Las preocupaciones son un aspecto inherente al ser humano. El desconocimiento sobre el futuro provoca una sensación de incertidumbre en la que se plantean un millón de escenarios posibles, muchos de ellos catastróficos. Las preocupaciones continuas pueden transformarse en preocupaciones patológicas si no se detienen a tiempo.
Preocupaciones patológicas: ¿Qué son y cómo superarlas?

Preocuparse por algo no es negativo de por sí. Algunas veces sirve para anticipar tu respuesta ante una situación probable o significa un síntoma de que das importancia respecto a una persona, un trabajo o los estudios, por ejemplo. La dificultad llega cuando es sostenido en la preocupación es perpetua.

¿Qué es la preocupación?
Todo el mundo tiene preocupaciones. Es un fenómeno de lo más común.
La preocupación, desde un punto de vista científico, es una creencia o idea que genera malestar debido a que centra la atención del individuo en un hecho que puede darse o no. En el caso de que no suceda el escenario planteado, habrá sido una pérdida de tiempo.
No solo suponen un problema por ocupar gran parte de los pensamientos. La preocupación en exceso o patológica es una de las razones por las que el estrés y la ansiedad se acumulan. Estas dificultades psicológicas aparecen por culpa de un estado de alerta constante que supone un esfuerzo excesivo del cerebro, debido a la búsqueda rápida y precisa de soluciones al problema.
La línea que separa la preocupación natural de las preocupaciones patológicas está no solo en el tiempo dedicado a estos pensamientos, sino también a la gestión emocional que se realiza en torno a los mismos.
Así comienzan las preocupaciones patológicas
En los párrafos anteriores habrás podido leer que la preocupación tiene una función adaptativa y, para algunos tipos de personas, sirve como combustible en busca de soluciones. Sin embargo, la preocupación es más un obstáculo que una ayuda para la resolución de problemas.
La sensación de agobio ante tantas preocupaciones conduce a la persona a asumir actitudes que no ayudan a que los problemas desaparezcan.
Aunque parezca extraño, existen personas que ven en la preocupación un instrumento para matar el tedio de las horas muertas. Esa clase de gente busca motivos hasta debajo de las piedras para mantener la mente ociosa. La generación de ansiedad, debido a la constante anticipación de las situaciones dará como resultado un continuo bucle que desarrollará problemas artificiales.

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Pedir citaSíntomas de las preocupaciones patológicas
- Mínima probabilidad de que la preocupación se cumpla
Las preocupaciones patológicas no aportan ningún tipo de beneficio. La baja probabilidad de que las imaginaciones se hagan realidad hacen que las preocupaciones patológicas no sirvan para nada. Y, además, provocan la disminución de la productividad.
- Repetición persistente de la preocupación
Vivir con la misma idea metida en la cabeza durante 24 horas al día y siete días a la semana conduce a un agotamiento mental, cuyas consecuencias pueden ser fatales.
¿Cuál es el propósito de este tipo de preocupaciones?
El prototipo de persona que desarrolla preocupaciones patológicas es aquella que desea tener todo bajo su control. Por lo que, siguiendo esta línea de pensamiento, querrá imaginar todas las situaciones posibles que se pueden hacer realidad con tal de ser una persona previsora y reducir la ansiedad de la incertidumbre.
La persona que sufre preocupaciones patológicas verá reforzado su problema si cree tener una utilidad positiva, ya sea por creencia propia o por diferentes situaciones en el pasado, donde la preocupación le ha hecho salir airoso del problema.
La solución para reducir el número de preocupaciones no es eliminarlas de tu vida. Eso pecaría de irresponsabilidad por tu parte, dado que tienes deberes y obligaciones que requieren de tu atención para poder cumplirlos. Encima, puedes caer en otro círculo vicioso como es vivir con la constante preocupación de no estar preocupado.
Aunque con todas tus fuerzas quieras abandonar la preocupación, la preocupación aparecerá en cualquier momento. Será la gestión emocional el aspecto que marque si la preocupación puede adquirir tintes peligrosos para la salud mental. Si no consigues sobrellevar los problemas de manera sana, la solución puede pasar por acudir a terapia.
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