Las personas sumisas han aprendido a dejar de lado sus necesidades o deseos y priorizar los de los demás. Son capaces de soportar humillaciones o abusos, ya que han aprendido que para ser aceptadas por los demás deben sacrificarse por ellos.
Personas sumisas: cómo son y qué rasgos las caracterizan

No suelen pedir favores ni se esfuerzan en alcanzar sus propias metas, sino que se centran en ayudar a los demás a conseguir las suyas. Por lo que tienden a fracasar en la consecución de sus objetivos y acaban acumulando mucha frustración.
Además, la principal característica de este tipo de personalidad es la autodestrucción, motivo que nos transmiten a menudo en terapia psicológica en Siquia. Pero, ¿a qué se debe esto?
Es común que hayan convivido con personas ausentes o frías durante su infancia, por lo que acaban desarrollando este tipo de personalidad sumisa en su vida adulta. Han recibido mensajes confusos, donde el castigo y el dolor se han mezclado con la sensación de protección y les han inculcado que la única forma de conseguir afecto es a través del sacrificio por la otra persona.

Qué es la personalidad sumisa
Las personas que tienen una personalidad sumisa tienden a asumir un rol subordinado o inferior en sus relaciones y es la otra persona quien da las órdenes o decide qué hacer, mientras que la parte sumisa obedece.
Llevan la amabilidad y la empatía al extremo e intentan ser serviciales todo el rato, lo que deriva en una espiral de toxicidad dentro de la relación.
Aunque parezca mentira, lo cierto es que tener un tipo de personalidad sumisa no es incompatible con mostrarse dominante con ciertas personas, aunque no es lo común.
6 rasgos psicológicos de las personas sumisas
Las personas sumisas suelen cumplir una serie de características a la hora de relacionarse con los demás:
1. Evitación del conflicto
Las personas sumisas evitan cualquier tipo de conflicto, por lo que se esfuerzan en prevenir cualquier altercado o disputa por pequeña que sea.
Temen que la otra persona se enfade, lo que les hace ser serviciales y los convierte en seres dominados y casi sin personalidad.
2. Perfil de personalidad discreto
Son personas que no pretenden llamar la atención por lo que acaban pasando casi desapercibidas debido a su perfil bajo.
3. Tendencia a la timidez
Lo cierto es que las personas sumisas no tienen por qué ser tímidas, pero suele ocurrir.
Son muy inseguras por lo que les resulta difícil entablar conversaciones de forma natural con alguien que no conocen y acaban encerrándose en sí mismas.

4. Creación de vínculos dependientes
Las personas sumisas tienden a asumir el papel de alguien que necesita protección por lo que suelen crear vínculos basados en la dependencia.
5. Intentar satisfacer a los demás
Como ya hemos comentado, se convierten en la parte «dominada» de cualquier relación porque son personas serviciales que evitan llevar la contraria aunque sepan que ellos tienen la razón.
6. La culpabilidad
La culpa también está muy presente en las personas sumisas, tienden a pensar que si algo sale mal son ellos los culpables y aseguran sentirse mal frecuentemente porque creen que son la causa de cualquier problema.
¿Puede cambiar una persona sumisa?
Para que una persona con personalidad sumisa cambie esta dinámica, debe transformar los mensajes que tiene sobre sí misma y sobre los demás. Es importante que comprenda que para recibir amor o afecto, el sacrificio o sufrimiento por los demás no es el camino.
Aunque hay que entender que el tratamiento psicológico es clave para que las personas que tienen este tipo de personalidad comprendan la problemática que lleva implícita su forma de relacionarse con los demás.
Acudir a terapia online con Siquia es una herramienta que les ayudará a entender que también es importante satisfacer sus propias necesidades y que no es sano intentar complacer siempre a los demás para sentirse completo.
Descubre cómo un psicólogo te ayuda a lograr tus objetivos y sentirte mejor contigo mismo.

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