Hay personas que no pueden evitar complacer continuamente a los demás. Las personas sumisas llegan incluso a dejar todo lo que quieren por satisfacer las necesidades de otros.
¿Cómo son las personas sumisas? Estos son sus rasgos

El hecho de presentar este rasgo psicológico puede conllevar problemas a nivel personal y profesional. De hecho, este tipo de personas pueden dar la impresión de que carecen de personalidad o de que tienen una fuerte dependencia hacia el resto.

¿Qué son las personas sumisas?
Una persona que tiene una actitud sumisa es alguien que decide someterse a la autoridad de otros de forma voluntaria. Es decir, si alguien con una personalidad sumisa conoce a alguien con una personalidad dominante, la persona sumisa terminará por recibir y aceptar las órdenes de éste.
Tanto es su compromiso que el sumiso o la sumisa puede dejar a un lado todo lo que desea por complacer a los demás. Por tanto, ser sumiso o sumisa puede terminar haciendo que un determinado sujeto sea gobernado o manipulado por otro.
Desde el punto de vista de la psicología, una personalidad sumisa se caracteriza por un conjunto de predisposiciones psicológicas. Éstas, llevan a quienes las desarrollan a asumir un rol subalterno. Es otro u otra quien les da las órdenes y les dice qué deben o no hacer.
Además, cabe destacar que tener un tipo de personalidad sumisa no tiene por qué ser incompatible con mostrarse dominante con determinadas personas o en determinados contextos. Sin embargo, dichas situaciones en las que la persona toma el rol dominante en vez de sumisión son muy poco frecuentes.
El hecho de que una persona tenga un tipo de personalidad sumisa no significa que dicha característica defina a la persona al cien por cien. No toda su forma de ser tiene que ser sumisa.
Puede darse el caso en el que ese aspecto casi no destaque dentro de los rasgos que la definen. Debemos tener en cuenta también que la personalidad es flexible y cambiante. Aunque si la comparamos con otros aspectos o conjuntos psicológicos es bastante estable a medida que pasan los años.
Si sospechas que tu tendencia a la sumisión puede estar convirtiéndose en un problema, quizás sea hora de contactar con un psicólogo online.

