Muchas de las consultas que más llegan a la terapia de un psicólogo tienen como trasfondo algún problema familiar. A veces es de pareja, a veces de relaciones personales, de formas de comunicación, de desilusión, celos, faltas de metas de comunes… El tiempo hace mella y una pareja necesita de un mimo continuado para mantener la ilusión por un futuro común.
Hablábamos hace unos días de cómo dejar de discutir y cómo la terapia de pareja ayuda en ello. Hoy nos centramos en esos primeros pasos antes de tomar la decisión de acudir a un psicólogo.
Qué debemos saber antes de ir a terapia de pareja
1) Hay que ser sincero
Ser sincero y abierto durante la sesión con el terapeuta te ayudará a encarrilar las cosas por el buen camino y te animará a abrir cada puerta, sin miedo. Además, también permite que el tono de la conversación sea claro y directo.
Y, como todo en la vida, la terapia funciona sólo si se apuesta por la sinceridad. En cambio, si vamos con ánimo de hacer “la mejor actuación de nuestra vida” – aparte de que el terapeuta nos pillará – la terapia, obviamente, no va a funcionar, es decir, es importante exponer nuestros sentimientos, opiniones, deseos, expectativas para que el terapeuta nos pueda proporcionar herramientas útiles y nos pueda hacer comprender mejor al otro y a nosotros mismos.
2) Me comprometo a cambiar
El sólo enunciado de la frase ya puede parecer una perspectiva complicada pero la cuestión es ¿quiero recuperar a mi pareja? Si la respuesta es afirmativa, su terapeuta le indicará qué pasos debe realizar para llegar a su meta. Sin embargo, en todo inicio de una terapia de pareja, ambos o un solo miembro, se suele firmar el llamado “contrato conductual”.
La terapia de pareja tiene unas características de reciprocidad, responsabilidad y compromiso en los cuales se basa dicho contrato conductual. En el mismo, el terapeuta pone de relieve que hará todo lo posible por ayudarles, poniendo todo su interés y profesionalidad y se compromete a darles feedback de los resultados y a mantener la confidencialidad. A cambio, la pareja – o sólo inicialmente uno de ellos -debe comprometerse a: asistir a las sesiones, participar en los ejercicios que se hagan durante las sesiones, realizar las llamadas “tareas para casa” y mantener determinado comportamiento verbal, especialmente, pero también, no verbal.
3) Tener metas realistas
El objetivo de la terapia con el psicólogo no es resolver todos sus problemas – se debe pensar que hay algunos que pertenecen a la esfera estrictamente privada, por ejemplo, no se puede resolver un problema de entendimiento económico, sólo intentar acercar posturas puesto que ello pertenece a su vida totalmente privada- sino dotaros de habilidades, instrumentos, herramientas para que seáis vosotros quienes, al usarlas, lleguéis a un estado de satisfacción conyugal y que, como es ley de vida, cuándo surjan problemas, sepáis afrontarlos cuando ya no estéis en terapia.
4) Establecer objetivos que lleven hacia la meta
El terapeuta de pareja os ayudará a establecer una serie de objetivos en gradación – de menos a más importantes – siendo lo más importante de todos ellos que su finalidad es llevaros a la metas realistas que queréis conseguir. Estos objetivos serán a corto, medio y largo plazo: podrán ser cuantificables y alcanzables, siendo que, al final de cada tramo de objetivos, se habrá logrado alguna meta y se deberá pasar al siguiente tramo de objetivos para conseguir una meta mayor. Por tanto, hay que tener cuidado con no poner expectativas excesivamente elevadas porque, entonces, nunca se conseguirían ni los objetivos ni las metas.
5) Perdona
Ello es una parte importante de la terapia de pareja. Muchas veces, el hecho de no perdonar crea resentimiento y éste, a su vez, crea conductas aversivas que son las que producen muchos conflictos de pareja. Por tanto, aprender a perdonar puede salvar tu relación.
6) Busca antecedentes familiares
Muchos miembros de algunas parejas, simplemente, repiten el comportamiento que sus padres u otros miembros de la familia tuvieron en su propia relación de pareja. Entonces, el terapeuta de pareja puede ayudar a identificar estos patrones de comportamiento– en el miembro, o en ambos, en que ocurren – para desarrollar una respuesta más sana a vuestra situación actual.
7) Centraos en el presente y no el pasado
Muchas parejas se atascan en la trampa que les pone sus propias mentes de volver a vivir una situación negativa del pasado una y otra vez ¿Sirve esto para arreglar el conflicto presente? El terapeuta de pareja os dirá que no, que debéis hacer un esfuerzo para centraros en el presente, sobre todo, proyectaos hacia el futuro y dejar el pasado dónde está, pasado. También os mostrará cómo resolver esta “trampa” y seguir adelante.
8) Conócete para conocer al otro
La evaluación de tu personalidad es una parte del proceso del terapeuta matrimonial y te ayudará a determinar las características específicas de tu personalidad que pueden ser un agravante – o no – del conflicto que estáis viviendo. De la misma manera, si logras convencer – entre tú y el terapeuta – al miembro reticente a la terapia, se va a hacer lo mismo con él/ella.
