendas de tus errores, sigas esforzándote y vuelvas motivado a ponerte en marcha para lograr tus metas.
- Busca apoyo. El ambiente social que te rodea influye en tus acciones y decisiones. Si estás rodeado de las personas adecuadas, el camino hacia tus objetivos será más agradable. De hecho, un buen entorno puede favorecer la introducción de nuevos hábitos saludables en tu rutina. También existe la opción de que tengas un «compañero de hábito» que tenga el mismo propósito que tú. El apoyo de los seres queridos y el compañerismo generan motivación e impulso.
En conclusión, para cambiar tus hábitos debes simplificar aquellos objetivos que te has propuesto. Los pequeños cambios constantes son los que finalmente se convierten en nuevos y mejores hábitos. Cuando ya hayas incorporado a tu estilo de vida un hábito, estarás listo para pasar al siguiente.
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