Vivimos una época en que ya no solo los grandes directivos tienen un gran bagaje profesional y una gran formación. Ahora también, gracias al salto que se ha dado en las últimas décadas, los mandos intermedios atesoran un magnífico curriculum a nivel formativo: títulos universitarios, másters, formación en importantes escuelas de negocios…
En su momento hablábamos de la importancia de la formación continua. Los directivos son un gran ejemplo, en la necesidad que tienen de en todo momento saber adaptarse a las nuevas situaciones tanto del mercado como internas y operativas de la empresa.
¿Cómo afecta este altísimo nivel formativo de los mandos en una empresa?
De aquí en un tiempo, está claro que la formación será necesaria y básica para alcanzar los puestos de representatividad, pero ya no será excluyente. Se necesitarán otras habilidades para poder tener puestos de responsabilidad, incluso mejores capacidades físicas para soportar la presión, las reuniones maratonianas o temporadas intensas de trabajo.
En este contexto, hoy queremos hablar de una nueva figura dentro de las grandes empresas, el Chief Wellbeing Officer, el directivo del bienestar.
¿Qué es un directivo del bienestar?
Es la persona responsable de mejorar el estado físico de los trabajadores de tal manera que, gracias a unas mejores capacidades del cuerpo, puedan rendir más en términos laborales. Desde el punto de vista de Steven MacGregor y Rory Simpson, autores del libro Chief Wellbein Officer, solo avanzarán como empresa aquellas que sean capaces de preocuparse por el bienestar, la salud y la felicidad de las personas que forman parte de ellas.
Qué factores inciden en el bienestar laboral
Veamos el trabajo en una empresa como preparar una carrera, una cicloturista o una prueba de triatlón: no solo es entrenar –que sería el trabajo en sí-, también son los condicionantes que rodean esta preparación. Hablamos de una buena gestión del sueño, de la conciliación familiar, la nutrición y la recuperación.
¿Verdad que cuando hemos dormido poco, rendimos peor en nuestro puesto de trabajo? Pues el puesto del directivo del bienestar surge para lidiar con tesituras de este calibre. Y puede lograr que sus compañeros sean más eficientes de las maneras más variopintas posibles. Por ejemplo: promover las reuniones de pie, que según diversos estudios, mejora la creatividad un setenta por ciento.
A lo largo de los últimos años nos hemos encontrado con startups de éxito en las que algunos de sus directivos tienen sus puestos de trabajo en alto, de tal manera que tienen que estar de pie. Incluso hemos visto casos de gente que trabaja sobre una cinta de correr.
Después tendríamos el caso de los directivos que utilizan el running o el triatlón como vía de escape, de desbloqueo para comenzar la siguiente jornada laboral con mejor perspectiva. Incluso hay grandes corporaciones, como Banco Santander con su programa 123 a correr, que promueven el deporte entre sus empleados.
El directivo del bienestar es el encargado de planificar todas estas acciones, así como de ayudar a los empleados a ponerlas en práctica. Y el deporte es solo un ejemplo, quizás el más gráfico. Se pueden promover cambios de toda índole, desde lo que se ofrece en las máquinas expendedoras, hasta a cambios en el mobiliario. Todo sea por tener empleados más dinámicos y con ganas de hacer cosas.