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Pedir cita¿Qué características tienen las personas sumisas?
Existen una serie de comportamientos que nos ayudan a definir a una persona sumisa. Según los profesionales de la salud mental, se pueden destacar las siguientes características:
- Baja autoestima. Habitualmente, las personas que presentan una actitud sumisa suelen tener una autoestima baja. Esto se debe a que no tienen confianza y seguridad en sí mismos. La falta de autoconfianza genera una serie de dudas y miedos con relación a cualquier responsabilidad o actividad que tengamos que hacer. Por eso se suele decir que las personas sumisas no tienen personalidad.
- Experiencias traumáticas. Esto sucede cuando en la niñez se sufren malas experiencias. Por ejemplo, si un niño sufre abusos físicos o sexuales, exceso de control o humillaciones. Estas personas pueden acabar convirtiéndose en adultos sumisos. Al intentar olvidarse o evitar esas malas experiencias, los niños buscan satisfacer las necesidades de sus abusadores. Estos pueden ser los propios progenitores, profesores o compañeros del colegio.
- Falta de asertividad. La principal característica de la sumisión es la falta de voz ante los demás. Las personas sumisas se hacen pequeñas con respecto a otros. Acaban dejando de decir lo que realmente piensan u opinan para no molestar a quienes le rodean. Acaban optando por reprimir sus opiniones y deseos para evitar entrar en conflicto con sus abusadores.
- Evitan los conflictos. Otra de las características que definen a una persona sumisa es la de evadirse de los conflictos. Prefieren no discutir con los demás. Esto se debe a que consideran que su opinión no sirve para nada. Que no es lo suficientemente válida para que otros la escuchen y les tengan en cuenta. Por eso, estas personas, acaban reprimiendo muchas de sus emociones.
- Dependencia emocional. Los individuos que tienen una personalidad sumisa tienen cierta tendencia a buscar a personas que les dominen. De esta forma les ceden la responsabilidad de decidir por ellos. En muchas ocasiones el sumiso o la sumisa termina comportándose con una gran dependencia emocional hacia los seres queridos o amigos que tienen más genio o carácter.
- Son tímidos e introvertidos. Cuando una persona tiende a guardar sus deseos y necesidades, así como sus sentimientos y emociones, suele terminar por desarrollar una personalidad introvertida. Muchas veces deciden estar solos. De esta forma evitan entrar en conflictos con otros o tener que mostrar sus deseos en las relaciones sociales.
- Buscan complacer a los demás. El objetivo principal de una persona sumisa es complacer a los demás a toda costa. En cuanto a su propia postura u opinión, la dejan apartada y les cuesta defenderla. Sin embargo, por los demás harán lo que sea.
- Son negativos. El hecho de no defender sus propias opiniones o posturas respecto a cualquier cosa o asunto hace que no consigan los objetivos o metas que se proponen en sus vidas. Esto deriva en que su realidad esté vista desde un filtro lleno de negatividad y pensamientos pesimistas.
- Generan una mala impresión. Normalmente las personas sumisas tienen comportamientos humildes. A pesar de ello, este tipo de personalidad basada en complacer constantemente a los demás puede generar sensaciones negativas. El resto de las personas puede tener una mala impresión de ellos. La razón de esto es que las personas buscamos gente con seguridad en sí mismos para poder tener confianza hacia los demás.
- Son inseguros. Como ya se ha mencionado, las personas sumisas no quieren afrontar la responsabilidad de sus actos. Un sumiso o una sumisa terminan siendo víctimas de ellos mismos y de sus propias inseguridades. Como consecuencia van a tener muchas limitaciones a nivel vital y personal.

¿Cómo puedo dejar de ser una persona sumisa?
Hay una serie de consejos que pueden ayudarte a dejar de ser sumiso o sumisa y lo que esto conlleva:
- Usa tu voz. No te silencies ante los demás. Tu voz es una herramienta esencial para demostrar a la gente que sí tienes personalidad y que no eres sumiso. Aprende a hablar con seguridad, con un tono y volumen que demuestren a la gente que lo que tú dices importa.
- Autoconfianza. Tienes que trabajar en la confianza que tienes en ti mismo. Para dejar atrás la sumisión tienes que aprender a confiar en ti y en tus capacidades. Una manera de trabajarla es teniendo un mayor número de responsabilidades en tu vida. Decide las cosas por ti mismo, independientemente de lo que diga el resto. De esta forma comprobarás que tus decisiones son correctas y has tenido buenos resultados sin la necesidad de que otros intervengan.
- Habla más. Una de las características del sumiso es hablar menos ante los demás por el miedo al qué dirán. Olvídate de los miedos que te impiden hacerlo. Habla y aporta opiniones a otras personas. Puedes comenzar iniciando conversaciones en sitios como tiendas o bares, sacando conversación a personas que no conozcas. Así luego, te será más fácil hacerlo delante de familiares o amigos sin temer el resultado.
- Practica el positivismo. Deja a un lado los pensamientos negativos que solo te limitan. Piensa y razona con lógica si lo que piensas realmente tiene sentido o es útil para ti.
- Evita las personas tóxicas. Aléjate de cualquier persona que te chupe las energías. Personas manipuladoras que se aprovechan de tu vulnerabilidad para conseguir sus propios beneficios.
¿Cómo puedo salir de la sumisión?
El tratamiento psicológico es el mejor recurso para dejar de ser una persona sumisa.
Un profesional de la salud mental te ayudará a lograr muchos cambios a nivel personal. Cambios que te ayudarán a aliviar tu malestar y sufrimiento y te harán disfrutar con seguridad de tu vida. Además, te otorgará herramientas para poder satisfacer tus propios deseos y necesidades sin sentirte culpable por ello.
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