De vez en cuando llegan a consulta personas extremadamente perfeccionistas que, pese a haber conseguido grandes cosas en su vida, nunca logran sentirse del todo satisfechas. Es el caso de Aroa, una mujer en apariencia segura de sí misma, con un buen puesto de trabajo, mucho dinero y muchos amigos. La vida de Aroa, a primera vista, es envidiable, pero hay un problema: su perfeccionismo tiene consecuencias negativas sobre su relación de pareja y ya no sabe qué hacer.
Perfeccionismo en la pareja: estos son sus efectos negativos

Por supuesto, en un principio se muestra totalmente reacia a bajar sus expectativas hasta hacerlas realista. Defiende que es precisamente su perfeccionismo lo que la ha llevado a triunfar en la vida. Como siempre le ha ido bien, le cuesta comprender por qué el perfeccionismo es un problema en la pareja.
Tras unas cuantas sesiones de terapia empieza a comprender que, en realidad, no le ha ido tan bien siendo perfeccionista. Es cierto que, a lo largo de los años, ha logrado hacerse con multitud de logros, primero académicos y luego profesionales. Sin embargo, ha dejado de lado su salud mental en el proceso.
Si tú también eres una persona perfeccionista, quizás te cueste comprender qué tiene de malo. En realidad, es bastante sencillo de entender: la perfección no existe y, por lo tanto, al basar tu valía en un ideal inexistente es imposible que estés satisfecho con tu vida.
Además, tienes que tener en cuenta que el perfeccionismo no solo te afecta negativamente a ti. También los que te rodean se ven afectados por tus expectativas difíciles de cumplir y, habitualmente, es su autoestima quien más sufre las consecuencias.

Causas del perfeccionismo
No hay un solo motivo que puede provocar que una persona se vuelva excesivamente perfeccionista. Vivimos en una sociedad extremadamente competitiva que impulsa a quienes viven en ella a ser los mejores, pero olvida que en un mundo de siete mil millones de personas ser el mejor es casi imposible.
El perfeccionismo se extiende como si de una plaga se tratara y los medios de comunicación tienen buena parte de la culpa.
Al fin y al cabo, en la radio, la prensa y la televisión se habla constantemente de famosos y gente de éxito que es extremadamente feliz con sus riquezas. Se habla de gente que es la mejor en su campo y, al hacerlo, se transmite la idea de que solo se puede ser feliz si se alcanza el éxito.
Sin embargo, no hace falta irse tan lejos para encontrar los orígenes del perfeccionismo. También el entorno cercano puede tener parte de la culpa, incluso cuando su intención es hacer el bien.
Por ejemplo, a menudo acuden a persona adultos con ansiedad que, en su día, fueron niños constantemente elogiados por sus buenas notas y su buen comportamiento.
Sus padres y sus profesores pretendían premiarles, por supuesto, pero ignoraban que el cerebro de los niños es mucho más sencillo que el de los adultos y que se mueve muchas veces en el pensamiento dicotómico: «Me elogian cuando saco buenas notas. Si no lo hago, lo más probable es que se enfaden. Por lo tanto, tengo que esforzarme para obtener los mejores resultados en todo momento».
Estos niños «prodigio» rara vez experimentaron la frustración de fallar en su juventud y, cuando llegaron a la vida adulta y descubrieron que en el mundo real a veces no basta con esforzarse, no supieron hacerle frente al fracaso.
Lo mismo pasa con los hijos de padres exigentes o exitosos. Como les inculcan el perfeccionismo desde pequeños, crecen con la presión de ser siempre el mejor en todo, bien porque no conocen más opciones, bien porque creen que esa es la única manera de mantener contentos a sus padres.
Hay también otras causas que pueden llevarte a ser extremadamente perfeccionista, como tener una autoestima inestable o un apego inseguro, fruto de traumas de la infancia.
Sea cual sea el origen, nuestro equipo de psicólogos online puede ayudarte. Solo si le pones freno al perfeccionismo podrás ser plenamente libre. Además, aquellos que te rodean probablemente lo agradezcan también.

