¿Cuántas veces escuchamos a alguien decir eso de “es que yo soy así” tratando de justificar ciertas actitudes? Cuando hablamos de personalidad, ese conjunto de características que nos define y nos hacen diferentes, a menudo decimos que la nuestra es la que es y no podemos cambiarla; de paso aprovechamos tal afirmación para defender ciertas actitudes o comportamientos. ¿Hasta qué punto es cierto esto?
La personalidad no es algo que venga definido al 100% por nuestros genes. Es cierto que una parte de nuestra personalidad es responsabilidad de la “herencia” recibida, pero otra parte de esta es resultado de miles de experiencias y vivencias en las que han influido las personas, los lugares, las situaciones, el trabajo, la educación, la cultura,…
Por eso mismo podemos conseguir cambios, y es más fácil si lo hacemos acompañados de un psicólogo. Igual que es más fácil comer mejor de la mano de un nutricionista o cambiar rutinas con un entrenador personal. De hecho, si observamos nuestra propia personalidad veremos cómo ha ido evolucionando con los años, notaremos cambios en ella. Puede que ahora seamos más extrovertidos, más simpáticos o más ariscos de lo que éramos años atrás.
Qué es la personalidad
Como decíamos al comienzo de este artículo la personalidad es ese conjunto de rasgos que nos define, explicado de forma más concreta podemos decir que se trata del “grupo de rasgos (características psíquicas) que tiene un individuo y que determinan sus tendencias de comportamiento, pensamiento y emoción».
Estos rasgos de dividen en dos tipos:
- Rasgos de temperamento: tendencias de comportamiento con mayor carga genética. La búsqueda de sensaciones, evitación del riesgo, impulsividad, actividad y persistencia son algunos de ellos.
- Rasgos de carácter: definidos por la interacción entre la persona y el ambiente. Entre ellos se encuentran, la cooperatividad o la trascendencia.
¿Se puede cambiar la personalidad?
En el año 2014 la revista Research in Personality publicó un estudio en el que el 97% manifestó su intención de modificar algún rasgo de su personalidad: ser más consciente, extrovertido, emocionalmente estable o abierto a nuevas experiencias. Para el psicólogo Roy Baumeister esto es lo que se llama “cristalización del descontento”: una vez que la persona reconoce los patrones de deficiencias en su vida, puede reorganizar sus valores básicos y prioridades para mejorar.
Sin embargo, hay personas que muestran una resistencia al cambio, sobre todo cuando se tratan de modificar rasgos más temperamentales como la impulsividad. Otro factor que influye de manera negativa a la hora de modificar la personalidad es la edad: a mayor edad, mayor resistencia.
Por motivos como estos nos encontramos personas que se esconden tras el escudo de “yo soy así y no puedo cambiar”, pero todo son excusas. Se tenga la edad que se tenga y sean cuales sean las circunstancias los límites al cambio los ponemos nosotros mismos, porque con perseverancia y paciencia se pueden conseguir grandes resultados.
¿Cómo podemos cambiar nuestra personalidad?
En primer lugar debemos de querer salir de la zona de confort: se puede cambiar siempre que se quiera cambiar de verdad. Por supuesto necesitaremos dedicación y constancia, no podemos esperar milagros de dos días: los cambios positivos son aquellos que se forjan a “fuego lento”.
Es necesario identificar qué rasgos son los que queremos cambiar. Hacer una lista sobre los aspectos que nuestra personalidad que no nos gustan o querríamos modificar es una buena opción para empezar a trabajar sobre ellos.
Una vez tenemos claro que queremos llevar a cabo un cambio y sabemos sobre qué aspectos debemos de comenzar a introducir modificaciones en esos rasgos. Si queremos ser menos impulsivos, por ejemplo, deberemos ser capaces de contar hasta 10 antes de contestar ante un enfado.
Es importante ser perseverantes en el cambio, es en este aspecto donde fallan la mayoría de personas. Para ello lo ideal es evaluar o medir el cambio, observarnos a nosotros mismos y ver cómo avanzamos.
Si aun así no logramos alcanzar cambios significativos o nos encontramos con rasgos de nuestra personalidad que nos crean problemas lo recomendable es acudir a un psicólogo para que nos pueda ayudar a cambiar.
¿Es tu caso? Si te has propuesto el cambio para sentirte mejor contigo mismo, en Siquia te ayudamos. Déjanos tus datos y te propondremos una cita gratuita con nuestros psicólogos expertos en terapia online.
Lo que me pasa ami esque sufri de abuso cuando tenia 6 años de mi padrastro, ahora tengo 19 años y cada vez vienes los recuerdos y me pongo muy mal, no se que me pasa incluso lo soñe y senti como me volvia a tocar tengo miedo a que me vuelva hacer daño, no fui violada pero el me tocaba cada vez que podia cuando mi mamá estaba dormida o fuera de casa.