9) Las tareas para casa son muy importantes
La terapia de pareja se lleva a cabo tanto en la consulta como en casa. Por tanto, el esfuerzo no hay que realizarlo sólo una hora a la semana en la consulta del psicólogo – si esto es lo que te programa- sino que hay que continuar y esforzarse, también, en casa. Las tareas para casa son una parte importante de la terapia ya que permite que los aprendizajes se consoliden y se generalicen. Además, hay que pensar que las tareas para casa, casi siempre, están pensadas para ambos, suelen ser divertidas e interesantes. Prueba gratis una sesión de terapia de pareja online.
10) Sé paciente
Mostrar respeto por tu pareja y por el terapeuta es un elemento importante de la terapia de pareja. Tómate el tiempo necesario para escuchar y no realices conclusiones precipitadas. La paciencia y el compromiso de respetar a la otra parte te ayudará, más de lo que crees.
¿Preparados para que un psicólogo especialista os ayude? Deja tu consulta en nuestro espacio de terapia de pareja.
Hola, yo te recomiendo que vayas a terapia, porque nunca es tarde si queda un poco de esperazna. No se trata de seguir siendo pisoteada, si no de cambiar eso que no va. A nosotros nos ha ayudado una psicologa. Dar un ejemplo de lucha a tu hija también sera educativo
Hola, soy Valeria, tengo 43 años , estoy en un matrimonio de 18 años, con 3 hijos (de 18, 15 y 7 años). Desde el noviazgo mi esposo fue infiel aunque yo me enteré ya estando casada y embarazada. Al casarme me mudé de ciudad ya que él así lo quería , aunque por su trabajo pasábamos 15 días juntos y 15 separados ,me aleje algo de mi familia y aunque me costó adaptarme lo hice pensando en la familia que estábamos formando. Aunque ha habido días felices, también muchos de amargura por su afición al alcohol, prefería salir a tomar con sus amigos que salir con la familia, a visitar centros nudistas (según él sólo a ver, aunque ahora ha aceptado que si llego a pagar “privados”), a salir con amigas que le enviaban mensajes cariñosos, él decía que yo no quería salir con él, pero era difícil porque no había quien cuidara a los niños. Pasé desvelos, lágrimas y decepciones, le pedí incontables veces que cambiara algunas actitudes y decía que sí y lo hacía unos meses y volvía a caer en lo mismo. Empecé a pensar seriamente en la separación y en esos meses quedé embarazada de mi tercer hijo y decidí darnos otra oportunidad. Pero las cosas siguieron igual, en una ocasión ambos nos dimos una bofetada (yo primero a él) y le pedía que se fuera de la casa y me decía que me fuera yo porque él no estaba haciendo nada malo. Le pedí ir a terapia y decía que no porque el psicólogo me daría la razón a mí. Decidí ya no reprochar nada y solo aguantar y llorar en silencio y empecé creo mi desapego, mi decepción de él. Hasta que me cansé de esa situación y hable una vez más de arreglar la situación o separarnos. Acudimos con un médico holístico (por mi psoriasis) y me diagnostico depresión y nos sugirió separarnos un tiempo pero mi esposo no aceptó. Me confesó otra infidelidad que según él había pasado hacia años y “solamente” una vez, y trató de cambiar empezó a ser más detallista , a ayudarme en casa, etc. Pero supongo que se confió que ya todo estaba bien y de repente empezó a salir de noche otra vez y llegar muy tarde, a estar callado y no hablar casi conmigo, decía que la que estaba rara era yo. Al mismo tiempo ese último año yo cambié, decidí hacer ejercicio, arreglarme, retomar mis gustos por leer, por acudir a eventos culturales, en pocas palabras me empecé a querer a mí misma. Y cuando el retomó esas actitudes dije basta, creo que merezco una vida mejor y no seguir así, y creo que al sentir mi indiferencia (me fui al cuarto de mis hijos y hacia lo posible por evitar el contacto íntimo con él) él empezó a cambiar nuevamente. Ahora lee libros de superación personal, me envía constantemente (cuando no está en casa) artículos de cómo superar la crisis, quiere ir a terapia, me dice constantemente que me ama, se ha acercado a nuestros hijos y los valora y aconseja. Pero yo siento que ya no lo quiero, que ya es tarde y que tal vez solo es un cambio temporal. Yo no quiero arrastrar ese dolor que me hizo sentir. El cree que quiero separarme por otra persona . Por qué reencontré amigos (as) de la adolescencia y me reuní con ellos y le platiqué que uno de ellos es una persona muy culta y respetuosa, entonces el sintió que admiro a esa persona y creo que piensa que podría enamorarme de él o que tengo algo con él. En realidad no hay más que algunas afinidades y una amistad retomada, él vive a miles de kms de distancia y lo vi (al igual que a los demás) en estas navidades, mantenemos escaso contacto por redes sociales y hasta ahí. Simplemente quiero estar sola un tiempo, curar heridas, darle a mi hija el ejemplo que no permitir que pisoteen mi dignidad. (Por que mi hija cuando mi esposo llegaba tarde se dio cuenta en una ocasión de manchas de labial en su camisa y se enojó conmigo por permitirlo). En fin me gustaría una separación temporal para pensar bien las cosas y decidir si será definitiva o no. Pero me siento cruel a veces porque él me pide intentarlo y lo veo desesperado por otra oportunidad. Soy consciente que permití demasiadas faltas de respeto de su parte. Él me dice que no entiende por qué ahora reacciono así y no cuando me confesó su infidelidad o cuando era peor la situación. Yo digo que por que en esos momentos yo no tenía amor propio, tenía miedo a estar sola. Me pregunto si es tarde para hacerlo ahora, para intentar otra forma de vida sin él.
Gracias