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Pedir citaConsecuencias del perfeccionismo en la pareja
Aunque cada persona es un mundo, habitualmente es posible encontrar rasgos comunes en las personas perfeccionistas. Se trata de personas con una autoestima inestable, que tienden a valorarse en función de lo que han conseguido y no de lo que son.
Además, suelen tener creencias bastante rígidas. Para ellos, el mundo es blanco o negro, bueno o malo. Si no son los mejores, entonces han fracasado. Al tener este tipo de creencias son personas muy propensas a la ansiedad y la depresión, pues rara vez están conformes con su vida.
Pero el perfeccionismo no afecta solo a quien lo sufre. El entorno de un perfeccionismo a menudo se ve afectado por este rasgo, que puede ser especialmente problemático para las relaciones de pareja.
Entre las consecuencias del perfeccionismo en la pareja encontramos:
- Dificultad para encontrar a alguien que se ajuste a sus expectativas
En ocasiones las personas perfeccionistas ven afectada su vida romántica incluso cuando no tienen pareja.
Los perfeccionistas suelen tener muy claras sus expectativas y esto no tiene por qué ser malo. El problema viene de que esas expectativas normalmente no son realistas. Por eso muchas personas buscan sin descanso a la pareja perfecta y, al no encontrarla, caen en la frustración.
Por norma general este ideal de pareja perfecta viene impuesto por películas y novelas muy alejadas de la realidad, donde los problemas son inexistentes o poco realistas y donde cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
No existen los príncipes azules, ni tampoco las mujeres perfectas. Los seres humanos somos imperfectos por naturaleza y, si quieres encontrar pareja, debes asumir que todo el mundo tiene defectos.

- Idealización de la pareja
A veces las personas perfeccionistas están convencidas de que su pareja es una persona perfecta. Tras mucho perseguir un prototipo de hombre o mujer ideal, encuentran a alguien que encaja con las características que más valoran e inconscientemente ignoran todos sus defectos.
Sin embargo, amar a alguien dista mucho de considerar que es perfecto. Cuando crees que alguien es perfecto te fijas solo en aquellas cualidades que están a la altura de tus expectativas, y no en quién es como persona.
El problema no es solo que vivas en un engaño: es que tarde o temprano empezarás a intuir sus defectos y la frustración será mucho mayor que si los hubieras asumido desde el principio.
- Sentimientos de inferioridad
El perfeccionista persigue la excelencia, pero pocas veces la consigue. Se trata de personas muy exigentes consigo mismas que, no obstante, no suelen serlo tanto con los demás.
De hecho, a menudo están plenamente convencidas de que sus parejas son perfectas. Y eso, además de los problemas ya mencionados, les hace sentirse inseguros e inferiores a su pareja, pues son capaces de ver sus defectos, pero no las de la persona a la que quieren.
- Exceso de atención hacia uno mismo y falta de atención hacia el otro
Cuando una persona intenta ser perfecta a toda costa tiende a pasar mucho tiempo pensando en sí mismo. Se preocupa en exceso por lo que dice y lo que hace, pero también por aspectos más superficiales, como su apariencia física y su forma de vestir.
No hay nada malo en cuidar la apariencia o los modales. El problema es que muchas personas se centran tanto en sí mismas que se olvidan de su pareja.
Ten en cuenta que, para que una relación funcione, es necesario que los miembros de la misma pasen tiempo juntos. Si uno (o los dos) está constantemente preocupado por sí mismo, lo más probable es que acabe descuidando al otro. Y esto, como es lógico, puede hacer que la relación se rompa.
En Siquia somos expertos en terapia online desde el año 2012. A lo largo de nuestra trayectoria hemos ayudado a más de 1.600 pacientes a superar diversos problemas emocionales.
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