¿Aprendes de las dificultades? ¿Tomas los retos con humor? ¿Sacas el lado positivo de cualquier situación? Si la respuesta es sí, enhorabuena, eres una persona resiliente.
¿Qué es la resiliencia y cómo fomentarla?

En cambio, si la respuesta es no, deberías trabajar la resiliencia.
¿Qué es la resiliencia?
En psicología, nos referimos a la resiliencia como la capacidad humana para asumir, adaptarse y superar determinados problemas o situaciones límite. Se trata de sobreponerse a las adversidades y utilizarlas para crecer personalmente.
10 pasos para fomentar la resiliencia
Aunque la resiliencia parezca un rasgo innato en muchas personas, no lo es. No es cuestión de genética. La resiliencia se trabaja y se desarrolla. Aquí te ofrecemos un listado de elementos que te pueden ayudar a fomentarla.
Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
Real Academia Española
- Apóyate en tu familia y amigos. Conseguir buenos vínculos afectivos te aportarán seguridad y confianza.
- Acepta los cambios. Son parte de la vida. Un cambio no significa que ya no vayas a alcanzar lo que te hayas propuesto.
- Asume que las crisis se superan. No son un obstáculo. Es cierto que el tiempo lo cura todo (o casi todo) y que el psicólogo es un aliado para ayudarnos a superar dificultades, pero está claro que la fortaleza mental influye mucho en cómo afrontamos las adversidades. Piensa en alternativas antes de desmoronarte.
- Reacciona. El error es no pensar cómo vas a hacer frente a la situación, cómo vas a reaccionar. No tengas miedo a tomar decisiones.
- Intenta conseguir tus metas. Debes proponerte objetivos realistas, alcanzables, y establecer qué pasos vas a dar para llegar a ellos.
- Descúbrete a ti mismo.
- Trabaja la autoestima. En Siquia te enseñamos a través de terapia online. Si necesitas un avance, lee este listado de ejercicios para aumentar tu autoestima.
- Desarrolla la comunicación y la solución de problemas. Estas capacidades son clave para luchar contra las adversidades y que te enfrentes a tus problemas. De este modo, las situaciones no te parecerán tan estresantes y sabrás controlar tus impulsos.
- No pierdas la esperanza. El optimismo te hace reconocer todo lo bueno que te ha ocurrido en la vida. No te centres en lo que podía haber sido y no fue. Aunque estés pasando por un momento difícil, mantener una perspectiva a largo plazo te puede ayudar a gestionar tus emociones.
- Cuida de ti. Préstate atención. ¿Cuáles son tus necesidades? ¿Cuáles son tus deseos? Realiza las actividades que te gusten y que te relajen. No te olvides de hacer ejercicio para disminuir la carga psicológica. Cuidar tu mente y tu cuerpo hace que estés preparado para afrontar todas esas situaciones que necesitan resiliencia.

¿Cuáles son los rasgos de las personas resilientes?
Por lo tanto, las personas resilientes cuentan con las siguientes características:
- Consciencia de sus limitaciones y potencialidades. No hay nada mejor que el autoconocimiento para poder aprovechar todo lo posible sus habilidades y fortalezas y tratar de superar todos sus defectos y limitaciones.
- Objetividad. Como son conscientes de sus capacidades, se proponen metas objetivas, alcanzables. Para ello, tienen en cuenta las herramientas a su disposición para conseguirlas.
- Creatividad para resolver problemas.
- Confianza. Son personas seguras, que saben lo que quieren y confían en poder alcanzar sus objetivos ya que son conscientes de sus capacidades.
- Asumen las posibles dificultades que pueden aparecer por el camino. De los momentos malos, sacan algo bueno. Las personas con un nivel alto de resiliencia no se desmotivan cuando algo va mal, porque saben que es temporal y que todo va a depender de su reacción. Las crisis van a generar un cambio del que aprenderán algo y crecerán personalmente. Además, son capaces de adaptarse cuando sus planes se ven modificados. Barajan alternativas. No se aferran a una única solución.
- Optimismo. Se centran en los aspectos positivos de todo lo que les rodea.
- Afrontan las situaciones y controlan sus emociones. No se puede adivinar lo que puede ocurrir y menos controlar esas situaciones. Aceptan la realidad y trabajan sus emociones.
- Practican el mindfulness. Se caracterizan por vivir el presente, aquí y ahora, sin pensar en el pasado o en el posible futuro.
- Aprecian a las personas positivas. Se rodean de personas con buena actitud, consolidando un grupo de apoyo fundamental para momentos difíciles.
- Trabajan en equipo. Sí, saben lo que pueden lograr de forma individual, pero eso no significa que se encierren en sí mismas y que no tengan en cuenta a los demás. Dan importancia al trabajo en equipo y piden ayuda cuando lo necesitan.
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