Un tema complejo el que tocamos. O sensible, al menos. El suicidio, ese tema tabú en medios de comunicación debido al efecto Werther pero tan importante hablar de él para entenderlo y ayudar a quienes lo necesitan, ya sean los propios pacientes o familiares.
¿Puede la terapia psicológica prevenir el suicidio?

La muerte por supuesto suicidio el pasado miércoles 9 de enero de una estudiante en un colegio de Valencia ha vuelto a ser protagonista en medios y en la sociedad. La realidad es que cada día 10 personas en España se quitan la vida, según dato, correspondientes del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pese a que el suicidio es la principal causa de muerte no natural en España, muy por encima de los accidentes de tráfico, sigue siendo un gran tema tabú y controvertido.
¿Se puede prevenir el suicidio?
La psicóloga María Acosta Benito confirma que sí. “Hoy sabemos que la persona que piensa en morir tiene un alto sufrimiento emocional. Normalmente no toman la decisión de suicidarse con una intencionalidad clara de querer morir sino por querer aliviar ese sufrimiento. Cuando una persona se encuentra en esta situación tiene una lucha interna entre querer morir y querer vivir”, explica.

La clave de la prevención se ciñe a determinadas acciones:
- No tratar el suicidio como un tabú.
- Escuchar y acompañar a la persona enferma, tanto para saber qué le ocurre como para ayudarle a recibir ayuda profesional de un psicólogo y psiquiatra .
- No ignorar las intenciones suicidas de nuestros allegados.
- No minimizar la tristeza, apatía, desesperanza o desilusión de la persona.
- No culpar a nadie por estar enfermo.
- Facilitar el tratamiento desde el primer momento.
El suicida avisa y manifiesta sus intenciones antes de culminarlo
La idea preconcebida de que el suicidio no se puede prevenir puede partir en parte de otro mito muy instaurado, aquel que manifiesta que la persona que quiere suicidarse no avisa de sus intenciones, sino que simplemente lo hace. Hasta hace relativamente poco podría pensarse que la conducta suicida “es un acto impulsivo o poco reflexivo”, afirmaba la psicóloga. Hoy se sabe que la persona que piensa en morir en la mayor parte de los casos ha comunicado su decisión “de alguna forma” antes de hacerlo.
Se estima que seis de cada diez personas piden ayuda la misma semana que consuman el suicidio y dos de cada diez el mismo día en que mueren
El problema, para la psicóloga, es que no siempre sabemos identificar esos mensajes. “Esta comunicación no siempre se hace de manera directa con frases como “estoy pensando en suicidarme”, sino que las personas pueden mandar otro tipo de señales como preparativos de su fallecimiento, ya sea arreglar testamento, el aislamiento social, los cambios en su estado de ánimo o, entre otros muchos, la expresión de sentimientos de desesperanza e impotencia”, enumera.
Un problema al que se suma otro igual de importante: el tabú que rodea al suicidio y la existencia de ideas muy arraigadas al respecto, como que hablar abiertamente del suicidio puede incitar a hacerlo: “Es uno de los grandes mitos en torno al suicidio pero la realidad es otra completamente distinta.
El hablar del suicidio no sólo no lo provoca, sino que es la mejor forma de reducir el riesgo de cometerlo. A través de la palabra la persona puede expresar cómo se siente y nos brinda una oportunidad para poderle hacer recapacitar y que se enganche a la vida”.
Se estima que por cada persona que fallece por suicidio ha habido otras 20 ó 30 que lo han intentado sin éxito. Y ese intento frustrado es el factor predictor más importante de un suicido.
Uno de los momentos más críticos tiene lugar durante los días posteriores tras una tentativa, incluso cuando ha habido un ingreso hospitalario. “En esos momentos es muy importante que la persona tenga apoyo social y seguimiento continuo por los especialistas de salud mental”, explica.
La salud mental, precisamente, y aunque el suicidio hunde sus raíces en un conjunto de causas multifactoriales que provocan sufrimiento en la persona, se esconde tras muchas de las muertes por suicidio.
El 90% de las personas que mueren o hacen una tentativa tienen alguna patología mental, principalmente depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia
En cualquier caso, la recomendación siempre es acudir a un especialista, ya sea psiquiatra o psicólogo, para abordar el por qué se ha llegado a esa situación y poder tratar posibles patologías que agudizan el problema como depresión, ansiedad, adicciones, etcétera.
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